lunes, 7 de diciembre de 2015

CAPITULO 25


– ¿___? –  escuche y fruncí el ceño aun con los ojos cerrados. Moví mi cara al otro lado y me mantuve boca abajo. –  ¿Nena? –  fruncí más él ceño y escuche una risita. –  Anda despierta…

– ¿Mmm? –  abrí un poco mis ojos.

– Nos hemos dormido y ya es casi de noche…–  susurro.

– ¿Y qué? –  dije sin abrir mis ojos, el sonido de la lluvia era tan relajante.

– ¿Y qué? –  Dijo. –  Bueno que

– ¿Debes irte? –  dije abrí un poco mis ojos para verle. Se encontraba sentado en la cama con su pantalón puesto y me sonreí. Metí mi rostro contra las sabanas y suspire frustrada, finalmente se acabaría el momento. Me voltee y me senté de mala gana dando malos ojos, él me miraba sin expresión en su rostro.

Salí de las sabanas y me puse de pie y como niña malcriada me quite la guardacamisa de él tirándosela en un lado y caminando a mi closet en solo bragas. Estaba molesta, ya ni tenía frío sentir un calor inmenso en el cuerpo, me coloque un short y una camiseta, no me preocupe de ponerme brasier, igual ni saldría.

– ¿Qué haces? –  me pregunto.

– Nada. –  dije sin mirarle, fui al sofá que esta frente a la ventana y me senté, subí mis piernas haciendo que mis rodillas quedaran pegadas a mi pecho. Era una estúpida, sabía que llegaría este momento, ni siquiera tengo porque dejarme afectar. Mire a la nada, una lágrima salió y la seque rápidamente. Esto era mi propia culpa, yo sabía que el volvería a casa por Susana y eso sería todo.

– Nena…–  escuche que dijo y lo vi acercarse, se colocó frente a mí y se inclinó un poco. –  No me iré a ningún lado. –  dijo con una pequeña sonrisa mientras me tendía su guardacamisa. Trate de ocultar una sonrisa y no emocionarme.

– ¿En serio? –  dije con voz de niña mimada.

– Si princesa. –  me dijo. Tome su guardacamisa y la coloque alrededor de mi cuello. –  ¿Cómo crees que me voy a ir con esa lluvia? no puedo, me puedo enfermar…–  dijo mirando hacia la ventana, lo mire con ganas de asesinarlo. –  Mentira amor. –  dijo riendo. –  ¿Cómo crees que te dejare acá, eh? Si me voy te vienes conmigo y si no me quedo contigo acá sin ir a ningún lado.

– ¿No se supone que seremos amantes? –  le dije sonriendo.

– ¿De verdad crees que permitiré eso? –  me miro y volteó sus ojos. –  Linda nunca aprendes. –  rió. Le di un pequeño golpe en su hombro. –  Tú te vienes conmigo. –  dijo y me cargo, chillé por la sorpresa y comencé a reírme. Me coloco en la cama y él se colocó encima de mí. Sonrió, se encontraba sobre sus codos para no dejar caer todo el peso sobre mí. –  Cuando regrese a casa, sin importar que, tú regresaras conmigo.

– ¿Y Susana? –  dije bajando la mirada.

– No me importa que hay que ver con ella, me importas tú. –  deposito un beso en mis labios, sonreí, estaba declarado que no se lo dejaría a nadie, y mucho menos a una perra loca como ella, no me importaba ahora si lo había ayudado o no, Austin… él había muerto por mi felicidad, y mi felicidad, ahora la tenía frente a mis ojos.

– Está bien…–  sonreí.

– ¿Aceptas? ¿Sí? ¿Regresarás a casa conmigo? –  preguntó emocionado. Asentí. –  ¡SI! –  gritó y reí, él metió su rostro entre mi cuello y comencé a reír como loca cuando me ocasionaba cosquillas con sus besos.

Su celular comenzó a sonar y él se detuvo. Deje de reír y logre tomar aire, él se puso de pie y busco su celular que estaba en la mesa de la cocina. –  De seguro es tu novia que se cortó las venas porque ya vas a dos noches fuera de casa. –  dije en voz alta, él me miro y sonrió un poco mientras negaba con su cabeza.



*JUSTIN*


– ¿ALÓ? –  respondí la llamada, era el número de Ryan

– ¡BROTH! ¡AL FIN CONTESTAS! ¡NOS TIENES PREOCUPADOS! –  dijo un poco alterado.

– Cálmate broth, estoy bien…–  sonreí mientras caminaba hacia la cama donde aún estaba ___ acostada jugando con su cabello mientras miraba el techo.

– ¿Dónde estás? Susana nos dijo que le habías dejado porque había salido un negocio, un trabajo… ¿paso algo?

– Cálmate. –  le repetí me senté en la cama mientras acariciaba las piernas de ___. –  Estoy bien Ryan. 

–  Ella se sentó quedando frente a mí.

– Pero Susana dijo que saliste hacer un negocio y

– Hola Ryan. –  dijo ___ cuándo me quito el celular. Sonreí. –  Justin está bien. –  me miró. –  Estará bien, lo tengo muy bien cuidado. –  me guiño y sonreí, era loca esta chica. –  Dile a Susana que Justin se fue del país. –  dijo riendo. Y me entrego el celular y se volvió hacia atrás quedando acostada.

– ¿Aló? –  dije tomando otra vez el celular.

– Ya entiendo todo. –  dijo  y se escuchaba tranquilo.

– Si…–  dije sonriendo. –  Bueno, tenemos pensado regresar cuando deje de llover…–  suspiré. –  Ryan… necesito un favor.

– Si dime.

– ¿Puedes ir por mi auto en el estacionamiento del centro comercial que estaba con Susana y traerlo?

– Pero no se la dirección de ___....

– Fabiana debe saberla. –  dije y mire a ___, ella asintió.

– Vale.

– Pero vienes con otro de los chicos, para cuando te vayas te vayas en su auto y no te mojes. –  sonreí.

– Está bien, mañana en la mañana lo tendrás allí.

– Perfecto. –  dije. –  Y otra cosa…

– ¿Si?

– Discúlpame por mantenerte preocupado y no avisarte, esta chica me tiene secuestrado. –  dije sonriendo, ___ sonrió.

– Secuestrado en la cama dirás, no le han dado descanso.

– Ryan…–  dije volteando los ojos. Lo escuche reírse.

– Está bien, está bien. –  dijo calmándose. –  Dime algo… ¿Qué le digo a esta mujer?

– Lo que dijo ___. –  dije sonriendo.

– ¿Estás loco? Se pondrá histérica.

– Que importa ya, joder. –  dije fastidiado.

– Importa mucho Justin, nos pondrá locos acá. –  dijo preocupado, reí.

– Si te molesta mucho dile a Fabiana para que la coloque en su lugar…

– No pondré a mi chica a pelear…–  dijo serio.

– Entonces no tienes de otra que sacarla de la casa. –  dije. –  Inventa una excusa y saca a Susana de la casa.

– Sera difícil.

– Bueno… ella misma se ira luego cuando yo llegue con ___. –  dije. –  Te dejo tengo cosas que hacer. –  le dije.

– Dale descanso Justin. –  dijo riendo.

– Idiota. –  dije y colgué.

Mire a ___ quien estaba acostada con los brazos estirados hacia arriba, uno a cada lado de su cabeza. –  ¿Tienes flojera? –  le pregunte sonriendo mientras miraba su cuerpo y recorría con mi dedo índice su abdomen. Ella asintió. –  ¿Quieres que te quite esa flojera? –  me acosté a su lado, casi encima de ella, quedando levantado un poco sobre mi codo derecho.

– Deberíamos comer…–  dijo.

– Eres peor que una mascota. –  dije sonriendo, ella rió. –  Siempre tienes hambre…–  ella asintió con sus ojos un poco cerrados. –  Te haré algo de comida… y luego veremos algo de tv…

– Y luego…–  dijo ella sonriendo.

– Te haré el amor por unas cinco veces más…–  le dije, ella rió a carcajadas, yo sonreí, me encantaba verla así, era hermosa, y más hermosa aun cuando sonreía.

– Estás loco…–  dijo ella riendo. Mi celular volvió a sonar, esta vez de un número desconocido.

– ¿Aló?

– ¡JUSTIN! –  era Susana. Me senté en la cama.

– ¿Qué pasa Susana? –  dije, ___ dejo de sonreír, yo acaricie su abdomen, quería hacerle saber que todo estaría bien.

– ¡¿CÓMO ES QUE TE FUISTE DEL PAÍS?! –  dijo alterada.

– Si…

– ¡¿POR QUÉ NO ME DIJISTE NADA?!

– No tengo porque decirte todas las cosas. –  dije fastidiado.

– ACA ESTAN CONSPIRANDO CONTRA MÍ, DICEN QUE ES MEJOR QUE ME VAYA DE LA CASA. –  dijo, y pude escuchar en su voz que estaba a punto de llorar.

– Pues deberías hacerlo.

– ¡¿QUÉ ESTAS DICIENDO?!

– Es la casa de todos Susana, si todos quieren eso debes irte. –  mire ___ y ella sonreí, negué con movimiento de cabeza sonriendo.

– ¡TE DIJE DESDE UN PRINCIPIO QUE COMPRARAS NUESTRA CASA!

– Susana, no tengo tiempo para esto, tengo que hacer un par de cosas importantes. –  acaricie el vientre de ___. –  Resuelve tú el problema y has lo que mejor te convenga.

– Justin pero…

– Chao Susana. –  dije y colgué la llamada.

___ reía. –  Deja de burlarte. –  dije sonriendo. –  No seas mala.

– Es que no puedo…–  dijo riendo.

– Los chicos conspiran contra ella para que se valla de la casa…–  dije sonriendo.

– ¡Ay! Pobre. –  dijo haciendo puchero.

– No seas hipócrita. –  le dije sonriendo, ella rió con ganas.

– Tengo hambre…–  me dijo, reí, y me lance sobre ella para besarle el cuello y hacerle cosquillas, ella chilló, gritó y rió. –  ¡YA! ¡YA! –  dijo, me quede quieto aun sobre ella y la mire a los ojos.


– Eres lo mejor que me ha sucedido en la vida ___.... –  le dije, ella le brillaron los ojos, se sonrojo, y humedeció sus labios, me incline más y la bese. Me separe de ella antes que subiera la tensión, ella sonrió y se mantuvo allí acostada mientras yo iba a la cocina por algo de comida para cenar.

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