viernes, 14 de agosto de 2015

CAPITULO 10

AMIGAS




Abrí mis ojos y escuche una sirena de ambulancia, mire a mi alrededor un poco estaba rodeada de aparatos, tenía una mascarilla de oxígeno, los Doctores o enfermeros comenzaron a decirme algo pero cerré mis ojos nuevamente sentí una pesadez en mis parpados era como si no fuese dormido en meses.

Abrí mis ojos nuevamente, comencé a toser al sentir que algo me asfixiaba, un ruido de un aparato comenzó a sonar, mire a mí alrededor, llego una enfermera corriendo. – Deténgase. – dijo llegando a mí. – Tranquilícese señorita. – dijo. Le señale el tubo que tenía en mi boca que estaba hasta mi garganta. – Ya lo retiraremos, tranquilícese. – me repitió. – Abra la boca un poco más. – me dijo, lo hice y ella haló el tubo. Comencé a toser mientras trataba de respirar nuevamente. – Esto es incómodo. – menciono ella. – Pero debimos ponerlo para ayudarla a respirar, se encontraba mal. – me dijo. Cerré mis ojos. – ¿Se siente bien? – me preguntó, asentí sin abrir los ojos. – Bien iré avisar que ya despertó. – dijo y escuche cuando salió del lugar.

Mire a un lado, y por encima de las cortinas de las ventanas pude ver la claridad del día. Así que ya era de día. – ¡___! ¿___? ¡___! – escuche. – ¡DÉJENME PASAR! – gritó.

–Joven, lo sentimos solo familiares.

– ¡SOY SU PROMETIDO! – les gritó. Escuche sus pasos acercarse. Me gire a verle, venía corriendo. Le sonreí un poco con las lágrimas saliendo de mis ojos. – ¡___! – dijo al verme. – Linda. – dijo con lágrimas en los ojos y abrazándome. Beso mi frente y se mantuvo un momento así. Las lágrimas salían de mis ojos y recorrían su camino hasta mi cabello. Él se separó de mí, seco mis lágrimas. – Estas bien…– me dijo. – Estarás bien. – dijo llorando. Sonreí. Él me tomo la mano con cuidado ya que tenía vías para líquidos. – ¿Por qué hiciste eso linda? – dijo mirándome a los ojos. – cerré mis ojos dejando salir un par de lágrimas. – Escúchame…– me dijo y acaricio mi mano. – Mírame linda. – me dijo, abrí mis ojos. – Prometo sacarte de esto… Prometo encontrar una solución, pero por favor no hagas más esto, no intentes quitarte la vida. – dijo con sus mejillas húmedas, yo continúe llorando. – No sabes lo mal que me sentí cuando me dijeron lo que te sucedía, él desgraciado de tu padre ni siquiera está aquí. – dijo con rabia. – Pase todo la madrugada y toda la mañana acá, tenía miedo a que no despertaras… no me hagas esto otra vez linda. – dijo y seco mis mejillas y luego las de él. Le sonreí un poco, él también hizo lo mismo.

Mi padre debe estar odiándome, si moría no podía hacer sus negocios, por eso es que no está aquí. Mire el reloj que había en la pared, 1:37pm. Así que había estado dormida por bastante tiempo. A la habitación entro el médico, hablo algo con Austin, me reviso los ojos alumbrándolos. – Siga la luz– dijo mientras lo hacía. Seguí la luz, luego reviso los aparatos a los que estaba conectada. Le comentó algo a la enfermera.

– ¿Ella está bien Doctor? – le pregunto Austin.

–Ha evolucionado muy bien… la pasaremos a una habitación normal. – le dijo el Doctor. Austin asintió, el Doctor se retiró y la enfermera se quedó arreglándome las cosas. Austin solo observo todo. Cerré mis ojos mientras sentía que ingresaban el nuevo líquido a mis venas. Luego llegaron dos enfermeras más y juntos llevaron mi camilla hasta una habitación nueva, Austin me cargo y me paso a la otra cama, las enfermeras arreglaron todo nuevamente, dejándome puesta solo la vía para el suero. La habitación tenía Tv, baño, un sofá y una pequeña cama para el cuidador, en este caso Austin.



La noche llegó y Austin había regresado de buscar algunas de mis cosas y algunas de sus cosas. Sonreí. Me entregó la Tablet. – Juega, tiene unos lindos juegos. – me dijo. Sonreí, sin duda me estaba sintiendo un poco mejor, la pesadez ya no la sentía en mi cuerpo. Austin presiono el botón de la cama donde la inclinaba un poco para mantenerme sentada. – Traje tu celular ¿quieres revisarlo? – me preguntó, asentí, no podía hablar aun, el tubo había dejado mi garganta lastimada.

Me entrego mi celular y mientras acomodo una silla al lado de mi cama para así sentarse y ver Tv. Tomé mi celular, había unas llamadas perdidas de Fabiana, fruncí mi ceño. También había unos mensajes.

Fabiana:
¿___ dónde estás? Necesito saber.

Fabiana:
Respóndeme por Favor, estoy en la ciudad.

Fabiana:
Debes hablar conmigo, no puedes estar molesta por toda la vida conmigo.


Toqué el hombro de Austin, él me miro y le entregué el celular. – ¿Listo? – asentí, él sonrió y lo mantuvo en sus manos mientras veía la Tv y yo jugaba en la Tablet.

Sabía que no podía estar molesta con Fabiana por toda la vida pero… aun así, aún estaba molesta. Suspiré. Deje de jugar, había caído la noche, Austin noto que estaba cansada así que acomodo nuevamente mi cama para quedar acostada y apago la luz de la habitación, dejo encendida la Tv para que alumbrara un poco la habitación, le bajo el volumen, acomodo su cama y se acostó en ella. – Buenas Noches linda. – me dijo. Sonreí, tome una última respiración profunda y cerré mis ojos.




Tres días después ya me encontraba en casa, Austin tuvo que sacarme a escondidas del hospital porque los noticieros querían saber que había sucedido. Así que fue muy lindo de su parte cuando pidió permiso al hospital para introducir el auto por el lugar privado y así no me vieran.

–Señorita tiene visita. – me dijo la chica.

–No… no quiero ver a nadie ahora…– dije bajando la mirada. – Al menos que sea Austin. – me di la vuelta para dirigirme a la cama.

–Pues soy yo. – dijo él. Me gire a mirarle estaba sonriendo. Le sonreí. – Te ves demacrada. – se burló.

–Gracias. – le dije sonriendo un poco. – Te iba a preguntar… si no sabes ¿en qué lugar deje el celular?

–Yo lo tengo. – me dijo sonriendo. – Pero antes de entregártelo… quiero mostrarte algo.

– ¿Qué? – Dije sin moverme de lugar.

–Mejor dicho ¿Quién? – me dijo él, fruncí mi ceño.




*FABIANA.*

Salí detrás de Austin, ella abrió un poco sus ojos, de verdad se veía demacrada, ojeras, un poco más delgada que la última vez que la había visto. Mis ojos se cristalizaron y salieron un par de lágrimas, ella no se movió ni nada. – ___... – susurré.

– ¿Qué hace ella aquí? – preguntó mirando a Austin.

–Escúchala… por favor. – dijo él detrás de mí. – Estoy seguro que le entenderás al igual que yo…

–Austin…– le dijo ella.

–Por favor… si no le quieres luego… yo mismo me encargare de sacarla de aquí. – ella asintió. – Estaré afuera. – dijo él, me gire a verle y salió junto a la chica cerrando la puerta tras ellos.

– ¿Estas bien? – pregunté luego de un rato en silencio. Ella permanecía de pie en el mismo lugar al igual que yo. Aunque inmediatamente me di de cuenta que la pregunta era algo estúpida, yo podía ver por mí misma que no era así, ella no estaba bien.

–Sí. – dijo ella y cruzo sus pies mientras los miraba.

–Lo siento ___... – le dije. – Pero si me das la oportunidad de explicarte todo… lo haré.

–Entonces hazlo. – me respondió ella fríamente. – Esta es tu oportunidad.

–Bien. – suspiré. – Primero quiero pedirte que me perdones, de verdad, mi intención no fue mentirte. – la miré, ella me miraba seria, no mostraba ninguna emoción, frunció sus labios y continuó mirándome. – Yo… ese día que llamaste, yo fui corriendo a decirle todo a Justin, o esa era mi intención pero Ryan me detuvo. – ella me miró con curiosidad. – Sí, lo hizo, Justin… había durado dos semanas o más sin comer, sin dormir, sin nada…– la miré, unas lágrimas se salieron de mis ojos, recordé lo que habíamos pasado intentando hacer caer en razón a Justin. – Lo único que probaba era alcohol… entonces día llamaste de la nada… Y… Ryan me dijo que no fuera egoísta con la chica, Susana…– le dije. – Ella fue quien logró comenzarlo a sacar de ese hueco, ella le hizo comer, cuando Ryan me dijo eso lo que le dije fue “Me importa una mierda Susana” pero al ir a ver a Justin, le vi sonreír, estaba un poco mejor, se estaba recuperando…– recordé ese momento, me odie a mí misma al darme de cuenta que sería egoísta con Susana si le decía algo a  Justin. – Y me di de cuenta que lo que Ryan decía era verdad… también pensé en que si le decía a Justin tal vez aun así tu no volverías con nosotros… entonces ese día llegaste a casa y…– apreté mis labios mientras lloraba. – Me alegre demasiado. Pero Justin… él se había resignado a Susana, él…

–La quiere, ahora están juntos, yo estoy con Austin, tú al parecer tienes un romance con Ryan, y ya, todos felices. – me respondió ella sin aparentar ninguna emoción. – ¿Eso es lo que venías a decirme? – me preguntó.

–Vine a que me perdones y a pedirte que me dejes seguir siendo tu amiga. – le dije llorando.

–Bien. – dijo ella en un suspiro. – Te perdono, no fue tu culpa, fue…– guardo silencio un momento y continuó. – No fue culpa de nadie.

– ¿Me dejaras seguir siendo tu amiga? – le pregunté mirándole aun llorando.

–Nunca lo has dejado de ser. – dijo ella dando una pequeña sonrisa o eso quería aparentar y con los brazos cruzados.

–Gracias. – dije sonriéndole y dando un paso hacia ella.

– ¿Puedes ser mi Dama de Honor? – dijo ella mirándome de arriba abajo.

– ¿Sí te vas a casar? – dije mirándola.

–Por supuesto, para eso regrese acá. – dijo alzando un poco sus hombros.

–___... – dije apretando mis labios para no volver a romper a llorar.

–No necesito tu lástima Fabiana. – me dijo mirándome sería. – Si vas a estar aquí es para animarme…– se dio la vuelta, camino hacía su cama y se sentó. – Si no puedes hacer eso…– suspiro. – entonces marcharte.

–Está bien. – dije inmediatamente. – Te animare en todo lo que sea necesario. – le dije sonriéndole y tragándome el dolor que sentía por ella, ella no quería esto, y yo… sentía que terminaría mi amistad con Justin… tan solo por animar a ___ a casarse. Pero debía hacerlo.




*___.*

Austin entro a mi habitación, le sonreí. Fabiana me miro y luego lo miro a él. – ¿Entonces debo sacarla de acá? – dijo Austin sonriendo. Negué con la cabeza. – Bien, veo que han arreglado las cosas…– dijo sonriendo y cerrando la puerta tras de él para adentrarse más a la habitación.

–Le eh pedido que se mi dama de honor. – dije mirando a Austin. Él me miró sorprendido.

–Y…

–Primero no tengo a más nadie, no es que no tenga otra opción pero bueno… ella es mi amiga. – dije sonriéndole un poco.

–___... – dijo mirándome.

–Espero tu tengas ya a tu padrino de boda…– le dije sin dejar de sonreír. Él no sonrió, él en realidad sabía que no quería nada de esto, no quería boda.

–Bien… buscare uno con urgencias…– me dijo sonriendo. Asentí. Él llego hasta mi cama y se sentó a mi lado… yo me encontraba un poco recostada a las almohadas. Fabiana permaneció en silencio. – Aun trabajo en algo…– me dijo y me guiño.

–Espero que sea algo bueno. – le dije.

–Yo…– comentó Fabiana. – Podría irme ya y así no molestar…– dijo ella sonriendo con incomodidad.

–Tranquila que esto no es una escena de romance. – dijo Austin sonriendo. Ella asintió apenada.

–Pensé que te quedarías acá en la casa…– le mire.

–Ah… yo… pues…– tragó grueso. – Pensé que a tu padre no le gustaría…

–Si a él no le gusta Austin puede encargarse de eso. – dije, Austin asintió sonriendo.

–Bueno… mi equipaje

–Está abajo. – dijo Austin. – Le ordene a la chica que lo subiera en un momento. – suspire, él era tan… tenía todo calculado, era algo perfecto en sus planes, sabía cómo tratarme… lo miré y sonreí un poco… él me quería y lo demostraba.



La mañana siguiente a esa  noche, me desperté, me sentí igual que siempre… mal, pero debía aparentar estar bien, debía superar el hecho de que Justin solo fue un amor pasajero. Me esperece un poco y choqué mi pierna con la pierna de otra persona, Fabiana. Suspiré. Abrí mis ojos y estaba frente a ¡AUSTIN! Abrí más mis ojos para asegurar de no estar dormida.

Él se movió un poco y frunció su ceño mientras abría los ojos. – Buenos Días. – dijo sonriendo un poco aun con su ceño fruncido. Solo le sonreí. – Me duele el cuello. – dijo. Reí más. – ¿No abusaste de mi cierto? – dijo mientras se tocaba el cuerpo y sus partes. Reí tapándome la cara.

–Eres un Idiota. – dije riendo.

–Hoy eh comprobado que eres más horrible de lo normal cuando te despiertas…

–Ah, ¿en serio? – hice puchero. – Yo esperaba  más un “eres bella aun recién despierta”– dije y reímos.

Él se acercó más a mí y paso su brazo por debajo de mi cuello, quedando un poco abrazado a mí, yo recosté mi rostro a su pecho manteniéndome un poco abrazada a él. – ¿Estás bien hoy? – le dije.

–Estoy bien…– dije mientras cerraba mis ojos y escuchaba el latido de su corazón.

–Sé que no lo estás del todo. – dijo y sonreí. – Pero haré que lo estés. – dio un beso en mi cabeza. Él suspiro mientras acariciaba mi cabello. – Tenía tanto tiempo sin dormir con alguien…

–Me vas hacer llorar. – dije sonriendo.

–Estúpida.

–Idiota

–Fea

–Tonto

–Cállate

–Cállame

–Fácil. – dijo y tapo mi boca con su gran mano, comencé a reírme muy alto mientras no podía retirar su mano de mi boca. Luego comenzó a reír y me dijo quieta. Reí y me senté.

–Voy al baño. – dije sonriendo. Él asintió.

–Luego yo.

–Ni siquiera tienes ropa aquí. – dije mirándolo con los ojos entrecerrados.

–Bueno pero podría usar algo de tu ropa. – me dijo sonriendo.

–Ni lo pienses. – dije y reí.

– ¿A dónde nos llevarás? – pregunte casi que gritando desde el baño.

–Será un lugar muy divertido…– le escuche decir. – Podrás sentirte muy bien. – dijo y se quedó en silencio. Escuche que murmuró algunas cosas, como si hablara con alguien, tal vez por celular, termine de ducharme y me vestí rápidamente allí dentro del baño.
Salí del baño y él sonrió. – Está listo el baño puedes usarlo. – le dije.

–No, mejor iremos a mi casa. – dijo sonriendo. – Me arreglo allá mientras tú esperas junto a Fabiana. – me dijo asentí sonriendo y Fabiana entro a la habitación.

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