viernes, 31 de julio de 2015

CAPITULO 7

ESTOY AQUÍ

Escuchar al leer


–Lo sé…– dije con la mirada en mis manos.

–Todo saldrá bien. – me dijo sonriendo. Sonreí nerviosa.

Luego de un momento estábamos casi al frente de la casa de los chicos. Suspire y marque el número de Fabiana. Sonreí cuando contesto. – Pensé que tardarías más en llamar. – dijo.

–Pues me eh apresurado. – le respondí. – Hey… te eh enviado algo… es de una cosa de envíos rápidos, ya debe estar por llegarte. – sonreí.

– ¿En serió?– preguntó.

–Sí, me dijeron que llegaría a esta hora. – sonreí. Abrí la puerta del auto y baje, no la cerré, no iba hacer que sospechara tan pronto. – Si no llega podrías marcarme y avisarme para hacer el reclamo.

–Vale, estaré al pendiente en la puerta. – dijo emocionada. Sonreí. Colgué la llamada, Austin se había quedado lejos de la casa, no mucho, pero si donde el auto no se viera. Así que camine rápidamente hasta llegar a la casa. Mire detrás donde se encontraba Austin quien subió su pulgar deseándome suerte. Asentí y toque el timbre de la casa.

Espere pacientemente a que abrieran la puerta. – Pues es verdad chicos al parecer a llegado. – escuche la voz de Fabiana. Me estremecí, me estaban atacando los nervios. La puerta se abrió. Yo que me encontraba de espaldas me gire para verle. Sonreí. Su grito se escuchó. – ¡OH MY GOD!– gritó y se lanzó a mí abrazándome. Comenzó a llorar y no pude evitar hacerlo también, era mi mejor amiga, la extrañaba. – Eres una perra por no avisarme. – dijo llorando y apretándome más a ella.

–Te extrañé. – le dije.

–Te extrañe también. – respondió alterada llorando. Reí.

–Cálmate ya, te dará algo. – le dije y seque sus lágrimas, ella me volvió abrazar.

– ¿Qué sucede?– escuche la voz masculina. Fabiana se hizo a un lado un poco y logré ver a Ryan con su rostro un poco preocupado. – ¿___?– dijo sorprendido y su rostro se relajó, pero continuó sorprendido.

–Hola…– dije apenada y le sonreí encogiéndome de hombros.

– ¿Cómo es que estas aquí?– me preguntó Fabiana, la miré. – Pasa, pasa. – Me dijo sin dejar que le contestara.

Pase frente de ella y salude a Ryan lo abrace, él también me devolvió el abrazo. Fabiana quien venía tras de mi me hizo pasar completamente hasta quedar frente a la sala. Los chicos me miraron sorprendidos, yo los salude con un movimiento de mano. – Dime ¿Cómo es que estas aquí?– me preguntó ella aun con lágrimas en su rostro pero sonriendo.

–Yo… me eh escapado…– dije, si era un escape, aunque le habíamos dicho a mi padre a donde iríamos, habíamos olvidado decirle que no regresaríamos, al menos yo no. Y Austin se iría a Korea del Norte.

Todos me miraron sorprendidos. – Quítate los lentes. – me dijo Fabiana quitándome los lentes y haciéndome el cabello a un lado. Quise detenerla pero no pude. – Oh… por Dios…– dijo al verme y tapo su boca. La mire nerviosa.

–No es nada. – le sonreí. Los chicos me miraron. – De verdad… no es nada. – trate de guardar mi calma.

–Estás herida. – dijo Fabiana mientras me abrazaba llorando.

–Estoy bien Fabi. – le dije tragándome el nudo en la garganta. – No es nada en verdad.

– ¿Quién te hizo eso?– me preguntó Ryan como si estuviera molesto. Fabiana se separó de mi esperando una respuesta igual que los demás chicos que solo miraban con atención.

–No es nada de verdad. – dije un poco incomoda y acomodándome el cabello nuevamente para que cubriera un poco el morado de mi mejilla.

–Fue el desgraciado de tu padre, ¿cierto?– dijo Fabiana.

– ¿Eso es verdad?

–Chicos…– mordí mi labio inferior. – Lo que importa es que estoy acá…– me encogí de hombros y mostré una pequeña sonrisa.

– ¿Chicos por qué tanto alboroto?– escuche otra voz masculina que aún no estaba allí, mi corazón latía demasiado rápido, sentía que se saldría de mi pecho.

Mire a los chicos, Ryan miro a Fabiana preocupado, los chicos también hicieron gesto de preocupación. Vi como él chico alto de cabello claro se acercaba entre los chicos. Llegó frente a mí rápidamente y se dio de cuenta que era yo. Se quedó quieto, con sus ojos bien abiertos, había cambiado en el último año, casi ya dos años… No dijo nada, solo se quedó mirándome.

–Justin. – dije yo dando un paso hacia él con una pequeña sonrisa. El frunció el ceño y dio un paso hacia atrás. Me quede quieta, mi respiración se detuvo. Tragué saliva, mi sonrisa había desaparecido.

–Justin, ___ vino a verte. – escuche que dijo Fabiana.

–Justin…– le llame nuevamente.

– ¿Qué?– me dijo con su mandíbula tensa.

– ¿Cómo que qué?– le dije. – Estoy aquí. – dije y trate de sonreírle.

–Justin…– lo llamo una voz femenina. –Gatito. – Me gire a ver de dónde provenía la voz. Una imagen apareció frente a mí, una chica morena, un poco alta, cabello rizado, y un poco esbelta... paso frente a mi directo a Justin. – Regrese. – le dijo y lo abrazo. Mi respiración sentí que no volvía, escuche el sonido ensordecedor de mi corazón rompiéndose. La vi depositarle un casto beso en los labios.

– ¿Gatito?– susurré con mi ceño fruncido. Lleve mis manos a mi pecho y luego hice mi cabello hacía atrás para poder respirar. Me sentía ahogada.

– ¿Qué sucede?– dijo ella sonriendo y aun abrazándolo. Lo miré. Su rostro cambio un poco, a sorpresa ¿por qué? Porque vio mis morados al igual que los demás, ¿por eso?

Me di la vuelta viendo a Fabiana y Ryan. Fabiana me miró con tristeza, Ryan… Ryan se mostraba preocupado. Di un paso, luego otro, luego salí de la casa y comencé a caminar rápido en busca de aire. Vi el auto de Austin más cerca, mis lágrimas comenzaron a salir de mis ojos. Necesitaba aire. – Aire…– dije y vi correr a Austin hacía mí.

Me tomó antes de caer al suelo completamente. Me mantuve de rodillas tratando de conseguir aire. Estire mis brazos para guindarme de su cuello. Tome una bocanada de aire pero no pasaba a mis pulmones. No podía respirar, el pecho me dolía. – ¿Estas bien?– dijo preocupado mirándome.

–Sácame. – le dije, jalé mi camisa un poco tratando de respirar. – Sácame de aquí. – lloré. – Llévame. – le hale la camiseta. Estaba desesperada, quería irme. Necesitaba respirar y no podía. Sentí un gran dolor en el pecho que hizo que me dolieran hasta los oídos.




*JUSTIN.*


Escuche algo de ruido en la sala así que salí de mi habitación y baje hasta la sala, fruncí mi ceño al verlos a todos reunidos en un mismo lugar. Sin mirar por encima de ellos camine, pase entre ellos rápidamente y levante la mirada tranquilamente para ver a… ___. Abrí mis ojos, mi corazón se detuvo un momento. ¿Qué hacía ella aquí? La mire completamente.

–Justin. – dijo ella dando un paso hacia mí y dándome una pequeña sonrisa. Inmediatamente di un paso atrás. Estaba tratando de entender que estaba pasando.

–Justin, ___ vino a verte. – susurró Fabiana.

–Justin. – volvió a decir mi nombre.

– ¿Qué?– le respondí. Estaba enojado, molesto, muy molesto, ella estaba comprometida con otro hombre. Me había traicionado.

– ¿Cómo que qué?– me dijo. – Estoy aquí. – dijo y trato de sonreírme.

–Justin…– me llamo una voz que reconocía. –Gatito. – Me gire a ver dónde estaba Susana. Venía en dirección a mí. –Regrese. – me dijo y me abrazo y luego me dio un corto beso en los labios.

– ¿Gatito?– susurró ___ con el ceño fruncido mirándome. No podía dejar de mirarla aunque Susana estuviese allí.  Ella llevo sus manos a su pecho y rápidamente a su cabello haciendo hacía atrás y respirando profundamente. Deje de estar molesto y me volví preocupado cuando vi la herida en su ceja y el morado en su mejilla. ¿Qué le había pasado?

– ¿Qué sucede?– dijo Susana a mi lado aun abrazándome.

___ se dio la vuelta y comenzó a caminar salió de la casa, solté a Susana haciéndola a un lado y fui tras ___ para verle. Fabiana lloraba mientras Ryan la abrazaba, todos veíamos lo que pasaba desde la puerta de la casa. Ella comenzó a llorar y con su mano hacia un movimiento como si se echara aire. Camino tan rápido en dirección a un auto, pero le faltó como un metro para llegar cuando un chico bajo corriendo de auto y se dirigió a ella. Ella cayó de rodillas, él la tomo por los brazos alzándola para levantarla, ella estiro sus brazos para agarrarse de él, fue cuando sentí mi corazón herirse al ver que sus golpes no eran solo en la cara, su camiseta se había subido y había dejado a mi vista su espalda, su espalda herida llena de morados y marcas. Di dos pasos hacia adelante. Vi al chico preguntarle algo a ella. Ella haló su camiseta llorando. Él la sostuvo entre sus brazos, ella dejo caer sus brazos a los lados.

No me moví, no sabía que me pasaba, era ella, era ___, estaba aquí. Fabiana gritó y junto a Ryan salieron corriendo hacia ella. Sentí que uno de los chicos me tropezó, también corrieron hacia donde estaban ellos. Pude ver el cuerpo de ___ desvanecido, sus brazos guindando a los lados, sus ojos cerrados.

– ¡¿JUSTIN?!– dijo Susana frente a mí, me tomó el brazo con un poco de fuerza mientras me llamaba otra vez. – ¡HEY! ¡¿JUSTIN?!– parpadeé y la mire. – ¿Dime que sucede?– dijo preocupada. No supe responderle, mi cuerpo se había quedado bloqueado.

Vi a Fabiana tirada en el suelo llorando mientras Ryan trataba de calmarla, el chico que tenía a ___ en sus brazos lloraba. Dijo algo que no logre escuchar que hizo que Fabiana se levantara del suelo rápidamente. Ryan corrió hasta el auto que estaba allí y se montó. Fabiana abrió la puerta de atrás y el chico metió ___ allí. Fabiana subió atrás. El chico subió adelante y las llantas del auto chillaron en el asfalto. Se marcharon a toda velocidad.

–Justin amor… ¿Qué acaba de suceder?– me dijo Susana tomándome la cara. Me fije en los ojos chicos que se fueron en los autos. – Dime que acaba de suceder.

No le dije nada. Solo la abracé. Estaba asustado, no sabía qué hacer. Me sentía mal. ___ estaba inconsciente… –Susana…– dije.

–Necesito que me digas que está pasando aquí Justin. – dijo ella. No le respondí. Deje de abrazarla y corrí hasta mi auto, lo encendí y lo puse en marcha. Los alcanzaría, tenía que ver a donde la llevaban.




*___.*


Tome una bocanada de aire y comencé a toser, abrí mis ojos mientras inevitablemente comenzaban a salir las lágrimas de mis ojos. – ¡___! ¿Estás bien?– preguntó Austin, lo mire, se encontraba en el asiento de adelante, me fije a su lado, estaba Ryan conduciendo, me senté y mire a mi lado izquierdo donde se encontraba Fabiana.

–Detén el auto. – dije aun llorando. – ¡DETENLO!– grite mientras lloraba. El auto se detuvo y baje inmediatamente.

Tras de mí se bajó Austin. – ¿Qué pasa? ___ te llevaremos al hospital.

Escuche la puerta tras de mí, Ryan y Fabiana se habían bajado del auto. – ___ ¿te sientes bien?– me preguntó Fabiana.

–Ni siquiera me hables. – le dije mirándola de mala manera.

–Pero ___... ¿Qué pasa?

– ¡PASA QUE ERES UNA HIPOCRITA!– grite. – ¡¿NO PUDISTE CONTARME QUE ÉL ESTABA CON OTRA?!– dije tomándome mi pecho.

– ¿Qué?– dijo Austin.

–Sí. – dije volteándome a mirarlo y llorando más.

–Pero como…– él los miro a todos.

–Austin no me dijeron nada. – me lancé a sus brazos a llorar más.

–___ perdóname, de verdad. – Escuche que dijo Fabiana. Al mismo tiempo llego otro auto al lugar. Se detuvo en medio de la calle. Mire a Fabiana.

– ¡Eres una falsa! ¡CONFIÉ EN TI!– le grite. – ¡DEBISTE HABLAR CON ÉL!– llore más. – ¡Ni siquiera pudiste explicarle todo a Justin, decirle por lo que yo estaba pasando! ¡ESTOY PASANDO!– recalqué.

–___ no es su culpa…– hablo Ryan.

– ¡PUES LO ES! A ella fue a quien le dije, le dije que le dijera a Justin…– toqué mi pecho que dolía. – Ni siquiera pudiste decirme que él ya tenía a otra persona. – le dije mirándola a los ojos. Ella estaba llorando, se giró abrazar a Ryan.

–___ deberías…       

–Creo que debemos regresar y tener la boda Austin. – le dije mirándolo a los ojos mientras lloraba. Pase por su lado y subí al auto cerrando la puerta con fuerza.




*JUSTIN.*


Baje del auto inmediatamente al verlos a todos detenidos allí.

– ¡Eres una falsa! ¡CONFIÉ EN TI!– Le gritó ___ a Fabiana. – ¡DEBISTE HABLAR CON ÉL!– lloró. – ¡Ni siquiera pudiste explicarle todo a Justin, decirle por lo que yo estaba pasando! ¡ESTOY PASANDO!– gritó ___.

–___ no es su culpa…– interrumpió Ryan.

– ¡PUES LO ES! A ella fue a quien le dije, le dije que le dijera a Justin…– Tocó su pecho con dolor mientras lloraba. – Ni siquiera pudiste decirme que él ya tenía a otra persona. – le dijo ___ y rompió en llanto. Vi a Fabiana también llorar y abrazar a Ryan.

Entonces ellos sabían lo que estaba pasando al menos con ___...

–___ deberías…– dijo el chico al lado de ___.

–Creo que debemos regresar y tener la boda Austin. – dijo ella interrumpiéndolo mientras lloraba. Pasó por su lado y se subió al auto.

Entonces este chico, Austin… él era su prometido. ¿Por qué carajos la trajo hasta aquí?– ¡___!– grite y camine hacia ellos. El chico me miro y luego miro dentro del auto. – ¡___ ESPERA!– grite y me apresuré. Pase entre ellos y me encontré con el chico.

–Si solo la vas a lastimar más entonces retrocede, no lo permitiré, no dejaré que la lastimes más. – me dijo. Me quede quieto en mi lugar. ¿Por qué este chico me hablaba así?

–Déjame. – le dije y di un paso pero él se atravesó más.

–Ya te eh dicho, solo la lastimas, creo que obtuvo bastante por hoy…– me dijo, lo miré. Si, ella había obtenido bastante, pero yo también lo había obtenido en el tiempo que había pasado.

– ¡___!– le grite sin poder pasar hacia ella.

–Detente. – dijo el chico.

–Déjalo. – Escuche que ella dijo. Él se dio la vuelta, ella salió del auto secándose sus lágrimas. Levanto su rostro y me miro, pude visualizar más los morados en su rostro y la herida en su ceja. Tragué saliva.

El chico se hizo a un lado y pase hasta donde estaba ___. Me acerque a ella, no mucho pero si lo suficiente para poder verle a los ojos. Sus mejillas continuaban humedeciéndose y yo sentía unas ganas inmensas de abrazarla.

–___ yo…– comenté. – No sabía que vendrías, discúlpame…

–Discúlpame tu Justin. – dijo sin siquiera mirarme, solo mirando al suelo. – Eh venido sin avisar, sin ser invitada, entiendo que tengas hecha tu vida. – Vi sus lágrimas caer. – No pretendo venir a cambiarla. – Apretó sus labios y continuó. – Me alegra que estés bien, ahora debo irme. – dijo dándose la vuelta.

–Detente. – le dije y la sostuve por el brazo. Ella me miro por encima de su hombro sin darse la vuelta completamente. – Te ibas a casar… ¿Qué querías que hiciera?

–Estuve como en un secuestro por parte de mi padre todo este tiempo Justin. – me respondió con voz fría. – Pudiste al menos buscarme…– bajo la mirada. – Al parecer Fabiana no te dijo nada. – se soltó de mi brazo. – Que seas feliz con ella. – me dijo. – Austin vámonos. – Dijo sin mirar atrás. Me quede paralizado. El chico me paso por un lado rodeó el auto y se subió, lo encendió, mire el auto, ¿en verdad estaba pasando esto? El auto se puso en marcha.

Solo escuche el auto acelerar, y luego se escuchaba solamente el murmulló de los chicos y el llanto de Fabiana.




*___.*

– ¿De verdad tienes que irte?– me preguntó mi madre, asentí tratando de ser fuerte y no llorar frente a ella.

–Debo terminar los arreglos de la boda. – le sonreí con mis ojos cristalizados. Ni siquiera había tomado mi maleta, eso solo contenía ropa que mi padre no me permitía usar.

– ¿Regresaras pronto?– me preguntó. Asentí sonriéndole aunque me estaba quemando de dolor por dentro. – Cuídala…– le dijo mi madre a Austin.

–Como si fuese mi corazón…– dijo él sonriendo. Sonreí para mí misma. Terminaría casada con él, lo quería como un amigo pero… tendríamos que casarnos…

–Te amo mamá. – le dije abrazándola. – Te veré pronto. – le dije sonriéndole.

–Te amo mi niña. – dijo sin dejar de abrazarme. – si puedes invítame a tu boda.

–Tratare de hacer lo posible para invitarla. – le dijo Austin. Mi madre sonrió. Me soltó y lo abrazo a él. – Hasta luego Lily. – dijo él mientras la abrazaba.

–Dios los bendiga a los dos. – Dijo mi madre. Se despidió de nosotros e inmediatamente salimos de la casa.

jueves, 30 de julio de 2015

CAPITULO 6

EL REGRESO




– ¿Qué harás al llegar a la ciudad? – me preguntó Austin sonriéndome mientras recostaba su cabeza en mi hombro, me quede solo mirando por la ventana del avión. Suspire. – No te prohibiere que vayas a verle, en cambió me comprometo a llevarte hasta allí. – suspiro. – Sí, por muy loco que suene eso. – sonrió. – Me comprometo. – deposito un beso en mi hombro, sonreí un poco, él era tan tierno. – Pero a cambio solo te pido una cosa.

– ¿Qué? – le dije en voz baja para que solo él escuchara.

–Que primero me permitas conocer a tu madre.

–Eso no es necesario que me lo pidas. – sonreí. – Lo primero que haré será correr a los brazos de mi madre.

–Podría jurar que si hubiera una forma de sacarte de esto lo haría. – me dijo en voz muy baja. – Si llegara a existir una forma de hacer que no te cases conmigo y que seas feliz… entonces lo haría.

–Soy feliz contigo Austin, ahora mismo lo estoy siendo…– comenté sin siquiera mirarlo, las palabras salían como si nada de mí boca, y solo miraba las nubes y las lejanas ciudades debajo de nosotros. – El hecho de que…

–Lo eres, pero no con la persona que quieres. – dijo sin dejarme hablar.

–El hecho de que me lleves con mi madre. – continué. Mi corazón por alguna razón dolía al pensar en Justin. – Eso es lo más hermoso que has podido hacer…– suspiré. – Y no tendría como agradecértelo jamás en la vida.

–Encontrare la manera que me pagues esto. – dijo riendo. Reí golpeándolo un poco en el brazo. Él río y luego volvió a recostarse a mí, sonreí. Cerré mis ojos mientras él jugaba con las pulseras en mis manos.



*JUSTIN.*

–De verdad no dejare decir que andas extraño. – lo miré por debajo de mis pestañas mientras me concentraba en abrir una lata de cerveza. – Pero más con Fabiana, la pobre ni siquiera se la pasa ya contigo…

–Es que la otra noche… discutimos, ya sabes. – dijo y tamboreó los dedos sobre la mesa. – Por sus cosas y sus programas de TV que le meten cosas en la cabeza. – dijo y me sonrió. Asentí, sabía que era eso, Susana cuando veía TV conmigo me explotaba de preguntas.

Destape la lata de cerveza y Fabiana entro a la cocina, me sonrió y camino hacia mi sin siquiera mirar a Ryan, me abrazo un momento quedándose pegada a mi pecho por un rato, sonreí, quizás se sentía mal y necesitaba un abrazo, la abrace sin decir nada mientras sonreía y Ryan nos miraba con recelo.

– ¿Todo bien? – le pregunte cuando se separó de mí, ella asintió sonriendo un poco.

– ¿Todo bien? – me preguntó ella.

Negué un poco con la cabeza pero sin dejar de sonreírle. – Al parecer Susana se va de viaje por una semana. – la miré e hice puchero. Ella sonrío, un poco sin ánimo, seguro por los problemas que había  tenido con Ryan.

– ¿Y a donde se va? – me preguntó.

–Va a visitar a sus padres… algo así me comento. – le dije. Ella asintió.

–Te dejo babe, te quiero. – dijo, me dio un beso en la mejilla y salió de la cocina sin siquiera mirar a Ryan.

Bueno, quien demonios sabía que había pasado con estos dos, pero yo estaba un poco triste porque Susana se iría por una semana, quizás más. No quería que se fuera, y aunque había planeado irme con ella los chicos me habían convencido de quedarme por los negocios por resolver y algunos trabajos por hacer, así que… no pude decirles que no, soy el macho alfa de la manada.

–Justin, amor. – dijo Susana entrando a la cocina. Ryan la saludo y se fue cabizbajo. – Quería decirte que… creo que mis padres vendrán a la ciudad, al centro de la ciudad, igual tendré que viajar pero en auto, ya no será a otro país, igual los planes son quedarme una semana junto a ellos. – me dijo colgándose de mi cuello. – Igual te extrañare demasiado.

Le rodeé con mis brazos abrazándola a mí. – Y quien se quedara junto a mí. – hice puchero ella sonrió dándome un pequeño beso en los labios. – Te extrañare demasiado, ¿lo sabes? – ella asintió, el brillo en sus ojos era hermoso. – Te quiero, linda. – ella sonrió, la abrace escondiendo mi rostro en su cuello.

–Todo está mejorando, ¿cierto? – me preguntó sonriendo, asentí sonriéndole. La tome por su cuello y la eleve un poco para poder besarla bien, ella sonrió y se haló de mi cuello, nos dimos un beso, dos besos, quizás perdí la cuenta, no quería soltarla, quería que se quedara conmigo.

–Creo que debería seguir empacando, debo marcharme en tres horas. – me dijo dándome un beso y saliendo me mis brazos, sonreí para ir tras ella y acompañarla.




*___.*

Luego de unas largas horas aterrizamos en Los Ángeles, me sentía cansada así que en el camino a casa logre dormir un poco, pero fue algo extraño despertarme y aun seguir en el auto, sonreí y mire a Austin. –Pensé que ya estaríamos llegando…– dije sonriéndole.

–Bueno pasó que…– se sonrió para sí mismo. – Me había perdido de dirección. – Lo mire con ganas de morirme de la risa. – Anda no seas mala, no conozco esto aquí y a ti es la única que se le ocurre darme una dirección y no guiarme. – dijo sonriendo, me reí.

– ¿Entonces donde se supone que estamos?– dije mirando a nuestro alrededor.

–Luego de preguntar a varias personas… eh logrado llegar a la interestatal que me llevara más rápido a tu casa. – sonrió.

–Eres buen viajero. – dije sonriendo mientras cerraba los ojos. – No necesitas de mí. – me arregle en el asiento para continuar durmiendo.

–Creo que yo necesito de alguien que me hable antes de tener un accidente por quedarme dormido. – lo mire, él estaba sonriéndome. Reí.

–Bien cuéntame algo… hablemos…– le dije.

–Estoy nervioso de conocer a tu madre…– dijo sin quitar la mirada de la calle.

–Mi madre es… es una mujer muy tranquila, por cierto no le dije que vendríamos, pensé que sería muy lindo una sorpresa…– sonreí.

– ¿Quieres matarla de un infarto al corazón?– dijo riendo. – Se morirá al verte.

–Es fuerte, ella resistirá. – sonreí. Él rió susurrando un “estás loca”.




Cuando llegamos a casa  baje del auto, camine rápidamente hasta la entrada, suspire, estaba nerviosa, las manos de Austin estuvieron sobre mis hombros, lo mire, me sonrió, me tranquilice un poco. Iba a tocar la puerta pero decidí entrar, para mi suerte estaba abierto, sonreí. Hice pasar a Austin, entramos en silencio, cerré la puerta tras de mi con fuerza para que sonara fuerte.
En menos de un minutó salió mi madre de la cocina corriendo, se detuvo un momento con sus ojos bien abiertos, sonreí encogiéndome de hombros. – ¡MI HIJA! ¡MI NIÑA!– gritó mientras corría hacia mí y yo hacia ella.

– ¡MAMÁ!– dije mientras llegaba a sus brazos y en cuestión de segundos mis mejillas estaban ahogadas con las lágrimas que las recorrían.

– ¡MI NIÑA! ¡MI BEBE!– dijo llorando, llore en sus brazos. – Mi niña…– repitió apretándome a ella. – ¿Cómo es que estas aquí?– dijo tomándome el rostro y dándome un beso en la frente, al final de sus ojos podía notar que ya estaba envejeciendo, unos 39 años y ya tenía algunas arrugas. Sonreí mientras no podía detener mis lágrimas.

–Mami te extrañe. – dije abrazándola. – Te extrañe demasiado. – lloré.

–Yo también mi niña, a diario quería verte. – lloró y me miro. – Pero… que es esto…– me miró con cara de preocupación cuando noto la pequeña herida en mi ceja y el moretón desapareciéndose de mi mejilla. Sonreí y negué con la cabeza mientras mis lágrimas salían.

–No es nada. – sequé mis lágrimas. – Debo presentarte a alguien. – dije y le tomé de la mano mientras la hacía caminar tras de mi hasta llegar donde estaba Austin. – Mamá, él es…

–Austin Norris. – dijo él extendiendo su mano para estrecharla con la de mi madre mientras sonreía. – Un gusto conocerla.

–Lily. – dijo mi madre mientras le sonreía.

–Mamá. – le dije, ella nos miró a los dos. – Él es…– lo pensé. – mi prometido. – me encogí de hombros.

– ¿Te casaras?– me miró sorprendida.

–Es una historia muy larga. – comentó Austin.

–Mamá ¿y Frank?– comente.

–Él está de viaje por unos días. – dijo sonriendo, salió esta mañana.

–Entonces dormiré contigo. – dije sonriéndole.

– ¿Por cuánto se quedan?– preguntó emocionada.

–Por el tiempo que ___ quiera. – dijo Austin mirándome y sonriéndome. Sonreí.

– ¡Oh! Que mal educada soy, pasen hacia la sala. – nos dijo mi madre sonriendo. Caminamos hacia la sala, Austin coloco las maletas a un lado de la sala y nos sentamos. – Les traeré algo de beber. – dijo mi madre secando sus lágrimas y luego pasando sus manos por el delantal. Me puse de pie y camine hacia ella. – No quédate allí querida.

–Mamá, soy tu hija, no una visita. – dije sonriendo y caminando con ella hacía la cocina.

– ¿Fue tu padre cierto?– dijo con la mirada baja mientras tomaba los vasos.

–Podríamos hablar luego de eso mami, no arruinemos el momento. – le sonreí y le di un beso en la mejilla. – Vamos, Austin espera por nosotras. – Ella sonrió y salimos de la cocina con los vasos llenos de limonada.



Estuvimos por horas hablando, ya comenzaba a caer la noche, mi madre siempre feliz, a pesar de que le habíamos contado todo lo que había sucedido, todo, la boda planeada, el maltrato de mi padre, la vida de Austin… y bueno como habíamos llegado a casa junto a ella.

–Subiré a la habitación donde dormirás hoy Austin. – le sonreí, él asintió mientras continuaba hablando de su madre, quien ya había fallecido.

Subí en silencio hasta la habitación, suspire y abrí la puerta mire a mi alrededor, un frió recorrió mi cuerpo, un montón de recuerdos vinieron a mi mente como una corta película.

La primera vez que él había entrado a mi habitación…


–No lo hagas. – una voz masculina hablo cuando estuve a punto de desabrochar mi pantalón. Me di la vuelta para mirar entre la oscuridad una silueta alta. Jadeé queriendo gritar. Pero aun así me quede en silencio tratando de ver de quien se trataba. – No te asustes, soy yo. – dijo dando un paso hacia adelante. Quedando más cerca de mí y siendo iluminado un poco por la luz que entraba por la ventana. Abrí mis ojos sin poder creerlo.

– ¿Qué haces aquí? – dije, sin saber si asustada o brava.

–Solo quise venir a verte. – se encogió de hombros.

– ¿Eres un psicópata lo sabes? – dije en un susurró lo suficiente como para que solamente él escuchara. – ¿Crees que el solo hecho de que me ayudaras en las dos situaciones que me eh encontrado... crees que al ayudarme en traerme a mi casa o tenerme cuando estaba drogada te dan derecho de entrar a mi casa, incluso a mi habitación? – dije alzando un poco la voz pero no tanto para que otros escucharan.

–EY. – dijo con los ojos abiertos. – Solo pasé a verte, ¿ok? No pensé que te molestara. Me marcho y te dejo en paz. – dijo recalcando la última palabra. Trague grueso, a veces él me causaba escalofríos.

–Espera. – dije mirando al suelo pero luego lo mire, él permanecía allí de pie frente a mí. Fruncí mi ceño. – ¿Por dónde entraste?

–Por la puerta principal. – dijo él relajado. Yo abrí mis ojos y fruncí más mi ceño. – ¿Eres tan estúpida para hacer esa pregunta? – me dijo. – se supone que entre por la ventana. – dijo finalizando. Yo asentí.”


Su parecida escena de celos… Y nuestro primer beso…

Colgué la llamada y mire a mi Acosador quien sonreía. – ¿Por qué sonríes? – le dije sería.

–Me has elegido.

–Yo no te eh elegido. – dije frunciendo el ceño.

–OH, claro que sí. – sonrió más. Dio unos pasos hacía mí. – has preferido quedarte acá conmigo que dejar entrar a tu noviecito. – dijo con su aliento chocando en mi rostro.

–Te eh dicho... – respire. – te eh dicho que no es mi novio.

–Entonces no deberías andar besándolo en las fiestas... – susurró haciendo que todo mi bello se erizara. Jadeé dentro de mí. Y tragué grueso. Continué con la mirada abajo.

–Yo...

– ¿Sabes que me gustaría hacer ahora?– dijo con una sonrisa en los labios.

– ¿Qué? – dije levantando la mirada. Y chocando con esos ojos claros y su rostro perfecto.

–Besarte... – dijo, dejando de sonreír. Quise bajar la mirada pero sus ojos no me dejaron. Así que no podía ni respirar, me había robado el aliento. Se humedeció sus labios, haciendo que me dieran ganas de hacer lo mismo. Pero antes de que yo pudiera hacer o decir algo, dio un paso hacia delante, terminando con la distancia que nos separaba. Con sus manos grandes tomo mi cuello y me beso, humedeciendo mis labios con los suyos. Mis brazos quedaron doblados entre él y yo, me quede quieta por un momento luego me separe de él.”


Parpadeé cuando unas lágrimas corrían mis mejillas. – ¿Estas bien?– escuche la voz de Austin detrás de mí. Me gire inmediatamente sonriéndole.

–Estoy bien solo estaba…– suspiré y acaricie mi cabello. – Solo recordaba algo. – sonreí. Él me sonrió un poco y me abrazo. Escondí mi rostro en su cuello y comencé a llorar.

–Es sobre él ¿cierto?– dijo pero no espero a que yo le respondiera. – Estará bien si decides quedarte acá. – negué con la cabeza. – Respetare cualquier decisión que tomes, así sea quedarte acá con él. – no le respondí, lo abrace con fuerza, lloré en su pecho, él solo me mantuvo abrazada.

Me separé y seque mis lágrimas le sonreí un poco, él acomodó algo de cabello tras de mi oreja. – Esta es mi habitación, algo pequeño pero cómoda. – le dije, él asintió sonriéndome. – Creo que debería dejar que te acomodes y descanses. – él solo me sonrió. – Buenas Noches.

–Buenas noches linda. – me dijo. Lo abrace, le di un beso en la mejilla y fui hasta donde mi madre.
Estaba en la cocina, le ayude a terminar de lavar los platos, fuimos hasta su habitación, me acosté en su cama mientras la esperaba que saliera de la ducha, sonreí al verme tan feliz en esta casa, baje la mirada y recordé nuevamente a Justin.

Recordé la primera vez que me llevo a su casa, recordé también el momento en que me ayudo superar el shock que me había dejado mi padre y su amante al enterarme de su romance… recordé varias cosas…– ¿___?– escuche y parpadeé, mire a mi madre quien me miraba sonriéndome un poco. –Pensé que ya te habías cambiado de ropa…– me dijo.

–Ah, es que…– sonreí. – Me siento cómoda con esta ropa, casi olvido cambiarme. – le dije y me puse de pie y fui hasta donde estaba mi maleta, quite mi ropa allí frente de mi madre y me puse la ropa de dormir. Me gire a verla, ella me miraba con cara de preocupación y triste. – No es nada. – le dije y le sonreí. Camine hacia ella y subí a la cama a su lado. – Deberíamos dormir, mañana será un largo día. – dije sonriéndole.

–Dios te Bendiga mi niña. – dijo dándome un beso en la frente. Sonreí y la abrace. Aunque me tomo mucho tiempo dormirme, al final de la noche comencé a sentir el peso en mis ojos.




Me encontraba sola en casa, Austin estaba acompañando a mi madre al supermercado. Él le tenía mucho cariño. Tome el celular entre mis manos, suspire. Mordí mis labios, tamboreé los dedos sobre mi celular. Ya tenía dos días en casa, creo que era hora ¿no?

Así que marque el número de Fabiana y espere.

– ¿Hola? ¿___? ¿Estás bien?– dijo.

–Hola. – sonreí. – Sí, estoy bien ¿y tú?

–Bien…– dijo con voz dudosa. – ¿Sucede algo? Estás diferente, bueno te escuchas diferente.

–Estoy algo nerviosa. – dije mirándome los dedos.

– ¿Y eso?

– ¿Tienes tiempo para escucharme?– pregunte. – Tengo cosas que decirte, muchas, y me gustaría saber si estas dispuesta para escucharme un buen rato…– le dije.

–Bueno… lo estoy, estoy desocupada comienza.

–Bueno pero ahora mismo no, dame una hora y te llamo.

–Bueno pero si no te contesto a la primera es que estoy ocupada con los chicos ¿vale? Pero llamas y te atiendo.

– ¿Con los chicos? ¿Estás en su casa? ¿En la casa de los chicos?

–Sí. – me respondió. – Ahora me la pasó más acá que en mi casa. – sonreí, estaba ella allí, lo que necesitaba saber.

–Bueno te llamo en un rato, menos de una hora, ir a terminar algo y te llamo, te quiero.

–También te quiero. – me respondió. Colgó la llamada. Me mire y respire profundo.

Corrí a la habitación de mi madre, saqué la ropa de la maleta, me duche, me vestí, unos pantalones negros, una camisera azul marino que era un poco suelta y un poco corta, solo se me veía la piel del abdomen si subía mis brazos. Acomode mi cabello. Me coloque unos zapatos del mismo color de la camisa. Guarde el celular en el bolsillo del pantalón. Me eche un poco de brillo labial. Me mire por última vez en el espejo. Y antes de salir de la habitación escuche llegar a mi madre y a Austin, justo a la hora. Sonreí. Salí de la habitación y camine hasta la sala rápidamente.

Mi madre estaba en la cocina mientras Austin se sorprendió de verme. Estire mis brazos a los lados para que me viera. – Estás en…

– ¿Pantalones?– le complete la frase, él asintió con la boca abierta.

–Siempre usas vestido y ahora…

–Bueno…– me mire y lo mire a él. – Es que mi padre me obliga a usar vestidos, ya sabes debo ser un chica, soy la hija de un empresario.

–Pero con pantalones también eres chica, podría jurar que te vez más linda. – dijo sonriéndome. Reí y  camine hacia él. – ¿Estás lista?– me preguntó, asentí.

Él había sido el de la idea de que hoy tenía que reencontrarme con mi pasado. Suspire. Mi madre regreso de la cocina. – ¿Saldrán?– preguntó.

Asentimos. – Le mostrare la ciudad a Austin. – le dije, ella sonrió. Él sonrió, camino hasta la puerta, me despedí de mi madre con un beso y un ‘te quiero’ y fui hasta donde estaba Austin.
Salimos de la casa, subimos al auto, él puso el auto en marcha mientras yo le indicaba para dónde ir. – ¿Estás preparada?– preguntó.

–Supongo. – dije encogiéndome de hombros.

–Aunque me voy a quedar sin prometida siento que estoy haciendo algo bien, y a Alessa posiblemente le gusta esto, ella era tan romántica siempre haciendo parejas a los demás…– sonrió para sí mismo. – Creo entonces que me ha dejado algo de eso.

–Austin… siempre estarás en mi corazón, has sido una de las mejores personas de mi vida.

–No hables así. – dijo sonriendo.

– ¿Así como?– reí.

–Como si te fueras a morir. – dijo riendo, reí más. – Pon todo tu esfuerzo y explícale todo, a todos, a quienes estén presentes, no omitas a nadie. – me dijo.

–Posiblemente hoy solo hable con unos amigos y mi amiga.

–Debes hablar con él…– me dijo.


–Lo sé…

jueves, 23 de julio de 2015

CAPITULO 5

SÉ QUE QUIERES EL BIEN PARA ELLOS DOS... PERO NO SEAS EGOÍSTA




Estábamos a la segunda semana de Agosto, sí. Aunque no quisiéramos casarnos, la fecha de la boda no había sido pospuesta, seguía siendo en Octubre, exactamente el 24 de octubre y exactamente dos meses antes de navidad, ni un día más ni un día menos. Y sin pensarlo los días pasaban más rápido cada vez, me sentía deprimida, llevaba una semana deprimida, semana donde los preparativos de la boda pedían mi opinión, y ordene que todo fuera de rosa, odio el rosa, no quería nada lindo que me hiciera recordar esto como ‘una linda boda’. Lo dirigía como más lo odiaba, si quería que la boda fuese en la playa pues si era posible llegaría hasta Alaska donde tu cuerpo no puede más con el frío.

Grite nuevamente en mi habitación por lo mal y ahogada que me sentía con todo esto, me enrolle en mi cama cubierta por los dos cobertores gruesos. Era temporada de frío, no podía creer que me quedaba solamente un mes y dos semana… o bueno dos meses contando los días de Octubre hasta el 24.

 Comencé a llorar, lo necesitaba, necesitaba sacar toda la rabia que sentía dentro de mí. Pedí a Austin no verle más, no hasta que dejara mi estado de ánimo depresivo. Él solo me decía que me entendía. Es que no puedo olvidar su cara llena de lágrimas cuando su padre le dijo que no pospondría la boda, por supuesto que llore junto a él, pero sabía porque lloraba, es que Alessa no lograba de salir de su mente estas últimas semanas.

Tome mi celular, era de noche, ya casi caía la media noche, mi padre esta vez me había abofeteado por haberle dicho cuando odiaba estar en esta casa. Así que mi labio aún estaba roto, aun dolía, y si, esa era una de las razones por las que no quería que Austin me viera. Mire la pantalla de mi celular y marque el botón de llamadas, mis últimas llamadas habían sido las de mi madre, hacia un mes que no hablaba con Fabiana, pero necesitaba hablar con ella. Así que fui hasta y su número y presione el botón de llamada.

-¿Aló? ¿___?

-Fabi…- dije llorando.

-¿Pasa algo? estoy muy confundida ___ vi unas noticias sobre ti y…




*JUSTIN.*


-Justin Broth, deberías bajar un momento… pasa tiempo con tus hermanos…- dijo Christian sonriendo mientras estaba en la puerta de mi habitación. Me encontraba solo, aunque Susana me había perdonado ya no vivía con nosotros, pero a cambio algo mejor había pasado, Fabiana había vuelto a ser… bueno algo parecido a como era antes. Sentía que todo estaba bien, en su lugar, así que le sonreí a Christian y me levante de la cama.

-¿Qué hay de comer hoy?

-Por el frio podemos hacer una fogata ahora en la noche pero por ahora Fabiana nos mantiene con palomitas de maíz.- dijo riendo.

-Nos convertiremos en pollos.- dije riendo, él rió también.

Llegamos a la sala, donde estaban todos los chicos juntos, los salude y me acomode entre Ryan y Chaz. Sonreí. Fabiana me trajo una cerveza, bueno a todos, menos a ella, sonreí, un momento en familia, nada mal, aunque me gustaría tener a Susana, para mantenerla sentada en mis piernas como lo hace Ryan con Fabiana.

La película rodo como por 15 minutos y vinieron los comerciales, el programa de noticias cortas en comerciales comenzó, E!New’s.

‘La noticia de hoy nos deja asombrados a todos, unos de los empresarios conocidos de la industria nos ha afirmado que su hija, ___ Jess, se casará con Austin Norris, él hijo de uno de sus amigos, él nos aclara que es solo amor de jóvenes y nada de negocios, hasta ahora la fecha no se sabe pero lo tendremos informados’

Vi las imágenes de ___ en un restaurante con el chico, mi corazón se detuvo, deje de sentir, deje de ver, perdí mis sentidos, la lata de cerveza cayó al suelo, vi la reacción de los chicos, Fabiana estaba sorprendida, Ryan me miraba queriendo saber que pasaba por mi cabeza, yo solo… comencé a escuchar nuevamente risas, las personas riéndose de mí, me levante.- ¡Justin!- dijo Fabiana, no la mire, camine lo más rápido que pude hasta mi habitación, tire al suelo todo lo que tenía a la vista, gruñí y llore, ¡ella se iba a casar! Escuche a Ryan hablarme desde afuera de la habitación, le grite que se fuera, pase seguro a la puerta, quería matar a todo el mundo, sentí algo en mi estómago que me decía que esto era más que un simple dolor, ella… dolía más que eso, la respiración comenzó a faltarme y continué haciendo lo que quería, destruir todo a mi paso, quería sacar eso que sentía dentro, eso que me estaba matando.



*___.*


-¿Aló? ¿___?

-Fabi…- dije llorando.

-¿Pasa algo? estoy muy confundida ___ vi unas noticias sobre ti y un tal Austin, ¿te casaras?- me preguntó, lloré, era exactamente por eso que la llamaba, quería contarle todo, quería que me entendiera.- ¿Qué sucede? ¿Por qué has tomado esa decisión?

-Fabi no es lo que piensas.- dije llorando.- Todo te lo puedo explicar.

-Comienza.- me dijo desesperada.- Justin se puso realmente mal cuando vio esa noticia.

-Me está obligando a esto Fabiana, yo no quiero casarme, me casare dentro de dos meses y no quiero, todo es arreglado por su padre y mi padre, son cosas de negocios.- lloré.- Debes creerme.

-¿Qué tu papá qué?

-El planeo todo esto Fabiana de verdad no quiero casarme, estoy como una loca ahora mismo, quiero morirme.- dije y me quebré en llanto.

-Pe-Pero ¿Cómo es posible que…- guardo silencio.- ¡___ entonces Justin debe saberlo!

-¿Él está bien?- pregunte tratando de calmarme.

-Él hace tres semanas se enteró de eso y él bueno…

-¿Me ocultas algo?

-No nada.- me respondió inmediatamente.- Él debe saber la verdad ___...- dijo, y no tuve oportunidad de decirle algo cuando el sonido de llamada terminada sonó.




*FABIANA.*


-¡Amor! ¡Amor!- dije mientras despertaba a Ryan quien estaba boca abajo dormido.- ¡DESPIÉRTATE!- le grite para que despertara.

-¿Qué? ¿Qué sucede?- dijo sentando asustado.

-¿¡Adivina qué!?- dije con los ojos bien abiertos en la oscuridad.

-Fabiana casi es media noche… no estoy para tus juegos.- dijo con los ojos cerrados.

-No, no son juegos.- sonreí.

-¿Qué es?

-___ ha llamado.- chillé de alegría.

-¿Y por qué estás tan feliz? ¿Te hizo madrina de su linda boda?- dijo de mal humor. Él también le había obtenido algo de rabia después de ver la noticia.

-¡No!- le dije y lo golpeé en el brazo.- Estaba llorando Ryan.- él me miro.- Si, me dijo que no quiere casarse, todo es una farsa, su padre y el otro señor planearon todo, ella está siendo obligada a eso amor.- lo mire. Él me miro un momento y luego rasco su cabeza.- Anda… debemos creerle.- lo mire.

-Suena lógico para lo maldito que es su padre…

-¡Lo sé!- Le dije casi que brincando.- ¡Debemos decirle a Justin!

-¡¿QUÉ?!- dijo.- ¿Esta loca? ¿Acaso no vez que solo lleva como una semana bien? ¡Él se está recuperando de ese shock!

-Ryan, pero estará mejor al saber esto.

-No Fabiana, ¿acaso no has visto como ha estado junto Susana? Él está bien, ella hace que él esté bien, no seas injusta en esto…

-Pero Ryan…- dije con lágrimas en mis ojos.

-Fabiana… sé que quieres el bien para ellos dos… pero no seas egoísta, Justin esta mejor así… y Susana…

-¡ME VALE UNA MIERDA SUSANA!- grite mientras lloraba y me salí de la cama, corrí hasta la puerta y fui  hasta las escaleras para bajar, pero me detuve en seco.

La imagen que estaba frente a mí era lo que Ryan hablaba, mire a Justin quien había durado dos semanas sin comer, su barba había crecido, sus ojeras eran notables, pero ahora, ahora que estaba con Susana… él estaba sonriendo mientras ella le daba de comer, se había afeitado y posiblemente bañado. También podría decir que había dejado el cigarrillo y el alcohol a un lado.

Me sentía bien verlo así, pero a mi amiga… ¿quién la salvaba de esta tragedia?




*___.*


-¿___?- escuche su voz en mi habitación. Mi respiración era lenta, no quería seguir respirando. Había pasado una semana desde que había llamada a Fabiana, y aunque había dejado que mi número no fuera privado así ella me llamara cuando quisiera… no fue así. No tenía señales de ella. No quería comer, no quería bañarme, no quería respirar, solo quería morir. Lo sabía muy bien estaba en depresión. Lo escuche como se acercaban sus pasos hasta mi cama, continué de espaldas.- He hablado con tu padre linda…- me dijo Austin.- No puedes seguir acá.- se sentó a la orilla de la cama.- Él me ha dado permiso de venir a tu habitación… es muy linda… como tú.- parpadeé. Aún continuaba sintiendo ese dolor en mi garganta.- ¿Ya comiste?- me preguntó. Era absurdo, la bandeja de comida estaba sobre la mesa.- Linda… te traigo una buena noticia.- dijo y me movió, sonreía cuando le vi, pero al instante dejo de hacerlo.- ¿Qué te sucedió ___?- me miro con sus ojos muy abierto y dolor en ellos. Gire mi rostro. Él volvió a llevarme el rostro en su dirección.- ¿Qué te ha sucedido?- preguntó nuevamente, el dolor era más notable en sus ojos que en mis moretones.- ¿Ha sido él?- me miro y le vi tragar saliva, estaba sintiendo rabia.

-Ha llegado al extremo de decirme que si no lo hago me matara…- dije en un susurro, baje la mirada y me gire para que no me viera.

-¿Cómo sucedió esto Dios mío?- dijo tomándome.- ¿Desde cuándo?

-Hace dos semanas…

-Debemos ir a la policía ___...

-Me matara y será capaz de matarte a ti también.- le sonreí a medias. Él se levantó enfurecido y golpeo la madera de la mesa que estaba en mi habitación.- Debes decirle que te dije que me caí ayer por las escaleras.- dije con los ojos cerrados y queriendo dejar de respirar.

-No deberías pasar por esto…- me dijo con su mandíbula tensa.

-¿Cuál era la buena noticia?- le dije tratando de sonreír.

-Le eh dicho que quiero conocer a tu madre, como la otra vez dijo que no, esta vez le eh dicho que si no la conozco no me casare contigo, y ha aceptado muy amablemente.- dijo mirándome aunque no había felicidad en él.

-Me alegrara ver a mi madre…- sonreí.

-Deberías hacer las maletas de una vez.- dijo soltando un respiro y sentándose en la cama.- Las mías están en el auto.

-¿Has venido preparado?

-Sabía que te dejaría ir.- me sonrió un poco.

-¿Y el vuelo?

-Se te olvida que soy hijo de un gran empresario.- sonrió.- Tengo mi propio avión, pequeño pero rápido.- sonreí con él y luego me queje de un poco de dolor en mis labios.- Creo que deberías levantarte y arreglarte.

-¿Te importaría esperar abajo?- le dije.

-Con gusto.- me sonrió, me dio un beso en la frente y se levantó de la cama, abrió la puerta de la habitación.- No tarde más de 30 minutos.- dijo mientras salía de la habitación y cerraba la puerta tras él.

Me levante, fui al baño, me duche, depile mis axilas y mis piernas, lave mis dientes, mi cabello, seque mi cuerpo, me vestí, un vestido sencillo, un sobretodo encima. Saque debajo de la capa la maleta con la ropa que mi padre no me dejaba usas, camisetas y pantalones. Así que deje toda la maleta como estaba y solo agregue unos tres vestidos. Luego de tener la maleta lista, fui al baño y saque el estuche de maquillaje. Me mire en el espejo, la pequeña herida que tenía en la ceja ya estaba un poco mejor, mi padre me la había hecho hace tres días, cuando entro molesto a mi habitación gritándome sobre que tenía que casarme y me lanzo contra la mesita de noche haciendo que rompiera parte de mi ceja con la orilla. Por otro lado… el morado de mi mejilla no estaba tan oscuro, el maquillaje lo cubrió fácilmente. Y las heridas de las comisuras de mis labios…esas… no se cubrieron mucho pero si no se veían tanto como antes.

Lleve el estuche de maquillaje conmigo y lo guarde en la gran maleta, tome el celular y los auriculares, me coloqué las sandalias bajas y salí de la habitación. Deje todo ordenado, al llegar a las escaleras del segundo piso, abajo a mi padre y a Austin, él sonrió, le sonreí un poco, él se levantó inmediatamente para ayudarme a bajar las escaleras.

-Si Austin, es mejor que la ayudes, ayer sin saber se cayó por las escaleras, gracias a Dios no fue nada grave.- dujo sonriendo. Austin y yo fingimos una sonrisa mientras bajamos las escaleras.

-Bueno Señor, le vuelvo agradecer.- dijo Austin.

-No hay de que muchacho, eso sí cuídame a mi hija.- dijo mi padre sonriendo.
-Adiós padre.- le dije sin siquiera mirarlo y salí de la casa con Austin detrás de mí quien traía mi maleta. Subí al auto rápidamente, últimamente habían personas tomándonos fotos. Austin subió al auto y lo puso en marcha, yo coloqué mi cinturón de seguridad y me acomode en el asiento.


Luego de un rato en silencio Austin pronuncio algo.- ¿Lo verás cuando estemos allá?- abrí mis ojos, había tratado de no pensar en eso en el camino al aeropuerto, pero allí estaba él preguntándome por eso. No le respondí, es que el solo pensar en eso me asustaba, aunque quería verle no sé cómo reaccionaría ¿Cómo estará él? Es que bueno, han pasado casi dos años, que puedo decir. ¿Me amara aun? ¿Fabiana  le habrá aclarado todo al respecto de la boda? Mire de reojo a Austin quien conducía mientras esperaba una respuesta.- Solo quiero que sepas que…- continuó.- Te apoyare en las decisiones que tomes.- me sonrió. Asentí.
Sí, asentí, pero en realidad no sabía si iba a ir y correr a verle o solo lo vería por casualidad… o si lo iba a ver y él no me aceptaba. La última vez que hable con Fabiana… ella sonaba como si me ocultase algo.



Llegamos al aeropuerto, me mantuve un momento dentro del auto, cualquier persona que me viera pensaría que no quiero viajar, pero en realidad mi corazón estaba que se salía de mi pecho y solo por el hecho de que viajaría, vería a mi madre. Mis ojos se cristalizaron. Los vería a ellos… a todos…

-¿___?- me llamó. Parpadeé y lo miré. Le di una sonrisa.- Vamos, quiero sacarte de este infierno.- dijo sonriendo, sonreí, estar en la casa con mi padre era un infierno, pero… ¿Qué me esperaba en esa ciudad? Eso me preocupaba.