sábado, 27 de junio de 2015

CAPITULO 2

MI PROMETIDO




*___.*


Baje del auto, por supuesto que esta vez sí me dejarían ir sola, claro, me encontraría con ‘mi prometido’. Baje la mirada, era un restaurant muy privado, había muy pocas personas, suspire. Camine por los espacios que había entre las mesas y sus asientos, ahora me sentía nerviosa, de seguro era un hombre un poco más joven que mi padre, pero muy viejo para mí.

Mire a mi alrededor, no había nadie en esta parte del lugar, era más solo y tranquilo. Así que me di mi tiempo de caminar más lentamente, habían dos personas, dos hombres, uno a mi lado derecho, y el otro a mi lado izquierdo. Así que el que estaba a mí lado izquierdo estaba frente a mí, miraba por la ventana del lugar que se encontraba a su lado, mantenía sus manos tomadas en un puño. Mayor, como de 30 años o más. Quise negarme a la idea de que fuese él. Mire a mi derecha, estaba el hombre de espalda, solo podía ver que vestía muy formal, como el otro hombre, su cabello oscuro y liso, trague saliva. Quería darme la vuelta e irme, pero no podía, estaba amenazada que si hacía algo que a mi padre le desagrade dejaría a mi madre en la calle o no me daría más noticias sobre ella.

Pase caminando por al lado de la mesa de mi derecha que estaba pegada a la pared, dirigiéndome lentamente al señor que miraba por la ventana en espera de alguien. Trague saliva.- ¿___ Jess?- dijo alguien detrás de mí antes de que yo pronunciara un ‘Hola’ al señor de la mesa. Me gire inmediatamente ante la voz masculina. Me fije que hombre de la mesa estaba de pie a un lado de la mesa sonriéndome, abrí mis ojos, no era un hombre, bueno si, pero joven, como… como Justin. Abrí mi boca dejando escapar el aire, era… No era viejo, era un chico joven, era… era lindo, trague saliva, ahora sentía pena por mi vestimenta.

Anda ___ te vestiste así para no gustarle para no comprometerte, para que él se arrepienta, tu no cambies de opinión.

-¿___?- pregunto nuevamente él. Asentí.- Hola…- dijo con voz varonil.- Mi nombre es Austin Norris.
-Eh… yo…- no podía articular palabras este chico tenía algo que me recordaba mucho a Justin, no sé qué era pero lo hacía.- Yo…
-___ Jess.- dijo sonriendo.- Lo sé.- dijo sonriendo.- Un placer conocerte.- Extendió su mano, hice lo mismo y estrechamos nuestras manos.- Toma asiento.- dijo señalando el mueble que había alrededor de la mesa, asentí y me senté allí, estaba anonadada, esperaba a alguien peor.

Él se sentó frente a mi sonriendo, me di de cuenta que me miraba, si lo hacía, detalladamente, estará pensando que soy una loca que consiguió todo en un basurero, pero… así es mejor, que no le guste, no quiero casarme, no con él. El chico mesero se acercó, también me miro de forma extraña, ahora si sentía pena, no pensé en eso antes de actuar así, el chico dejo el menú de las comidas y bebidas. Me mantuve quieta, suspire mientras fingía leer el menú.

-Creo que… esto es algo…

-Extraño.- dije.

-Si.- me respondió. Asentí.- Creo que yo te conozco un poco pero tu…

-Vale mira.- le dije mirándolo.- La cosa es así yo apenas me entre hace menos de dos horas que estaba comprometida contigo, ni siquiera sé quién eres, ni siquiera te conozco, ni siquiera quiero estar comprometida, y ni siquiera quiero casarme.- le dije, todo rápido, pero muy claro. Él se quedó en silencio mirándome sin entender, con sus ojos un poco abierto. Fruncí mi ceño.

-___... pensé que…- suspiró.- Bueno yo lo se hace un mes, tampoco quería casarme.- Le mire sorprendida.- Pero ahora que te estoy conociendo…

-Espero que aun sigas queriendo no casarte.- dije. Él sonrió y negó con su cabeza.

-Bueno, no hablemos de eso, no podemos hablar de compromiso cuando aún no nos conocemos.

-Díselo a mi padre.

-___... creo que deberías tomarte el tiempo de conocerme.- lo mire un poco.- Puedo posponer la fecha de la boda si quieres, pero tomate el tiempo de conocerme.

-¿Fecha de la boda?- lo miré pasmada.

-Sí. ¿Acaso no lo sabías?

-Te dije que me entere hace menos de dos horas que estaba comprometida.

-Bueno ahora entérate que ya la fecha esta puesta.

-¿Para cuándo?

-Octubre, dos meses antes de navidad.- Lo mire con miedo, no quería casarme.

-Peor estamos en Julio.- dije en shock.

-Lo sé.- dijo él mirándome con preocupación.- Pero… puedo decirle a mi padre que pospongamos la boda.

-Y eso sería…

-En ese tiempo nos conoceríamos… mejor.

-Posponla.- le dije mirándolo con pánico.

-Hey, tan feo así te parezco que tienes prisa en que la posponga.

-No eres feo…- dije con la mirada baja.

-¿Entonces?

-No quiero casarme…

-Yo tampoco.

-¡Entonces posponla!

-Debo convencer a mi padre, créeme yo no esperaba esto, me estoy casando por el negocio que hizo mi padre con tu padre.- lo mire, así que era por negocios.

-¿Qué tipo de negocio?- pregunte.

-Tu padre quiere ser socio de la empresa de mi padre, como un segundo presidente de empresa, o una empresa compartida, pero para eso, la idea estúpida de mi padre es que tú te cases conmigo.

No dije nada, estaba siendo utilizada por mi propio padre, ¿Dónde estaba el padre que de verdad me quería? Podía sentirme más que usada, pero por lo menos mi padre no me estaba prostituyendo, o eso era lo que él me gritaba cuando estaba furioso ‘¡POR LO MENOS NO TE ESTOY PROSTITUYENDO!

-Permiso, ¿ya eligieron?- dijo el chico retirando el menú sacándome de mis pensamientos.

-Podrías traer solamente dos cafés y…- me miro y miro el menú.- Este postre.- dijo él chico asintió y se retiró.

-Yo debería… ofrecerte una disculpa.- dije con la mirada hacia la mesa.

-¿Por qué?

-Me eh comportado mal. Te eh dicho que no quiero nada, y aunque es así.- trague saliva, si esto salía mal mi padre me mataría.- Pero… pido que pospongas la boda.

-Hablare con mi padre.

-Hasta Febrero…- le dije mirándolo.

-Estas diciendo que por cinco meses la posponga.

-Sera suficiente para conocerte.- le dije llevando mi mirada hacia él.

-Tratare de convencerlo.- dijo suspirando.

El chico regreso con los cafés y unos pastelitos dulces, hice una mueca como una sonrisa. El chico se retiró y nos dejó a solas nuevamente.

-¿Por qué has pedido algo dulce en vez de comida?- le pregunte.

-¿Puedo sentarme más cerca de ti?- me preguntó, le mire asombrada. Asentí lentamente. Él sonrió y se rodó en el mueble de cuero negro hasta quedar a mi lado izquierdo, no estaba tan cerca como para pegar nuestros brazos o chocar, no, estaba cerca pero no tanto.

-No me has respondido…- le dije.

-¿El qué?

-¿Por qué has pedido pasteles dulces en vez de salados o comida normal?

-Ah…- dijo y sonrió.- Creo que estas como muy deprimida y necesitas algo de dulce en tu cuerpo, te ayudara a sentirte mejor.- dijo sonriendo.- Toma.- dijo entregándome un pastelito. Lo tome y le sonreí. No pronuncie nada mientras lo comía. Él tampoco, bueno hasta que se decidió hablar nuevamente.- ¿Por qué estas así, triste?

-Extraño a mi madre.- le dije sin mirarlo.

-¿Y eso?

-Larga historia.

-Tengo tiempo para escucharla…- dijo. Negué con la cabeza.- Bien… ¿otro día?- asentí.

-Yo también la extraño…

-¿A tu mamá?- pregunte. Él asintió.- ¿Si la extrañas porque no estas con ella?

-No puedo…

-¿Por qué?

-Murió hace cuatro años.- me respondió.

-Lo siento.

-Tranquila, se llevarlo.- me mantuve en silencio.- ¿Y tú?- me preguntó, lo mire sin entender.- ¿Por qué no estas con tu mamá?

-No puedo por algunas razones. Pero ella si está bien… bueno eso creo.

-¿Y porque no la llamas?

-No tengo celular.

-Ten.- dijo poniendo su celular sobre la mesa frente a mí, lo mire sin entender aunque moría por tomar el celular.- No me mires así, tómalo.- sonrió.

-¿En serio?

-Si.- dijo sonriendo con ganas. Tomé el celular entre mis manos. Encendí la pantalla y suspire, este era mi escape. El celular tenía contraseña ¿me estaba jugando una broma? Lo mire y le mostré el celular.

-¡Ah!- dijo recordándolo y sonriendo, es esta mira.- me dijo mientras hacía una figura en la pantalla. Asentí. Él sonrió y el celular se desbloqueó.

Tome la pequeña cartera de mano que traía y saque el chip de mi celular para ingresarlo a su celular. Él frunció un poco su ceño pero sonrió.- Creo que venias preparada.- dijo, asentí sonriendo. Luego de instalarlo mire los contactos, no salían todos, solo dos, el de Fabiana y el de mi madre. Sin duda alguna seleccione el de mi madre rápidamente y lleve el celular a mi oído. Él me miraba sonriéndome. Yo… estaba nerviosa, no hablaba con mi madre desde que mi padre me saco de la casa, siempre supe de ella porque mi padre me lo decía y ya.

-¿Aló?- contestó. Era ella, no había cambiado su número de teléfono. Sonreí.

-¿Mamá?- dije y no pude evitar que una lágrima resbalase por mi mejilla.

-¿___? ¡___!- dijo y supe que había comenzado a llorar.

-Hola mamá…- dije llorando.

-¿Estas bien hija?

-Sí lo estoy, ¿y tú, estas bien?- pregunte.

-Lo estoy cariño.

-Te extraño mamá.- dije llorando.

-Mi niña también te extraño.

-Mamá, volveré, no lo olvides, hare lo que sea para volver.- dije en voz baja. Él solo me miraba con una pequeña sonrisa.

-Hija… mis cartas… ¿te han llegado?

-No mamá, papá solo me dice que estas bien…

-Mi niña… te extraño.

-Y yo a ti mamá…- dije sequé mis lágrimas.

-Fabiana me dejo su número hace como tres meses, por si me comunicaba contigo te lo diera.

-Eh… si mamá, envíalo en un mensaje.- dije nerviosa ¿y si este chico le decía algo a mi padre?- Debo dejarte mamá, es un celular prestado. Te amo mamá. Iré cuando pueda.

-Cuídate hija, Dios te bendiga, te amo…

-¡Mamá!

-¿Dime?

-Envíalo en un mensaje. Ahora mismo.

-Está bien hija.- dijo y colgó.

Comencé a llorar con mi rostro escondido entre mis brazos que estaban sobre la mesa.

-Hey… ¿ella está bien cierto?- me preguntó él. Seque mis lágrimas asintiendo.- No llores, si ella está bien, no llores.

-La extrañaba…- dije mientras secaba mi cara.
-¿Desde cuándo no hablabas con ella?- preguntó con una sonrisa.- ¿Hace una semana, dos?- negué con mi cabeza.

-Desde hace un año y cinco meses…- dije y las lágrimas amenazaban con volver a salir. Él dejo de sonreír, se quedó quieto.- No te sientas mal.- sonreí, o fue más una mueca.- Te entregare el celular en un momento…- le dije.- Espero un mensaje de mi madre.

-Puedes quedártelo.

-¿Qué?- lo mire sorprendida.

-Quédatelo.- dijo.- Para que hables con tu mamá cuantas veces quieras.

-¿Estás seguro?

-Tengo otro en casa…- sonrió y alzo un poco sus hombros.

-Mi padre no me permite tener celular.

-Dile que te lo eh dado yo para que nos comuniquemos aunque no sea así.

-Podría escribirte.- le dije.

-Entonces déjalo para ti.- dijo sonriéndome.

-Gracias…- le dije y sin poderlo evitar lo abrace, él sonrió y me devolvió el abrazo.

-¿Aun quieres posponer la boda?- me dijo sonriendo.

-Si.- le dije sonriendo.

-Bien.- sonrió. Suspiro y miro a su alrededor.- Deberíamos salir de acá y dar un paseo. ¿Te parece bien?- me preguntó. Asentí.- Bien.- dijo y se rodó hasta la otra salida del mueble se puso de pie y me dio su mano, sonreí, la tome y me puse de pie. Solté su mano no caminaría agarrada de la mano con él. Así que salimos del lugar, el saco unas llaves y desconecto el seguro de su auto, lo mire asombrada, mire a mi alrededor. No estaban mis guardaespaldas ni nadie, me habían dejado a sola con él.- No están, les eh dicho que se fueran.- dijo el sonriendo. Asentí mientras subía a su auto y el cerraba la puerta.

miércoles, 24 de junio de 2015

CAPITULO 1

JUSTIN






-¡PAPÁ!- grite nuevamente llorando para que dejara de golpear a Justin quien casi quedaba inconsciente en el suelo.- ¡DÉJALO!- lloré.

-¡TE DIJE QUE SI VOLVÍA LO MATARÍA!- me gritó mirándome furioso.

-¡DÉJALO!- chille.- ¡TE JURO QUE NO LO VERÉ NUNCA MÁS! ¡TE LO JURO!- chille.

Él se detuvo, como si hubiese escuchado lo que siempre había esperado oír. Justin me miro, sus ojos miel que apenas se veían por su hinchazón hicieron que cayera en cuenta de lo que acababa de hacer, acababa de jurar que me alejaría de él por siempre. Y aunque quise salir corriendo y tomarlo entre mis brazos, me quede quieta en mi lugar, esto no era nada por mí. Era por él, no quería que mi padre lo matara. Me mataría yo misma si pasara eso.

-ENTONCES LÁRGATE.- me dijo mi padre.

-NO SI NO LO HACES CONMIGO.- le dije.

-BIEN.- dijo sonriendo. Y comenzó a caminar hacia mí.

-LOS TRES HOMBRES QUE TIENES EN EL EDIFICIO Y LOS DOS DE AFUERA QUE SE VAYAN PRIMERO.- dije. Pensaba dejar a Justin a salvo.

-CREES QUE NO CUMPLIRÉ MI PALABRA.

-¿ESPERAS QUE TE CREA?- le pregunte aun con las lágrimas en mi rostro.

Mi padre sonrió con malicia y levanto su mano a lo alto de su rostro hizo dos señas con sus dedos. Mire al hombre que había tras de mí, en un abrir y cerrar de ojo él se encontraba con el brazo tendido y dos impactos del arma se escucharon en el lugar. Me volteé inmediatamente. Él hombre tenía su arma en la mano y Justin tenía una herida en su pecho.- ¡JUSTIN!- grité. Él corazón se me desgarro y corrí hacia él, lo tomé entre mis brazos llorando.- No me dejes bebe, no me dejes.- le susurré acariciando su cabello mientras sus ojos claros iban perdiendo el brillo en dirección a mi.- ¡JUSTIN AMOR NO ME DEJES!- dije llorando y abrazándolo.

-No lo jures, no me dejes…- susurró.

-No lo hagas tú…- lloré. Bese su frente y lo apreté a mi mientras lloraba. Él apenas respiraba.

-No lo haré.- dijo él sonriendo un poco. Y sus ojos me dieron esa mirada… esa mirada que decía todo.

-No…- dije llorando.- NO LO HAGAS.- chillé. Sus ojos perdieron el brillo total- ¡NO!- grite.- ¡JUSTIN!- grite mientras mis entrañas me quemaban por dentro haciéndome sentir el dolor de perderlo esta vez para siempre.



Me senté en la cama de golpe, estaba sudada y con lágrimas en mi cara. Joder, había soñado nuevamente con él. Sequé mis lágrimas que habían salido mientras dormí. Me levante de la cama y mire por la ventana. Desde un tercer podía ver todo, y más si la casa de mi padre estaba en un lugar alto. Camine hasta la puerta de mi habitación y mire por el pequeño huequillo, como lo había imaginado, 4am y el hombre de pie junto a mi puerta.




*JUSTIN*


-¡Ya!- gritó ella riéndose en el mueble, la mire desde el umbral de la cocina. Sonreí. Era hermosa. Se dio de cuenta que la estaba mirando así que saco su lengua en forma de mueca y se giró otra vez hacía los chicos metiendo un mechón de cabello tras de su oreja.

-¿Se quedara hoy acá?- preguntó una voz femenina que me hizo volver en sí. Me voltee a mirarle.

-Fabiana…

-Dime.- dijo ella levantando sus cejas y con brazos cruzados esperando la respuesta de lo que me había preguntado.

-Eso creo…- dije bajando la mirada. Podía ser duro con todos menos con ella.- Fabiana…

-Bien por ti.- dijo ella molesta. No se despidió, fue hasta la sala y se detuvo frente a todos.- Ryan llévame a casa.

-Pero por…

-Llévame.- dijo ella sin dejarlo hablar. De un tiempo para acá se había vuelto en algo como nuestra madre. Aunque con Ryan, era otra relación, habían comenzado a salir luego de que ___ se fuera.
Mi cuerpo se puso rígido al recordarla. Fruncí mi ceño. – Justin vamos a jugar.- dijo Susana tomándome de la mano mientras sonreía.

-Iré a dormir.- le dije serio. Ella dejo de sonreír un poco.

-Anda Justin, esta divertido.- dijo haciendo un poco de presión en mi mano.

-¡QUE NO JODER!- le grite. Ella me soltó y se quedó allí quieta. La mire, sentí pena por ella, pero muy al fondo, así que la mire.- Si quieres quédate.- le dije sin mirarla y me fui a mi habitación.
Me importo una mierda* como se sintiera, yo me sentía mucho peor que ella. Y sí que estaba seguro de eso.
Fui hasta mi cuarto y tire la puerta con todas mis fuerzas, las risas las continuaba escuchando, comenzaban a ser más fuertes cada vez, aunque a veces Susana hacía que se alejaran un poco, pero solo un poco.




Luego de unos minutos tres pequeños golpes estuvieron sobre la puerta, me encontraba acostado en mi cama, así que la puerta se abrió y entro Susana. Cerré mis ojos.- ¿Qué quieres?

-Vengo a dormir…- dijo ella con una pequeña sonrisa aunque no era sincera.

-Pues te has equivocado de habitación.- dije sin mirarla y puse mi brazo sobre mis ojos.

-Justin yo…

-No duermo acompañado ¿entiendes eso?- la miré.- Nunca eh dormido con nadie a mi lado…

-¿Te hicieron daño?- dijo cerrando la puerta tras ella.- Si es así puedes dejar que intente arreglarlo…- dijo comenzando a caminar hasta mí. Permanecí en silencio con mi mandíbula tensa.- Justin yo podría…

-¿Dejarme tranquilo? Si, estaría perfecto.

-No Justin, yo podría ablandar tu corazón.

-¿Te eh dicho que quiero eso?

-Sé que nunca lo dirás aunque quieras que lo hagan…- dijo llegando hasta la cama.

-Te eh dicho que voy a dormir te agradecería que me dejes descansar Susana.- le dije serio.

-Justin.

-Hasta mañana.

-No me iré hasta que me digas que te sucede…

-¿Me obligaras a sacarte a la fuerza?- le pregunte.

-Bien.- dijo y junto sus manos.- Lo eh hecho, ve como me tratas, no puedo estar así siempre.- dijo escuche que su voz se quebró. La mire nuevamente.- ¡No puedes siquiera ver que yo si te quiero y no soy como la puta que tuviste antes que fue la que te hirió!

-¡CÁLLATE!- le grité y me senté. Ella brinco en su lugar y dio un paso hacia atrás.- ¡NO ME CONOCES COMPLETAMENTE NI CONOCES POR LO QUE PASE PARA QUE ESTÉS HABLANDO ASÍ!- le grite.

-Pues déjame conocerte…- me dijo en voz baja y dio dos pasos hacía mí quedando frente a mí y acariciando mi rostro.

-VETE.- dije furioso.

-Justin…

-¡LARGO!- le grite, ella comenzó a llorar y salió casi que corriendo de la habitación cerrando la puerta de un golpe tras ella.
Gruñí. Y me puse de pie, comencé a tirar todo lo que  se encontrase a mi alcance. La puerta de la habitación se abrió y entro Ryan, quien había regresado de llevar a Fabiana a su casa.

-¡HEY BROTH!- dijo tomándome por los brazos.- ¡CÁLMATE! ¡DETENTE!

-¡NO PUEDO RYAN! ¡NO PUEDO SOPORTARLO MÁS!- dije golpeando la pared.

-¡JUSTIN! ¿HEY? ¡JUSTIN ME TIENES A MI, TIENES A SUSANA, NOS TIENES A NOSOTROS!- me dijo.

-Ryan…- dije cayendo al suelo sin fuerza, a solo llorar.- Broth… Solo te tengo a ti, a los chicos… Susana debe odiarme… y Fabiana… ¡joder! Fabiana no sé porque esta así conmigo…- le mire.

-Fabiana está molesta…- me dijo. Lo mire sin entender.- Has dejado de buscar a su amiga y eso le duele… y ahora que esta Susana…

-¿La odia?- pregunte con una media sonrisa. Él asintió sonriendo. Tape mi cara, deje de sonreír.- Broth… tú más que nadie sabe que la busque hasta mas no poder…- mordí mi labio inferior.- Ella…- seque una lagrima.- desapareció.- cerré mis manos en puños.- Ese desgraciado se la llevo… y…

-Justin… no te hagas más daño.

-No puedo olvidarla Ryan, por más que intente… ella era…

-¿Tu alma gemela?- dijo Ryan sonriendo con ganas.

-Ella era mi todo Ryan, ella me entendía… ella me alejo de mis demonios… y ahora…

-Te ahogas en ellos por ella misma…

-Aun no entiendo porque Fabiola le molesta que haya dejado de buscarla cuando no descanse en todo un año…

-Fabiola tenía esperanzas de que la encontráramos… ya van un año y cinco meses Justin…

-¿Crees que no lo sé?- le pregunte, yo más que nadie sabía cuánto había pasado. Podrían preguntarme los días y horas y se las diría.

-Intentémoslo.- me dijo. Lo mire, él alzo un poco sus hombros.

-¿Crees que la logremos encontrar?

-Le eh prometido a Fabiana que lo intentaríamos de nuevo…

-Así que esto es por tu novia…- dije mirándolo con ganas de matarlo pero entendiéndolo.

-Broth, me dijo que desaparecería al igual que ___ si no hacemos el intento de buscarle nuevamente…

-Bien, pon al tanto a los chicos.- dije, seque mis lágrimas. Una pisca de esperanza había aparecido en mi pecho. Me puse de pie junto a él.- Pero…- lo detuve.- Susana no debe saber nada de nada…

-Hecho.- dijo Ryan sonriéndome. Le di una media sonrisa.

Ryan camino hasta la puerta de la habitación.- Por cierto.- le dije, él se detuvo.- ¿Y Susana?

-En la habitación de invitados… está llorando deberías…

-Debería recoger esto para acostarme a dormir.- dije  sin dejarlo terminar de hablar. Él no dijo nada, asintió y salió de la habitación cerrando la puerta tras él.



*___.*


Me levante, o mejor dicho, me levantó la chica encargada de mí, la que decía que me tocaba hacer o a donde ir, así que me duche, ahora debía vestirme como una hija de un empresario, muy bien vestida, adiós jeans, ahora eran solo vestidos largos, cortos y zapatillas.

-A las 9:30 conocerá al chico, así que le recomendaría que usara un vestido color oscuro que le haga resaltar el color de su piel.

-¿Qué chico?- la mire sin entender aun en toallas eligiendo que ponerme.

-Señorita.- dijo ella un poco pasmada.- Pensé que su padre le había comentado…

-Pensé que sabía que soy una prisionera aquí y ni siquiera le veo.- le dije.

-Bueno, le informo que hoy conocerá a su prometido.

-¡¿MI QUÉ?!- grite.

-Señorita debe darse prisa.- me dijo.

-NO IRÉ A NINGÚN LUGAR.- dije molesta y me fui hasta mi cama.

-No me obligue a llamar a…

-¿A mi padre?- pregunte.- ¡LLAMELO! Sería un gran favor que me hace y así le hago que me explique esta ridiculez que quiere hacer.

-¿Qué sucede?- se escuchó en la puerta de la habitación mientras se abría.- ¿Por qué tantos gritos?- dijo mi padre ya dentro de la habitación.

-¡¿CÓMO ES ESO QUE ESTOY COMPROMETIDA?!- le grite- ¿TE HAS VUELTO LOCO? ¡NI SIQUIERA ME PEDISTE MI OPINIÓN!

-TU OPINIÓN SE PUEDE IR AL CARAJO ¡VÍSTETE Y YA!- me gritó.- Si no lo hace.- dijo mirando a la chica.- La sedas. Ya sabes lo que tienes que hacer.- le dijo y la chica asintió. Mi padre salió de la habitación y cerró la puerta tras de él.

Mire a la chica la cual me miraba con un poco de lástima.- Son ordenes Señorita.- me dijo. Asentí, debía hacerlo, no permitiría que me sedaran nuevamente.

Así que tome un vestido, un rosado, muy opaco, como de que algún día usaría una abuela. Mire mis pies, aun no me tocaba el día de arreglo así que estaban dañados. Tome un par de sandalias que mostraran mis dedos sin arreglar. En vez de peinar mi cabello solo lo tome en un moño, dejando hebras sueltas por todos lados. Sonreí frente al espejo, ahora sí, a conocer al supuesto prometido que renunciara a este negocio al solo verme. Tome el chip que guardaba como a nada y lo guarde en una pequeña cartera de mano. Respire antes de salir del vestidor y ver a la chica que me miro con cara de espanto.- Vamos, no quiero llegar tarde.- le dije.

-Señorita…

-¿Qué? ¿También dirán como debo vestirme?- le dije con ganas de ahorcarla.

-No Señorita.- dijo y bajo un poco la cabeza por pena. Quise sonreír pero era mejor dejar lo mejor para lo último.

Salí de la habitación, todos me miraban extraños, ha de ser porque no iba tan arreglada como para verme con mi prometido. Así que los ignore, baje los dos pisos y llegue al final donde antes de salir por la puerta de adelante un hombre, de los grandes, me tomo por el brazo y me llevo hacia la puerta de atrás que daba hacia el aparcamiento de los autos de la casa. Suspire, la mujer venía junto a mí.


Me subí al auto y puse unos auriculares con mi MP3 comencé a tararear la canción pero podía escuchar lo que decían a mi alrededor aunque les hacía creer que no era así. Pero aun así me sentía nerviosa e impaciente por saber quién era ‘mi prometido’ y como reaccionaria al verme.

viernes, 19 de junio de 2015

SINOPSIS


¿Podría recuperarse un amor perdido?
¿A pesar de las adversidades podrán unirse nuevamente?
Porque cuando sus caminos son diferentes se convierte todo difícil.


ÉL. En su banda, con sus amigos, su trabajo, lo que ahora era prioridad.

ELLA. Obligada estar en un lugar que no quería estar, con una persona con la que no quería estar, haciendo cosas que no quería hacer.


Pero tienen algo en común.
Un pasado.
Momentos.
Recuerdos.

Y… UN AMOR.