martes, 24 de noviembre de 2015

CAPITULO 23

COMPANY




Llevaba una semana sin saber de Justin, incluso sin que nadie supiera de mí, aunque permanecía en la misma ciudad y permanecía en el mismo apartamento, no me permití que supieran algo de mí. Escuche varias veces el: ___ abre, soy yo, Fabiana, estoy sola… déjame pasar. A pesar de eso, continúe en silencio, y aunque a veces me sentía mal por estar sola… más mal me sentía cuando entendía que Justin no había puesto ni un poco de si para venir por mí, y eso me hizo darme de cuenta que… había tomado la decisión correcta.

Mi madre hacía el mercado de la comida y de otras cosas por mí, para evitar que saliera y me vieran, pero esa tarde… estaba aburrida, así que tome mi ropa, un jeans, una camiseta y mi sobretodo con gorro. Era fácil salir con esto, casi nadie lograba ver mi rostro.

Salí del apartamento y tome un taxi al centro comercial más cerca que tenía. Pague el respectivo dinero y camine hacia dentro. Aunque ya era de noche no me importaba andar hasta tarde en estos lugares, mire a mi alrededor, y sonreí, él había venido, era imposible que no viniese. Camine sonriente hasta donde él se encontraba detenido mirando unas cosas desde afuera de la tienda, él aun no me había visto así que camine en silencio y al ya estar cerca de él lo abracé por la espalda con fuerza.

– ¡Viniste! – dije apretándome a él, él rió.

–Estaba a punto de irme, pensé que alguien bromeaba sobre esto. – dijo, le solté y él se giró. – Estas hermosa. – me dijo con sus ojos claros brillando al mirarme.

–Siempre. – reí encogiéndome de hombros. – Te eh extrañado…– dije mirándole.

–Y yo a ti linda. – dijo y deposito un beso en mi mejilla, muy cerca de mis labios, sentí la sangre subirse a mi cabeza, lo que sentía era esa emoción de pena y alegría. – Deberíamos ir al cine.

– ¿Ahora? – dije mirándolo asombrada.

–Sí, ya eh comprado las entradas.

–Gracias. – le dije, tome su brazo y camine a su lado mientras pensaba en todo lo que podía suceder luego.

– ¿Por qué decidiste escribirme después de todo?

–Era lo único que podía hacer. – dije alzando un poco mis hombros.

–Me alegra ser tu opción. – dijo riendo.

–Eres un estúpido. – le dije riendo.


Llegamos a la fila de la entrada del cine, donde la persona de adelante chequea los tickets para ver si realmente van a esa función, escuche una risa, levante la mirada con el rostro a un debajo, solo mirando por encima de mis pestañas, era él, estaba con ella. Justin estaba con Susana. Tragué saliva. Esto podría no ser bueno. Le vi sonreír y abrazarla mientras ella reía, baje más mi rostro para que no me viera por el gorro del sobretodo que me cubría completamente si estaba en la posición de mirar hacia abajo.

–Debería ir por algo de comer antes de que nos toque el turno de entrar. – me dijo, lo mire.

–Yo iré. – dije y tome el dinero de sus manos y camine rápidamente al lugar donde vendían las palomitas de maíz, me quede un momento de pie tras un muro, podía verlos completamente desde allí. Les vi entrar, y luego vi que muy rápido se hacia el turno de nosotros, así que camine rápidamente a donde él se encontraba y entregamos las entradas.

– ¿Y qué hay de la comida? – me pregunto.

–Yo… simplemente no vi nada bueno que pudiese comprar. – dije sonriendo.

–Debería ir yo…– me dijo. Asentí. Llegamos a nuestros respectivos asientos y nos acomodamos.
Aunque a mitad de la película insistí en no quitarme el sobretodo ni siquiera el gorro, Kyle insistió, termine cediendo, lo quite, comí palomitas de maíz y bebí gaseosa. Aunque sentía nervios, Justin podría verme, no quería eso.

Mi celular vibro y me sobresalte, era un mensaje, fruncí mi ceño, ¡ÉL NÚMERO DE JUSTIN! Abrí mis ojos sin querer mirar a donde él se encontraba. No quise abrir el mensaje, no con Kyle a mi lado. Suspire. – Iré al baño. – le dije, él asintió. Me puse de pie y camine hacia las escaleras, baje y camine rápidamente hasta el pequeño pasillo que llevaba a la salida de la sala o entrada de la sala. Abrí el mensaje sin esperar más.

Justin:
TE ATRAPE NENA.

Respire profundo, debía escapar, no podía regresar a la sala, me había visto. Rápidamente escribí un mensaje.

Para Kyle:
Mi madre me ha llamado, me tengo que ir, discúlpame.

Cerré mi celular y camine rápidamente saliendo del cine y luego me dirigí a la salida del centro comercial. Mi celular comenzó a vibrar, no quise sacarlo, me cubrí nuevamente con el sobretodo, detuve un taxi pero una señora mayor se montó antes que yo, la insulte en mi mente. Detuve otros taxis pero ninguno se detuvo, la noche era más fría que antes y comenzaba a llover.

– ¡___! – escuche que gritó detrás de mí. Me gire a verle, era Justin desde la entrada del centro comercial. Abrí mis ojos y mire al frente, detuve un taxi y me subí con prisa.

Le dicte la dirección al taxista y él puso el auto en marcha, solté mi respiración poco a poco, por alguna razón me sentía a salvo. Si venía tras de mí, significaba que había dejado sola a Susana en la sala del cine. Yo no podía, no podía permitirme esto, volver con él, eso significaba hacer sufrir a la chica que lo cuido, no soy tan mal agradecida, ella lo llevo adelante cuando yo no pude, podría hasta decir que ella… merece a Justin igual que yo… o quizás más que yo. Abrí mis ojos, no era posible que estuviera pensando de esta manera, de ser así, debería luchar con ella y ser egoísta, sabiendo que… podría tener todas a mi favor. – Justin…– susurre para mí misma.

– ¿Ha dicho algo señorita?

–No, nada. – dije saliendo de mis pensamientos.


El taxi me dejo a dos cuadras de mi apartamento, no estaban dejando pasar autos por alguna razón, la calle estaba cerrada, camine, con prisa bajo la gran lluvia, casi tormenta. Llegue al apartamento y busque las llaves con prisa, estaba empapada, abrí la puerta y entre rápido antes de cerrar la puerta, la detuvieron. Abrí mis ojos. No podía ser.

– ¿Dejaras que me moje más? – me dijo mirando por encima de sus pestañas con su rostro un poco bajo, no sabía si estaba molesto o quería matarme.

–Justin. – dije sin aliento aun sosteniendo la puerta para que no entrara. Él empujo un poco la puerta, entro y la cerró con seguro, yo estaba en algo como shock. – Debes irte. – dije haciéndome la fuerte.

–Después de algo. – dijo y levanto su rostro, sus ojos estaban un poco tornados, aun me seguía preguntando si él estaba molesto.

–Después de q…– no termine de hablar cuando él me tomó por los brazos y me pego contra la puerta, pego su cuerpo al mío y sus manos estuvieron en mi cuello mientras comenzaba a besarme en los labios con fuerza. Gemí. Pero no podía negar que ya estaba más que en sus pies. Iba a luchar por él aun sabiendo que podría ganar.

Lleve mis manos a su cuello y lo apreté más a mí. Mordí sus labios, halé su cabello, él jadeó y sonrió. No mencionamos ninguna palabra, él quito mi sobretodo y yo su camiseta, dejamos la ropa húmeda sobre el suelo de la cocina, quitamos nuestros zapatos con rapidez y me elevó del suelo llevándome con él hasta mi habitación.

Quito mi ropa sin importarle si la dañaba o no, jadeé, era extremadamente excitante. Quise desabrochar su pantalón pero el mismo lo hizo quedando los dos en ropa interior, me empujó hacia la cama y caí solamente en ropa interior, él mordió su labio inferior mientras me veía y luego se echó encima de mí, sus besos fueron desde mi boca, hasta mi cuello y de allí se abrieron camino hasta mis senos, haciendo lo que yo no podía olvidar, besar y mordisquear cada uno de ellos, halé su cabello tratando de elevarlo para besarlo pero él no cedió.

Bajó por todo mi abdomen dando húmedos besos mientras quitaba mi braciers y luego dejaba recorrer sus manos por mi cuerpo hasta llegar a mis piernas, me miró como antes, por encima de sus ojos, sonrió con malicia, una sensación recorrió mi cuerpo. Justin… él estaba extraño…

–Justin…– susurré.

–Mantente callada. – me dijo. Abrí mis ojos, ese no era su comportamiento.

–Detente. – dije. Él hizo caso omiso, comencé asustarme. – Justin detente. – repetí.

– ¿Qué quieres? – dijo poniendo sus manos con fuerza a ambos lados de mí y alzándose un poco. Lo mire, había cambiado, no podía ser que hubiese caído otra vez en la oscuridad. Tragué saliva.

–Detente por favor. – dije asustada mirándolo.

– ¿No quieres que te haga el amor como a ___? ¡NO ES ESO LO QUE QUIERES SUSANA! – me gritó. Abrí mis labios y mis ojos.  Rápidamente salí debajo de él y coloque mi braciers nuevamente.

–Estas alucinando Justin…– le dije mirándolo a los ojos. Él frunció su ceño. – Soy ___... – dije con mis ojos cristalizados. Y allí estaba, siendo rota nuevamente por él.

Él abrió sus ojos completamente y me miró, su expresión cambio. – ___... – dijo tartamudeando. – ¿Cómo es que? – guardó silencio.

–Tu…– lo mire a los ojos.

–Lo siento si te lastime. – dijo respirando entrecortadamente. – No era mi intensión, disculpa si te hice algún daño…– dijo jadeando, como si le faltara aire y se hizo atrás tomando su cabello y entrando en desesperación.

–Está todo bien. – le dije de rodillas en la cama para quedar a su altura. – Justin ven. – dije y le extendí mi mano. Él me miro confundido.

–Te eh extrañado, te eh necesitado, creo que entre en esto porque camino acá solo eh pensado en lo que Susana me ha ocasionado en esta vida desde que llego.

–Lo entiendo… acércate. – le susurré, él se acercó, tomo mi mano, lo acerque más a mí haciendo que subiera también a la cama, deje que se sentara y me coloque encima de él. – Serás mi compañía esta noche… mi amante. – le susurré al oído, lo que nos podía iluminar era la pequeña luz que entraba por la ventana, ya que al llegar no me dio tiempo ni de encender las luces.

Comencé a besarle por el cuello mientras acariciaba sus brazos, la tensión del deseo se había ido, ahora solo había deseo, sin tensión, sin fuerzas, sin nada, solo deseo de uno del otro. Sus manos lentamente fueron tomando mis piernas, regrese a sus labios, lleve mis manos hasta atrás de su nuca, y halé su cabello. – Demuéstrame cuanto me has extrañado. – dije mirándolo a los ojos. Él asintió en silencio. Una de sus manos se posiciono en mi espalda y me giro, quedando él encima de mí, sonreí dentro de mí.

Sus besos regresaron a mi cuerpo, nuestros cuerpos se despojaron de la poca ropa que les quedaba, y en minutos nos volvimos uno, nuestros cuerpos al compás, sus labios en mi cuello, su aliento chocando en mi oído mientras susurraba cuando me amaba. Sus jadeos cada vez que le halaba el cabello. Las respiraciones aceleradas… todo comenzaba a ser una noche única, mejor dicho, ya era una noche única, y la única cosa que nos acompañaba era la lluvia. Nuestros jadeos por última vez, un suspiro espeso, mis caderas contraídas, un “Siempre serás mía nena”; y llegamos al límite. Sus manos se cerraron en puños mientras mantenía mi cabello en ella, un gemido en alto sin importar quién me escuchara, su gruñido… nuestros cuerpos agotados, y la tormenta se calmó.

La habitación se mantuvo en silencio. Su cuerpo aún estaba encima de mí. Él sonrió un poco contra mi cuello. – ¿te ha quedado claro cuánto te eh extrañado? – me dijo, asentí. – Creo que no me supe explicar completamente…– dijo acariciando un poco mi abdomen. – Te explicare de nuevo. – me dijo mirándome a los ojos, comencé a reírme por lo alto, un estruendo en el cielo y la tormenta comenzó de nuevo.

Tome su rostro y comencé a besarlo, esta vez, sus manos estuvieron quietas, solo nuestros labios se movían, aunque aún estaba encima de mí, no teníamos  penetración ni nada, estábamos haciendo el amor, ese que no se necesita tener sexo para hacerlo… No sé cuánto tiempo duramos así, pero sí sé que estábamos bien, disfrutábamos de eso, de nuestros labios, se sostuvo sobre sus codos a ambos lados de mí y me miro a los ojos deteniendo nuestros besos. – Me quedaría corto de palabras si intentara explicarte cuanto te amo…– sonreímos. – Gracias por esto…– me susurró. – Solo quiero saber algo más…– me miro y se colocó un poco serio. – ¿Seguiremos como amantes? – sonrió.

–Si…– susurré embobada.

–Por qué no regresas como mi novia…

–Porque Susana… ella ha hecho mucho por ti. – baje la mirada. – Pensé en eso, y… no puedo quitarte de su lado.

–Pero no la quiero a mi lado, te quiero a ti.

–Entonces si la dejaras… que no sea de un momento a otro… necesito que pienses las cosas… y no le dejes un shock. – lo mire. – Que luego haga que me dejes porque ella intenta tomar algo para terminar con su vida. – Él sonrió con ganas.

–Discúlpame por eso, sé que por eso te fuiste…

– ¿Y no me buscaste?

–Te vigile un par de noches… quería saber si vivías sola o acompañada en este lugar…– sonrió, abrí mis ojos sorprendida.

–Volvemos al tiempo del acoso Señor Bieber…– le dije.

–Digamos que si. – se encogió un poco de hombros. – Estuve a punto de matar Kyle cuando estaban en la fila del cine, cuando te abrazo… lo iba a despedazar…

– ¿Me habías visto?

–Desde que llegaste. – sonrió.


– ¡ACOSADOR! – le grite, dando un pequeño golpe en su pecho y rompiendo en risa.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario