sábado, 27 de junio de 2015

CAPITULO 2

MI PROMETIDO




*___.*


Baje del auto, por supuesto que esta vez sí me dejarían ir sola, claro, me encontraría con ‘mi prometido’. Baje la mirada, era un restaurant muy privado, había muy pocas personas, suspire. Camine por los espacios que había entre las mesas y sus asientos, ahora me sentía nerviosa, de seguro era un hombre un poco más joven que mi padre, pero muy viejo para mí.

Mire a mi alrededor, no había nadie en esta parte del lugar, era más solo y tranquilo. Así que me di mi tiempo de caminar más lentamente, habían dos personas, dos hombres, uno a mi lado derecho, y el otro a mi lado izquierdo. Así que el que estaba a mí lado izquierdo estaba frente a mí, miraba por la ventana del lugar que se encontraba a su lado, mantenía sus manos tomadas en un puño. Mayor, como de 30 años o más. Quise negarme a la idea de que fuese él. Mire a mi derecha, estaba el hombre de espalda, solo podía ver que vestía muy formal, como el otro hombre, su cabello oscuro y liso, trague saliva. Quería darme la vuelta e irme, pero no podía, estaba amenazada que si hacía algo que a mi padre le desagrade dejaría a mi madre en la calle o no me daría más noticias sobre ella.

Pase caminando por al lado de la mesa de mi derecha que estaba pegada a la pared, dirigiéndome lentamente al señor que miraba por la ventana en espera de alguien. Trague saliva.- ¿___ Jess?- dijo alguien detrás de mí antes de que yo pronunciara un ‘Hola’ al señor de la mesa. Me gire inmediatamente ante la voz masculina. Me fije que hombre de la mesa estaba de pie a un lado de la mesa sonriéndome, abrí mis ojos, no era un hombre, bueno si, pero joven, como… como Justin. Abrí mi boca dejando escapar el aire, era… No era viejo, era un chico joven, era… era lindo, trague saliva, ahora sentía pena por mi vestimenta.

Anda ___ te vestiste así para no gustarle para no comprometerte, para que él se arrepienta, tu no cambies de opinión.

-¿___?- pregunto nuevamente él. Asentí.- Hola…- dijo con voz varonil.- Mi nombre es Austin Norris.
-Eh… yo…- no podía articular palabras este chico tenía algo que me recordaba mucho a Justin, no sé qué era pero lo hacía.- Yo…
-___ Jess.- dijo sonriendo.- Lo sé.- dijo sonriendo.- Un placer conocerte.- Extendió su mano, hice lo mismo y estrechamos nuestras manos.- Toma asiento.- dijo señalando el mueble que había alrededor de la mesa, asentí y me senté allí, estaba anonadada, esperaba a alguien peor.

Él se sentó frente a mi sonriendo, me di de cuenta que me miraba, si lo hacía, detalladamente, estará pensando que soy una loca que consiguió todo en un basurero, pero… así es mejor, que no le guste, no quiero casarme, no con él. El chico mesero se acercó, también me miro de forma extraña, ahora si sentía pena, no pensé en eso antes de actuar así, el chico dejo el menú de las comidas y bebidas. Me mantuve quieta, suspire mientras fingía leer el menú.

-Creo que… esto es algo…

-Extraño.- dije.

-Si.- me respondió. Asentí.- Creo que yo te conozco un poco pero tu…

-Vale mira.- le dije mirándolo.- La cosa es así yo apenas me entre hace menos de dos horas que estaba comprometida contigo, ni siquiera sé quién eres, ni siquiera te conozco, ni siquiera quiero estar comprometida, y ni siquiera quiero casarme.- le dije, todo rápido, pero muy claro. Él se quedó en silencio mirándome sin entender, con sus ojos un poco abierto. Fruncí mi ceño.

-___... pensé que…- suspiró.- Bueno yo lo se hace un mes, tampoco quería casarme.- Le mire sorprendida.- Pero ahora que te estoy conociendo…

-Espero que aun sigas queriendo no casarte.- dije. Él sonrió y negó con su cabeza.

-Bueno, no hablemos de eso, no podemos hablar de compromiso cuando aún no nos conocemos.

-Díselo a mi padre.

-___... creo que deberías tomarte el tiempo de conocerme.- lo mire un poco.- Puedo posponer la fecha de la boda si quieres, pero tomate el tiempo de conocerme.

-¿Fecha de la boda?- lo miré pasmada.

-Sí. ¿Acaso no lo sabías?

-Te dije que me entere hace menos de dos horas que estaba comprometida.

-Bueno ahora entérate que ya la fecha esta puesta.

-¿Para cuándo?

-Octubre, dos meses antes de navidad.- Lo mire con miedo, no quería casarme.

-Peor estamos en Julio.- dije en shock.

-Lo sé.- dijo él mirándome con preocupación.- Pero… puedo decirle a mi padre que pospongamos la boda.

-Y eso sería…

-En ese tiempo nos conoceríamos… mejor.

-Posponla.- le dije mirándolo con pánico.

-Hey, tan feo así te parezco que tienes prisa en que la posponga.

-No eres feo…- dije con la mirada baja.

-¿Entonces?

-No quiero casarme…

-Yo tampoco.

-¡Entonces posponla!

-Debo convencer a mi padre, créeme yo no esperaba esto, me estoy casando por el negocio que hizo mi padre con tu padre.- lo mire, así que era por negocios.

-¿Qué tipo de negocio?- pregunte.

-Tu padre quiere ser socio de la empresa de mi padre, como un segundo presidente de empresa, o una empresa compartida, pero para eso, la idea estúpida de mi padre es que tú te cases conmigo.

No dije nada, estaba siendo utilizada por mi propio padre, ¿Dónde estaba el padre que de verdad me quería? Podía sentirme más que usada, pero por lo menos mi padre no me estaba prostituyendo, o eso era lo que él me gritaba cuando estaba furioso ‘¡POR LO MENOS NO TE ESTOY PROSTITUYENDO!

-Permiso, ¿ya eligieron?- dijo el chico retirando el menú sacándome de mis pensamientos.

-Podrías traer solamente dos cafés y…- me miro y miro el menú.- Este postre.- dijo él chico asintió y se retiró.

-Yo debería… ofrecerte una disculpa.- dije con la mirada hacia la mesa.

-¿Por qué?

-Me eh comportado mal. Te eh dicho que no quiero nada, y aunque es así.- trague saliva, si esto salía mal mi padre me mataría.- Pero… pido que pospongas la boda.

-Hablare con mi padre.

-Hasta Febrero…- le dije mirándolo.

-Estas diciendo que por cinco meses la posponga.

-Sera suficiente para conocerte.- le dije llevando mi mirada hacia él.

-Tratare de convencerlo.- dijo suspirando.

El chico regreso con los cafés y unos pastelitos dulces, hice una mueca como una sonrisa. El chico se retiró y nos dejó a solas nuevamente.

-¿Por qué has pedido algo dulce en vez de comida?- le pregunte.

-¿Puedo sentarme más cerca de ti?- me preguntó, le mire asombrada. Asentí lentamente. Él sonrió y se rodó en el mueble de cuero negro hasta quedar a mi lado izquierdo, no estaba tan cerca como para pegar nuestros brazos o chocar, no, estaba cerca pero no tanto.

-No me has respondido…- le dije.

-¿El qué?

-¿Por qué has pedido pasteles dulces en vez de salados o comida normal?

-Ah…- dijo y sonrió.- Creo que estas como muy deprimida y necesitas algo de dulce en tu cuerpo, te ayudara a sentirte mejor.- dijo sonriendo.- Toma.- dijo entregándome un pastelito. Lo tome y le sonreí. No pronuncie nada mientras lo comía. Él tampoco, bueno hasta que se decidió hablar nuevamente.- ¿Por qué estas así, triste?

-Extraño a mi madre.- le dije sin mirarlo.

-¿Y eso?

-Larga historia.

-Tengo tiempo para escucharla…- dijo. Negué con la cabeza.- Bien… ¿otro día?- asentí.

-Yo también la extraño…

-¿A tu mamá?- pregunte. Él asintió.- ¿Si la extrañas porque no estas con ella?

-No puedo…

-¿Por qué?

-Murió hace cuatro años.- me respondió.

-Lo siento.

-Tranquila, se llevarlo.- me mantuve en silencio.- ¿Y tú?- me preguntó, lo mire sin entender.- ¿Por qué no estas con tu mamá?

-No puedo por algunas razones. Pero ella si está bien… bueno eso creo.

-¿Y porque no la llamas?

-No tengo celular.

-Ten.- dijo poniendo su celular sobre la mesa frente a mí, lo mire sin entender aunque moría por tomar el celular.- No me mires así, tómalo.- sonrió.

-¿En serio?

-Si.- dijo sonriendo con ganas. Tomé el celular entre mis manos. Encendí la pantalla y suspire, este era mi escape. El celular tenía contraseña ¿me estaba jugando una broma? Lo mire y le mostré el celular.

-¡Ah!- dijo recordándolo y sonriendo, es esta mira.- me dijo mientras hacía una figura en la pantalla. Asentí. Él sonrió y el celular se desbloqueó.

Tome la pequeña cartera de mano que traía y saque el chip de mi celular para ingresarlo a su celular. Él frunció un poco su ceño pero sonrió.- Creo que venias preparada.- dijo, asentí sonriendo. Luego de instalarlo mire los contactos, no salían todos, solo dos, el de Fabiana y el de mi madre. Sin duda alguna seleccione el de mi madre rápidamente y lleve el celular a mi oído. Él me miraba sonriéndome. Yo… estaba nerviosa, no hablaba con mi madre desde que mi padre me saco de la casa, siempre supe de ella porque mi padre me lo decía y ya.

-¿Aló?- contestó. Era ella, no había cambiado su número de teléfono. Sonreí.

-¿Mamá?- dije y no pude evitar que una lágrima resbalase por mi mejilla.

-¿___? ¡___!- dijo y supe que había comenzado a llorar.

-Hola mamá…- dije llorando.

-¿Estas bien hija?

-Sí lo estoy, ¿y tú, estas bien?- pregunte.

-Lo estoy cariño.

-Te extraño mamá.- dije llorando.

-Mi niña también te extraño.

-Mamá, volveré, no lo olvides, hare lo que sea para volver.- dije en voz baja. Él solo me miraba con una pequeña sonrisa.

-Hija… mis cartas… ¿te han llegado?

-No mamá, papá solo me dice que estas bien…

-Mi niña… te extraño.

-Y yo a ti mamá…- dije sequé mis lágrimas.

-Fabiana me dejo su número hace como tres meses, por si me comunicaba contigo te lo diera.

-Eh… si mamá, envíalo en un mensaje.- dije nerviosa ¿y si este chico le decía algo a mi padre?- Debo dejarte mamá, es un celular prestado. Te amo mamá. Iré cuando pueda.

-Cuídate hija, Dios te bendiga, te amo…

-¡Mamá!

-¿Dime?

-Envíalo en un mensaje. Ahora mismo.

-Está bien hija.- dijo y colgó.

Comencé a llorar con mi rostro escondido entre mis brazos que estaban sobre la mesa.

-Hey… ¿ella está bien cierto?- me preguntó él. Seque mis lágrimas asintiendo.- No llores, si ella está bien, no llores.

-La extrañaba…- dije mientras secaba mi cara.
-¿Desde cuándo no hablabas con ella?- preguntó con una sonrisa.- ¿Hace una semana, dos?- negué con mi cabeza.

-Desde hace un año y cinco meses…- dije y las lágrimas amenazaban con volver a salir. Él dejo de sonreír, se quedó quieto.- No te sientas mal.- sonreí, o fue más una mueca.- Te entregare el celular en un momento…- le dije.- Espero un mensaje de mi madre.

-Puedes quedártelo.

-¿Qué?- lo mire sorprendida.

-Quédatelo.- dijo.- Para que hables con tu mamá cuantas veces quieras.

-¿Estás seguro?

-Tengo otro en casa…- sonrió y alzo un poco sus hombros.

-Mi padre no me permite tener celular.

-Dile que te lo eh dado yo para que nos comuniquemos aunque no sea así.

-Podría escribirte.- le dije.

-Entonces déjalo para ti.- dijo sonriéndome.

-Gracias…- le dije y sin poderlo evitar lo abrace, él sonrió y me devolvió el abrazo.

-¿Aun quieres posponer la boda?- me dijo sonriendo.

-Si.- le dije sonriendo.

-Bien.- sonrió. Suspiro y miro a su alrededor.- Deberíamos salir de acá y dar un paseo. ¿Te parece bien?- me preguntó. Asentí.- Bien.- dijo y se rodó hasta la otra salida del mueble se puso de pie y me dio su mano, sonreí, la tome y me puse de pie. Solté su mano no caminaría agarrada de la mano con él. Así que salimos del lugar, el saco unas llaves y desconecto el seguro de su auto, lo mire asombrada, mire a mi alrededor. No estaban mis guardaespaldas ni nadie, me habían dejado a sola con él.- No están, les eh dicho que se fueran.- dijo el sonriendo. Asentí mientras subía a su auto y el cerraba la puerta.

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