miércoles, 24 de junio de 2015

CAPITULO 1

JUSTIN






-¡PAPÁ!- grite nuevamente llorando para que dejara de golpear a Justin quien casi quedaba inconsciente en el suelo.- ¡DÉJALO!- lloré.

-¡TE DIJE QUE SI VOLVÍA LO MATARÍA!- me gritó mirándome furioso.

-¡DÉJALO!- chille.- ¡TE JURO QUE NO LO VERÉ NUNCA MÁS! ¡TE LO JURO!- chille.

Él se detuvo, como si hubiese escuchado lo que siempre había esperado oír. Justin me miro, sus ojos miel que apenas se veían por su hinchazón hicieron que cayera en cuenta de lo que acababa de hacer, acababa de jurar que me alejaría de él por siempre. Y aunque quise salir corriendo y tomarlo entre mis brazos, me quede quieta en mi lugar, esto no era nada por mí. Era por él, no quería que mi padre lo matara. Me mataría yo misma si pasara eso.

-ENTONCES LÁRGATE.- me dijo mi padre.

-NO SI NO LO HACES CONMIGO.- le dije.

-BIEN.- dijo sonriendo. Y comenzó a caminar hacia mí.

-LOS TRES HOMBRES QUE TIENES EN EL EDIFICIO Y LOS DOS DE AFUERA QUE SE VAYAN PRIMERO.- dije. Pensaba dejar a Justin a salvo.

-CREES QUE NO CUMPLIRÉ MI PALABRA.

-¿ESPERAS QUE TE CREA?- le pregunte aun con las lágrimas en mi rostro.

Mi padre sonrió con malicia y levanto su mano a lo alto de su rostro hizo dos señas con sus dedos. Mire al hombre que había tras de mí, en un abrir y cerrar de ojo él se encontraba con el brazo tendido y dos impactos del arma se escucharon en el lugar. Me volteé inmediatamente. Él hombre tenía su arma en la mano y Justin tenía una herida en su pecho.- ¡JUSTIN!- grité. Él corazón se me desgarro y corrí hacia él, lo tomé entre mis brazos llorando.- No me dejes bebe, no me dejes.- le susurré acariciando su cabello mientras sus ojos claros iban perdiendo el brillo en dirección a mi.- ¡JUSTIN AMOR NO ME DEJES!- dije llorando y abrazándolo.

-No lo jures, no me dejes…- susurró.

-No lo hagas tú…- lloré. Bese su frente y lo apreté a mi mientras lloraba. Él apenas respiraba.

-No lo haré.- dijo él sonriendo un poco. Y sus ojos me dieron esa mirada… esa mirada que decía todo.

-No…- dije llorando.- NO LO HAGAS.- chillé. Sus ojos perdieron el brillo total- ¡NO!- grite.- ¡JUSTIN!- grite mientras mis entrañas me quemaban por dentro haciéndome sentir el dolor de perderlo esta vez para siempre.



Me senté en la cama de golpe, estaba sudada y con lágrimas en mi cara. Joder, había soñado nuevamente con él. Sequé mis lágrimas que habían salido mientras dormí. Me levante de la cama y mire por la ventana. Desde un tercer podía ver todo, y más si la casa de mi padre estaba en un lugar alto. Camine hasta la puerta de mi habitación y mire por el pequeño huequillo, como lo había imaginado, 4am y el hombre de pie junto a mi puerta.




*JUSTIN*


-¡Ya!- gritó ella riéndose en el mueble, la mire desde el umbral de la cocina. Sonreí. Era hermosa. Se dio de cuenta que la estaba mirando así que saco su lengua en forma de mueca y se giró otra vez hacía los chicos metiendo un mechón de cabello tras de su oreja.

-¿Se quedara hoy acá?- preguntó una voz femenina que me hizo volver en sí. Me voltee a mirarle.

-Fabiana…

-Dime.- dijo ella levantando sus cejas y con brazos cruzados esperando la respuesta de lo que me había preguntado.

-Eso creo…- dije bajando la mirada. Podía ser duro con todos menos con ella.- Fabiana…

-Bien por ti.- dijo ella molesta. No se despidió, fue hasta la sala y se detuvo frente a todos.- Ryan llévame a casa.

-Pero por…

-Llévame.- dijo ella sin dejarlo hablar. De un tiempo para acá se había vuelto en algo como nuestra madre. Aunque con Ryan, era otra relación, habían comenzado a salir luego de que ___ se fuera.
Mi cuerpo se puso rígido al recordarla. Fruncí mi ceño. – Justin vamos a jugar.- dijo Susana tomándome de la mano mientras sonreía.

-Iré a dormir.- le dije serio. Ella dejo de sonreír un poco.

-Anda Justin, esta divertido.- dijo haciendo un poco de presión en mi mano.

-¡QUE NO JODER!- le grite. Ella me soltó y se quedó allí quieta. La mire, sentí pena por ella, pero muy al fondo, así que la mire.- Si quieres quédate.- le dije sin mirarla y me fui a mi habitación.
Me importo una mierda* como se sintiera, yo me sentía mucho peor que ella. Y sí que estaba seguro de eso.
Fui hasta mi cuarto y tire la puerta con todas mis fuerzas, las risas las continuaba escuchando, comenzaban a ser más fuertes cada vez, aunque a veces Susana hacía que se alejaran un poco, pero solo un poco.




Luego de unos minutos tres pequeños golpes estuvieron sobre la puerta, me encontraba acostado en mi cama, así que la puerta se abrió y entro Susana. Cerré mis ojos.- ¿Qué quieres?

-Vengo a dormir…- dijo ella con una pequeña sonrisa aunque no era sincera.

-Pues te has equivocado de habitación.- dije sin mirarla y puse mi brazo sobre mis ojos.

-Justin yo…

-No duermo acompañado ¿entiendes eso?- la miré.- Nunca eh dormido con nadie a mi lado…

-¿Te hicieron daño?- dijo cerrando la puerta tras ella.- Si es así puedes dejar que intente arreglarlo…- dijo comenzando a caminar hasta mí. Permanecí en silencio con mi mandíbula tensa.- Justin yo podría…

-¿Dejarme tranquilo? Si, estaría perfecto.

-No Justin, yo podría ablandar tu corazón.

-¿Te eh dicho que quiero eso?

-Sé que nunca lo dirás aunque quieras que lo hagan…- dijo llegando hasta la cama.

-Te eh dicho que voy a dormir te agradecería que me dejes descansar Susana.- le dije serio.

-Justin.

-Hasta mañana.

-No me iré hasta que me digas que te sucede…

-¿Me obligaras a sacarte a la fuerza?- le pregunte.

-Bien.- dijo y junto sus manos.- Lo eh hecho, ve como me tratas, no puedo estar así siempre.- dijo escuche que su voz se quebró. La mire nuevamente.- ¡No puedes siquiera ver que yo si te quiero y no soy como la puta que tuviste antes que fue la que te hirió!

-¡CÁLLATE!- le grité y me senté. Ella brinco en su lugar y dio un paso hacia atrás.- ¡NO ME CONOCES COMPLETAMENTE NI CONOCES POR LO QUE PASE PARA QUE ESTÉS HABLANDO ASÍ!- le grite.

-Pues déjame conocerte…- me dijo en voz baja y dio dos pasos hacía mí quedando frente a mí y acariciando mi rostro.

-VETE.- dije furioso.

-Justin…

-¡LARGO!- le grite, ella comenzó a llorar y salió casi que corriendo de la habitación cerrando la puerta de un golpe tras ella.
Gruñí. Y me puse de pie, comencé a tirar todo lo que  se encontrase a mi alcance. La puerta de la habitación se abrió y entro Ryan, quien había regresado de llevar a Fabiana a su casa.

-¡HEY BROTH!- dijo tomándome por los brazos.- ¡CÁLMATE! ¡DETENTE!

-¡NO PUEDO RYAN! ¡NO PUEDO SOPORTARLO MÁS!- dije golpeando la pared.

-¡JUSTIN! ¿HEY? ¡JUSTIN ME TIENES A MI, TIENES A SUSANA, NOS TIENES A NOSOTROS!- me dijo.

-Ryan…- dije cayendo al suelo sin fuerza, a solo llorar.- Broth… Solo te tengo a ti, a los chicos… Susana debe odiarme… y Fabiana… ¡joder! Fabiana no sé porque esta así conmigo…- le mire.

-Fabiana está molesta…- me dijo. Lo mire sin entender.- Has dejado de buscar a su amiga y eso le duele… y ahora que esta Susana…

-¿La odia?- pregunte con una media sonrisa. Él asintió sonriendo. Tape mi cara, deje de sonreír.- Broth… tú más que nadie sabe que la busque hasta mas no poder…- mordí mi labio inferior.- Ella…- seque una lagrima.- desapareció.- cerré mis manos en puños.- Ese desgraciado se la llevo… y…

-Justin… no te hagas más daño.

-No puedo olvidarla Ryan, por más que intente… ella era…

-¿Tu alma gemela?- dijo Ryan sonriendo con ganas.

-Ella era mi todo Ryan, ella me entendía… ella me alejo de mis demonios… y ahora…

-Te ahogas en ellos por ella misma…

-Aun no entiendo porque Fabiola le molesta que haya dejado de buscarla cuando no descanse en todo un año…

-Fabiola tenía esperanzas de que la encontráramos… ya van un año y cinco meses Justin…

-¿Crees que no lo sé?- le pregunte, yo más que nadie sabía cuánto había pasado. Podrían preguntarme los días y horas y se las diría.

-Intentémoslo.- me dijo. Lo mire, él alzo un poco sus hombros.

-¿Crees que la logremos encontrar?

-Le eh prometido a Fabiana que lo intentaríamos de nuevo…

-Así que esto es por tu novia…- dije mirándolo con ganas de matarlo pero entendiéndolo.

-Broth, me dijo que desaparecería al igual que ___ si no hacemos el intento de buscarle nuevamente…

-Bien, pon al tanto a los chicos.- dije, seque mis lágrimas. Una pisca de esperanza había aparecido en mi pecho. Me puse de pie junto a él.- Pero…- lo detuve.- Susana no debe saber nada de nada…

-Hecho.- dijo Ryan sonriéndome. Le di una media sonrisa.

Ryan camino hasta la puerta de la habitación.- Por cierto.- le dije, él se detuvo.- ¿Y Susana?

-En la habitación de invitados… está llorando deberías…

-Debería recoger esto para acostarme a dormir.- dije  sin dejarlo terminar de hablar. Él no dijo nada, asintió y salió de la habitación cerrando la puerta tras él.



*___.*


Me levante, o mejor dicho, me levantó la chica encargada de mí, la que decía que me tocaba hacer o a donde ir, así que me duche, ahora debía vestirme como una hija de un empresario, muy bien vestida, adiós jeans, ahora eran solo vestidos largos, cortos y zapatillas.

-A las 9:30 conocerá al chico, así que le recomendaría que usara un vestido color oscuro que le haga resaltar el color de su piel.

-¿Qué chico?- la mire sin entender aun en toallas eligiendo que ponerme.

-Señorita.- dijo ella un poco pasmada.- Pensé que su padre le había comentado…

-Pensé que sabía que soy una prisionera aquí y ni siquiera le veo.- le dije.

-Bueno, le informo que hoy conocerá a su prometido.

-¡¿MI QUÉ?!- grite.

-Señorita debe darse prisa.- me dijo.

-NO IRÉ A NINGÚN LUGAR.- dije molesta y me fui hasta mi cama.

-No me obligue a llamar a…

-¿A mi padre?- pregunte.- ¡LLAMELO! Sería un gran favor que me hace y así le hago que me explique esta ridiculez que quiere hacer.

-¿Qué sucede?- se escuchó en la puerta de la habitación mientras se abría.- ¿Por qué tantos gritos?- dijo mi padre ya dentro de la habitación.

-¡¿CÓMO ES ESO QUE ESTOY COMPROMETIDA?!- le grite- ¿TE HAS VUELTO LOCO? ¡NI SIQUIERA ME PEDISTE MI OPINIÓN!

-TU OPINIÓN SE PUEDE IR AL CARAJO ¡VÍSTETE Y YA!- me gritó.- Si no lo hace.- dijo mirando a la chica.- La sedas. Ya sabes lo que tienes que hacer.- le dijo y la chica asintió. Mi padre salió de la habitación y cerró la puerta tras de él.

Mire a la chica la cual me miraba con un poco de lástima.- Son ordenes Señorita.- me dijo. Asentí, debía hacerlo, no permitiría que me sedaran nuevamente.

Así que tome un vestido, un rosado, muy opaco, como de que algún día usaría una abuela. Mire mis pies, aun no me tocaba el día de arreglo así que estaban dañados. Tome un par de sandalias que mostraran mis dedos sin arreglar. En vez de peinar mi cabello solo lo tome en un moño, dejando hebras sueltas por todos lados. Sonreí frente al espejo, ahora sí, a conocer al supuesto prometido que renunciara a este negocio al solo verme. Tome el chip que guardaba como a nada y lo guarde en una pequeña cartera de mano. Respire antes de salir del vestidor y ver a la chica que me miro con cara de espanto.- Vamos, no quiero llegar tarde.- le dije.

-Señorita…

-¿Qué? ¿También dirán como debo vestirme?- le dije con ganas de ahorcarla.

-No Señorita.- dijo y bajo un poco la cabeza por pena. Quise sonreír pero era mejor dejar lo mejor para lo último.

Salí de la habitación, todos me miraban extraños, ha de ser porque no iba tan arreglada como para verme con mi prometido. Así que los ignore, baje los dos pisos y llegue al final donde antes de salir por la puerta de adelante un hombre, de los grandes, me tomo por el brazo y me llevo hacia la puerta de atrás que daba hacia el aparcamiento de los autos de la casa. Suspire, la mujer venía junto a mí.


Me subí al auto y puse unos auriculares con mi MP3 comencé a tararear la canción pero podía escuchar lo que decían a mi alrededor aunque les hacía creer que no era así. Pero aun así me sentía nerviosa e impaciente por saber quién era ‘mi prometido’ y como reaccionaria al verme.

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