viernes, 20 de noviembre de 2015

CAPITULO 22


-Deberíamos ir un día de estos a…- me detuve en medio de la frase cuando el celular de Justin comenzó a sonar.

-¿Aló?- le vi responder.- Si.- dijo mirando el paisaje mientras por su mente quizás pasaba algún pensamiento.- ¿Qué mierda estas diciéndome?- dijo frunciendo un poco su ceño.- ¡No! ¡No se lo permitas!- dijo un poco alterado, lo mire curiosa queriendo saber que sucedía.- ¡Voy para allá ahora mismo!- dijo y colgó la llamada, lo mire sin entender, él debía decirme que sucedía ¿o no?

Pero no fue así, simplemente se puso de pie y comenzó a caminar y yo me puse de pie.- ¡EY!- le grite, él se detuvo, estaba como a dos metros de mi.- ¿Piensas dejarme aquí?- le dije sin tratar de ocultar mi enojo.

-___, vamos, debemos ir a casa.- dijo sin nada de simpatía. Asentí para mí misma y me di de cuenta que los “momentos perfectos” no duran para siempre.- Date prisa.- dijo cuándo me vio aun de pie en el mismo lugar y el comenzaba a caminar.

Voltee mis ojos, eso faltaba, que él pagara su humor conmigo, suspire, al llegar al auto subí sin decir nada, y él hizo lo mismo, puso el auto en marchar y yo me mantuve en silencio un momento, luego de un rato revise mi suéter y en uno de los bolsillos conseguí mis auriculares, suspiré y los coloque en mis oídos. Sí él no hablaba mucho menos lo haría yo. Aunque estaba muy feliz por estar con él nuevamente… él simplemente me estaba desanimando, y me hacía inclinarme más a la idea de dejarlo, no mantener ninguna relación con él.


El camino de regreso se hizo rápido, llegamos al lugar, la casa de los chicos, el auto se apagó y Justin bajo casi que corriendo del auto, baje con calma, aunque quería saber qué era lo que había sucedido así que acelere el paso, al pasar el umbral de la puerta los vi a todos, menos a Justin, se encontraban todos los chicos bien, todos estaban bien, mire a Fabiana que me miraba con preocupación, al igual que todos. Pero no tarde mucho en escuchar…

-¡ESCÚPE ESO! ¡ANDA!- escuche la voz de Justin, baje la mirada, Justin se encontraba en una de las habitaciones de abajo pero no sabía cuál, escuche su llanto, el llanto de ella, Susana, él había venido acá por ella, solté aire lentamente, evite sentir el mareo, evite sentirme algo decepcionada, quería dejarlos de escuchar, ella le suplicaba a él que no la dejara, mientras él intentaba calmarla y hacerla escupir lo que sea que se hubiese tragado.

Camine hasta Ryan con mi celular en la mano.- Necesito el número de Justin…- dije alzando un poco mi celular y sin mirarlo.- Me comunicare con él luego.

-Amiga no puedes irte así, tu…-dijo Fabiana.

-Me salió algo con mi madre.- dije sin siquiera mirarla.

-¿Me das el número o me voy sin él?- dije a Ryan sin mirarlo aún con el celular alzado. El tomo el celular, anotó el número y me lo entrego nuevamente.- Gracias.- Dije esta vez mirándolo, su rostro de preocupación me decía que no debía hacerlo, pero ya estaba hecho.

Camine hasta la puerta poco a poco, aun escuchando el llanto de Susana y como Justin la calmaba.- ¿Necesitas que te lleve?- Dijo Khalil.

-No, he pedido un taxi.- dije sin mirarlos.

-No puedes irte así.- Me dijo.

-No puedes…- susurró Fabiana.

-Si puedo.- dije.- Lo estoy haciendo.- no los mire.

-Él te necesita.- me detuve en el umbral de la puerta para salir. Baje la mirada, yo le había prometido no irme… pero, él estaba muy ebrio como para recordar eso, yo solo… había venido a sacarlo de su oscuridad.

-Ella lo necesita a él.- dije y di un paso más.- Pueden ayudarse entre los dos como todo este tiempo.- dije y sin más decir termine de salir de la casa. Cerré la puerta tras de mí y un par de lágrimas salieron, suspire, no podía dejarme afectar por esto, había prometido no llorar, había hecho una promesa con Austin. Camine por toda la orilla de la calle, no quería caminar mucho, estaba en la misma manzana de donde vivía Kate, así que, no quería encontrarme con ella.

Vi la casa desde lejos, y sonreí, recordé cuando escape de casa diciendo que iría a estudiar matemática y en realidad venía a una fiesta. Baje la mirada y vi un auto acercarse, lo detuve como si fuese un taxi, la ventanilla del auto blanco se bajó y yo me incline un poco para lograr ver quien lo conducía, un chico, blanco, cabello castaño, me sonreía.- ¿Necesitas algo?

-Necesito un aventón.- dije, él sonrió más.- ¿Hacía donde te diriges?

-Voy por la vía de New Rom… ¿te sirve?- preguntó.

-Creo que sí.- dije, él hizo seña con su cabeza de que subiera al auto, quito el seguro y abrió la puerta, mire tras de mí, asegurándome que ningún chico me viera y menos Justin. Subí y de inmediatamente el auto se colocó en marcha, la ventanilla subió y el aire acondicionado estaba al máximo, comencé a sentir frio, pero omití eso mientras… algo como un miedo me comenzaba a recorrer el cuerpo, estaba completamente loca, ¿Cómo se me ocurría subir al auto con un extraño? Lo mire él me sonrió un poco y continuó manejando. Quité esos pensamientos de mi mente, al final… no podría sucederme algo peor de lo que ya me había sucedido. Me encogí de hombros y me acomode en el asiento.

-¿Y cómo te llamas?

-___...- dije. Él asintió.

-¿No preguntaras mi nombre?- dijo sonriendo.

-¿Cómo te llamas?- pregunte mirándole.

-Rich.

-¿Rich?- dije frunciendo mi ceño.- ¿Richard?

-No.- rió.- Rich, así solamente.

-Nombre extraño.- Dije pensando aun en el nombre.

-Lo es.- dijo sonriendo, le devolví una sonrisa.

-¿De dónde eres?- le pregunte.

-Canadá.- dijo sonriendo.

-¿Y qué haces acá?

-Vine a darte un aventón.- dijo sonriendo. Sonreí.

-¿Qué pasa si soy una delincuente y te robo el auto?- dije mirándolo.

-¿De dónde sacarías tu arma si no tienes morral?- dijo sonriendo.- ¿Qué pasa si soy un loco psicópata que te hará daño?- me preguntó sonriendo y poniendo cara de psicópata.

-No me puede suceder algo peor a lo que ya me ha sucedido.- dije sonriendo sin ganas.

-Al final ninguno somos nada de eso.- sonrió. Asentí.

-Déjame por acá.- dije viendo que estaba una cuadra cerca de los apartamentos y el seguiría de largo.

-Se hizo corto el camino.- dijo suspirando y deteniendo el auto. Asentí.

-Gracias por el aventón.- dije y baje del auto.

-De nada.- me dijo.

Cerré la puerta del auto y comencé a caminar hacia los apartamentos, mire atrás y ya no lo veía, camine despacio mientras llamaba a mi madre, le comenté que estaba algo peleada con Fabiana, aunque no era así, le dije que no diera mi dirección a más nadie, ni mi número de celular.

Luego de colgar me apresure a llegar a mi apartamento, subí a mi piso correspondiente y entre al apartamento. Pequeño, sí, era mi pequeño apartamento, apenas uno entraba y se encontraba con la sala de estar y la cocina en la misma, era todo los espacios distribuidos, deje sobre la mesa de la cocina mis llaves y mi celular, sobre una de las sillas deje el suéter, camine al refrigerador y tome un yogurt, camine cómodamente hasta mi habitación, lo cual estaba totalmente cerca y solo lo dividía de lo demás un pequeño umbral, en pocas palabras eran solo dos piezas. Subí al gran sofá y mi sofá preferido, se encontraba frente a la tv, y detrás estaba mi cama, así que me senté allí y comencé a comer yogurt mientras pensaba…


Pensé en Justin y ella, Susana. No me sentía con el poder de separarlo de ella, sé que estaba loca por lo que pensaba, pero, mirándolo desde otro punto de vista… Ella, ella es para él lo que Austin fue para mí. Ella es su ángel, ella lo ayudó cuando yo no estuve… Y aunque me doliera, me hiriera más de lo que ya estaba, yo no regresaría a él, no hasta que ella… sea quien lo deje, o él a ella, no se lo quitare, y no lo obligare a estar a mi lado, cuando realmente él pueda estar sin ella… yo… regresare. 

Mientras tanto… ella seguirá siendo su ángel… y yo siempre estaré allí… y seré su ángel el día que ella le falte.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario