– ¿___? – escuche y
fruncí el ceño aun con los ojos cerrados. Moví mi cara al otro lado y me
mantuve boca abajo. – ¿Nena? – fruncí más él ceño y escuche una risita. – Anda despierta…
– ¿Mmm? – abrí un
poco mis ojos.
– Nos hemos dormido y ya es casi de noche…– susurro.
– ¿Y qué? – dije sin
abrir mis ojos, el sonido de la lluvia era tan relajante.
– ¿Y qué? – Dijo. – Bueno que
– ¿Debes irte? – dije
abrí un poco mis ojos para verle. Se encontraba sentado en la cama con su
pantalón puesto y me sonreí. Metí mi rostro contra las sabanas y suspire
frustrada, finalmente se acabaría el momento. Me voltee y me senté de mala gana
dando malos ojos, él me miraba sin expresión en su rostro.
Salí de las sabanas y me puse de pie y como niña malcriada
me quite la guardacamisa de él tirándosela en un lado y caminando a mi closet
en solo bragas. Estaba molesta, ya ni tenía frío sentir un calor inmenso en el
cuerpo, me coloque un short y una camiseta, no me preocupe de ponerme brasier,
igual ni saldría.
– ¿Qué haces? – me
pregunto.
– Nada. – dije sin
mirarle, fui al sofá que esta frente a la ventana y me senté, subí mis piernas
haciendo que mis rodillas quedaran pegadas a mi pecho. Era una estúpida, sabía
que llegaría este momento, ni siquiera tengo porque dejarme afectar. Mire a la
nada, una lágrima salió y la seque rápidamente. Esto era mi propia culpa, yo
sabía que el volvería a casa por Susana y eso sería todo.
– Nena…– escuche que
dijo y lo vi acercarse, se colocó frente a mí y se inclinó un poco. – No me iré a ningún lado. – dijo con una pequeña sonrisa mientras me
tendía su guardacamisa. Trate de ocultar una sonrisa y no emocionarme.
– ¿En serio? – dije
con voz de niña mimada.
– Si princesa. – me
dijo. Tome su guardacamisa y la coloque alrededor de mi cuello. – ¿Cómo crees que me voy a ir con esa lluvia? no
puedo, me puedo enfermar…– dijo mirando
hacia la ventana, lo mire con ganas de asesinarlo. – Mentira amor. – dijo riendo. – ¿Cómo crees que te dejare acá, eh? Si me voy
te vienes conmigo y si no me quedo contigo acá sin ir a ningún lado.
– ¿No se supone que seremos amantes? – le dije sonriendo.
– ¿De verdad crees que permitiré eso? – me miro y volteó sus ojos. – Linda nunca aprendes. – rió. Le di un pequeño golpe en su hombro. – Tú te vienes conmigo. – dijo y me cargo, chillé por la sorpresa y
comencé a reírme. Me coloco en la cama y él se colocó encima de mí. Sonrió, se
encontraba sobre sus codos para no dejar caer todo el peso sobre mí. – Cuando regrese a casa, sin importar que, tú
regresaras conmigo.
– ¿Y Susana? – dije
bajando la mirada.
– No me importa que hay que ver con ella, me importas tú. – deposito un beso en mis labios, sonreí, estaba
declarado que no se lo dejaría a nadie, y mucho menos a una perra loca como
ella, no me importaba ahora si lo había ayudado o no, Austin… él había muerto
por mi felicidad, y mi felicidad, ahora la tenía frente a mis ojos.
– Está bien…– sonreí.
– ¿Aceptas? ¿Sí? ¿Regresarás a casa conmigo? – preguntó emocionado. Asentí. – ¡SI! – gritó y reí, él metió su rostro entre mi
cuello y comencé a reír como loca cuando me ocasionaba cosquillas con sus besos.
Su celular comenzó a sonar y él se detuvo. Deje de reír y
logre tomar aire, él se puso de pie y busco su celular que estaba en la mesa de
la cocina. – De seguro es tu novia que
se cortó las venas porque ya vas a dos noches fuera de casa. – dije en voz alta, él me miro y sonrió un poco
mientras negaba con su cabeza.
*JUSTIN*
– ¿ALÓ? – respondí la
llamada, era el número de Ryan
– ¡BROTH! ¡AL FIN CONTESTAS! ¡NOS TIENES PREOCUPADOS! – dijo un poco alterado.
– Cálmate broth, estoy bien…– sonreí mientras caminaba hacia la cama donde
aún estaba ___ acostada jugando con su cabello mientras miraba el techo.
– ¿Dónde estás? Susana nos dijo que le habías dejado porque
había salido un negocio, un trabajo… ¿paso algo?
– Cálmate. – le
repetí me senté en la cama mientras acariciaba las piernas de ___. – Estoy bien Ryan.
– Ella se sentó quedando frente a mí.
– Pero Susana dijo que saliste hacer un negocio y
– Hola Ryan. – dijo
___ cuándo me quito el celular. Sonreí. – Justin está bien. – me miró. – Estará bien, lo tengo muy bien cuidado. – me guiño y sonreí, era loca esta chica. – Dile a Susana que Justin se fue del país. – dijo riendo. Y me entrego el celular y se
volvió hacia atrás quedando acostada.
– ¿Aló? – dije
tomando otra vez el celular.
– Ya entiendo todo. – dijo y
se escuchaba tranquilo.
– Si…– dije sonriendo.
– Bueno, tenemos pensado regresar cuando
deje de llover…– suspiré. – Ryan… necesito un favor.
– Si dime.
– ¿Puedes ir por mi auto en el estacionamiento del centro
comercial que estaba con Susana y traerlo?
– Pero no se la dirección de ___....
– Fabiana debe saberla. – dije y mire a ___, ella asintió.
– Vale.
– Pero vienes con otro de los chicos, para cuando te vayas
te vayas en su auto y no te mojes. – sonreí.
– Está bien, mañana en la mañana lo tendrás allí.
– Perfecto. – dije. –
Y otra cosa…
– ¿Si?
– Discúlpame por mantenerte preocupado y no avisarte, esta
chica me tiene secuestrado. – dije
sonriendo, ___ sonrió.
– Secuestrado en la cama dirás, no le han dado descanso.
– Ryan…– dije
volteando los ojos. Lo escuche reírse.
– Está bien, está bien. – dijo calmándose. – Dime algo… ¿Qué le digo a esta mujer?
– Lo que dijo ___. – dije sonriendo.
– ¿Estás loco? Se pondrá histérica.
– Que importa ya, joder. – dije fastidiado.
– Importa mucho Justin, nos pondrá locos acá. – dijo preocupado, reí.
– Si te molesta mucho dile a Fabiana para que la coloque en
su lugar…
– No pondré a mi chica a pelear…– dijo serio.
– Entonces no tienes de otra que sacarla de la casa. – dije. – Inventa una excusa y saca a Susana de la casa.
– Sera difícil.
– Bueno… ella misma se ira luego cuando yo llegue con ___. –
dije. – Te dejo tengo cosas que hacer. – le dije.
– Dale descanso Justin. – dijo riendo.
– Idiota. – dije y
colgué.
Mire a ___ quien estaba acostada con los brazos estirados
hacia arriba, uno a cada lado de su cabeza. – ¿Tienes flojera? – le pregunte sonriendo mientras miraba su
cuerpo y recorría con mi dedo índice su abdomen. Ella asintió. – ¿Quieres que te quite esa flojera? – me acosté a su lado, casi encima de ella,
quedando levantado un poco sobre mi codo derecho.
– Deberíamos comer…– dijo.
– Eres peor que una mascota. – dije sonriendo, ella rió. – Siempre tienes hambre…– ella asintió con sus ojos un poco cerrados. – Te haré algo de comida… y luego veremos algo
de tv…
– Y luego…– dijo ella
sonriendo.
– Te haré el amor por unas cinco veces más…– le dije, ella rió a carcajadas, yo sonreí, me
encantaba verla así, era hermosa, y más hermosa aun cuando sonreía.
– Estás loco…– dijo
ella riendo. Mi celular volvió a sonar, esta vez de un número desconocido.
– ¿Aló?
– ¡JUSTIN! – era
Susana. Me senté en la cama.
– ¿Qué pasa Susana? – dije, ___ dejo de sonreír, yo acaricie su
abdomen, quería hacerle saber que todo estaría bien.
– ¡¿CÓMO ES QUE TE FUISTE DEL PAÍS?! – dijo alterada.
– Si…
– ¡¿POR QUÉ NO ME DIJISTE NADA?!
– No tengo porque decirte todas las cosas. – dije fastidiado.
– ACA ESTAN CONSPIRANDO CONTRA MÍ, DICEN QUE ES MEJOR QUE ME
VAYA DE LA CASA. – dijo, y pude escuchar
en su voz que estaba a punto de llorar.
– Pues deberías hacerlo.
– ¡¿QUÉ ESTAS DICIENDO?!
– Es la casa de todos Susana, si todos quieren eso debes irte.
– mire ___ y ella sonreí, negué con
movimiento de cabeza sonriendo.
– ¡TE DIJE DESDE UN PRINCIPIO QUE COMPRARAS NUESTRA CASA!
– Susana, no tengo tiempo para esto, tengo que hacer un par
de cosas importantes. – acaricie el
vientre de ___. – Resuelve tú el problema
y has lo que mejor te convenga.
– Justin pero…
– Chao Susana. – dije
y colgué la llamada.
___ reía. – Deja de
burlarte. – dije sonriendo. – No seas mala.
– Es que no puedo…– dijo riendo.
– Los chicos conspiran contra ella para que se valla de la
casa…– dije sonriendo.
– ¡Ay! Pobre. – dijo
haciendo puchero.
– No seas hipócrita. – le dije sonriendo, ella rió con ganas.
– Tengo hambre…– me
dijo, reí, y me lance sobre ella para besarle el cuello y hacerle cosquillas,
ella chilló, gritó y rió. – ¡YA! ¡YA! – dijo, me quede quieto aun sobre ella y la mire
a los ojos.
– Eres lo mejor que me ha sucedido en la vida ___.... – le dije, ella le brillaron los ojos, se
sonrojo, y humedeció sus labios, me incline más y la bese. Me separe de ella
antes que subiera la tensión, ella sonrió y se mantuvo allí acostada mientras
yo iba a la cocina por algo de comida para cenar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario