SIN SENTIDO
– ¿Y a
dónde me llevas? – le pregunté.
–Ya
verás. – dijo emocionado, sonreí para mí misma, aunque me sintiese mal en
verdad no lo podía estar con él, era como si él estuviese allí para no permitir
que me derrumbe completamente. – ¿En qué tanto piensas? – dijo. Le mire y negué
con la cabeza sonriendo. – Anda dime.
–Eres
como…
– ¿Cómo
quién? – dijo esperando algo lindo. Entrecerré los ojos.
–Como un
mosquito que no deja de fastidiarme. – dije dándole malos ojos y tratando de
ocultar una sonrisa.
–Eres
tan tierna. – dijo en sarcasmo. Reí, él me miro y sonrió.
– ¿Qué?
– dije mirándolo.
–Te ves muy
linda así. – dijo. – De verdad. – baje mi mirada con un poco de pena. – Lastima
que sea solo así porque de las demás formas te vez horrenda. – dijo, lo miré
tenía una sonrisa en su cara.
–Idiota.
– dije sonriéndole y mirando hacia al frente.
Luego de
cruzar varias calles llegamos a un lugar, era como una feria de comida en la
calle, era de noche claro, era la vida que había en las noches, sonreí. Baje
del auto junto a él. – ¿De dónde se supone que has sacado este lugar? – le
pregunte.
–Es la
vida de noche…– me sonrió. – Solía salir a escapadas con Alessa hasta aquí, a
ella le encantaba este lugar. – dijo sonriendo mientras miraba alrededor.
Las
personas se veían muy alegres, bailaban, bebían comían, era como si todo fuese
una familia, sonreí. – Es muy lindo, entiendo porque le gustaba. – comenté.
–Y no
olvides que estamos en un muelle. – sonrió. Asentí. Comenzamos a caminar sobre
el suelo de madera dirigiéndonos hacia la multitud de personas. – No te
preocupes si te llevan a bailar y no soy yo. – sonrió. – Estas personas son muy
buenas.
–Exactamente
¿qué lugar es este? – le miré.
–Es un
lugar que la ciudad entera no conoce, es como un barrio bajo, algo así, pero
todos son mucho mejor que los de la ciudad. – sonrió. Asentí.
Caminamos
entre las personas, algunas saludaron a Austin y me daban la bienvenida, me
fije en Austin sonreía tanto que en un momento pensé en cómo no le dolían las
mejillas. Él podía ser tan feliz con cosas tan simples, parecía un niño aunque
en realidad tuviera 21, al igual que Justin…
– ¡HEY!
¡___! – me grito Austin, me gire a mirarle, estaba un poco lejos haciéndome
seña con su mano de que me acercara a él.
Camine
con cuidado entre la gente y llegue a él, le sonreí. – ¿Qué haremos? – le dije.
–Primero
comeremos. – me dijo y señalo una mesa a su izquierda, estaba alejada de la
gente, se veía un lugar tranquilo para comer, sonreí, él me tomo de la mano y
me llevo con él hasta el lugar. Al llegar me fije que había dos hamburguesas,
sonreír, unos grandes vasos con gaseosa. Sonreí. – Vamos, siéntate y come. –
dijo y como todo caballero haló la silla un poco para luego empujarla mientras
me sentaba, él se sentó a mi lado, los dos quedamos de espalda a la multitud y
con la vista hacia el lago.
–Si
comienzas hacer esto muy seguido no entraré en el vestido de novia el día de la
boda. – dije sonriendo mientras metía un bocado a mi boca.
–Esa es
la idea. – sonrió. – que a última hora te estreses, no quepas en el vestido,
insultes a las personas que están a tu alrededor, al final de una hora logres
que te suba la cremallera del vestido te relajas, vas al altar y caminando
hacia mí se te rompa la cremallera o alguna costura del vestido, maldigas
dentro de la iglesia, corras, yo iré tras de ti, te alcancé pero te digo que te
vayas que te compadezco en tu pena. – sonrió, lo mire con los ojos
entrecerrados. – Tú te vas y yo regreso a la iglesia diciendo que no logre
alcanzarte, las personas comprenderán el porqué de tu huida y entonces allí
tenemos nuestro final feliz.
–Todo un
plan ¿eh?
–Se lo
que hago. – dijo alzando sus hombros y sonriendo.
–No es
el plan perfecto… posiblemente pase la pena pero me vea obligada a seguir
caminando.
–Eso
suena como si quisieras casarte conmigo.
–También
podría decirte en pleno altar que estoy embarazada de otro.
– ¿Con
el fin de qué?
–De que
las personas digan que te fui infiel y sientan lastima por ti y no por mí.
–Suena
bien. – dijo sonriendo. Reímos y continuamos comiendo.
Luego de
un rato suspire, tome un sorbo de la gaseosa. –Gracias. – mencione al terminar
de comer.
– ¿Por?
–Por
todo, como sea has podido manejar la situación en la que nos encontremos. – le
mire, una pequeña sonrisa se encontraba en su rostro. – A pesar de saber cómo
me siento haces todo lo posible para que me sienta lo contrario a eso, eres una
persona que… de verdad. – sonreí. – sabe lo que hace. – dije y guarde silencio.
– ¿Este
es la parte en que debo agradecerte con lágrimas en mi rostro? – dijo
sonriendo.
– ¿Eres
un idiota? ¡Te estoy hablando en serio! – dije y tapé mi rostro.
–Eres
una tonta. – dijo y se acercó a mí abrazándome. Lo miré él sonreía, sonreí. –
No tienes por qué agradecerme. Todo esto lo hago porqué en el pequeño tiempo
que llevamos…– suspiró. – aprendí a quererte. – deposito un beso en mi cabello
cerca de mi oreja. – Y porque te quiero es que hago todas estas cosas, me gusta
que estés bien, y de verdad me alegra oír que eh logrado que te sientas mejor.
– De verdad… sigo pensando en que todo lo que están haciendo nuestros padres
es… es una maldición, pero no me gusta verlo de esa manera, te eh conocido y
debo decirte que no eres una maldición. – dio un suspiro y me abrazo más,
sonreí.
– ¿Este
es la parte en que debo agradecerte por tus lindas palabras con lágrimas en mi
rostro? – le dije sonriendo.
–No uses
mis mismas palabras. – dijo sonriendo y separándose un poco de mí para mirarme. – Aunque si, aquí
debes decirme que también me quieres y debes llorar.
Volteé
los ojos, él rió, comencé a reír junto a él. – Eres un payaso.
–Definitivamente
no podemos casarnos con nuestras conductas así. – dijo él riendo. Asentí riendo
junto a él.
Luego de
un rato bailando o haciendo el intento, Austin y yo fuimos a caminar por la
orilla del muelle, estaba comenzando a caer la media noche y las personas
continuaban como si apenas comenzara anochecer. Así que caminamos despacio en
el muelle, alejados de las personas, la música movida se escuchaba en el fondo.
Suspire. Él me miro y sonrió, me tomó de la mano… solo baje la mirada.
Continuamos
caminando en la orilla del muelle, cuando llegamos al final donde apenas
lograba oírse la música él se detuvo y me miro, tragué saliva, me puse nerviosa.
– Entonces…– comentó él. Suspiro. Dio un paso quedando frente de mí, cerca, muy
cerca. – Deberíamos…– dijo en un susurró.
Cerré
los ojos. –No me beses por favor…– dije en algo menos que un susurró, fue más
para mí que para él.
–Te iba
a decir que bailáramos. – dijo, lo miré, él estaba sonriendo con ganas. Mi
cuerpo se alivió. – No tengo pensado besarte, ni en el altar, eres muy fea. –
me dijo, reí mientras tapaba mi rostro con mis manos. –Anda, bailemos la
canción que se logra escuchar. – me dijo sonriendo.
Asentí,
él puso sus manos en mi cintura y yo mis brazos encima de sus hombros, me pegué
a él, mucho, nuestra posición de baile paso a ser un abrazo, deje reposar mi
rostro en su pecho, lo mantuve abrazado, necesitaba un abrazo, movíamos un poco
los pies para bailar al ritmo de la música que sonaba a lo lejos “The Fault In Our Stars” de Ed Sheeran. Mis lágrimas de un momento a
otro comenzaron a salir, trate de detenerlas, era difícil, no era con él la
persona con la que me gustaría estar así. Él notó mis lágrimas solo me abrazo
más. – Lo siento. – dijo mientras mantenía sus labios presionados en mi cabeza.
Negué
con un movimiento de cabeza. – No tienes nada que sentir. – le dije, continué
allí bailando con él.
–No
debí… no debí dejar que fueras hasta allá…– me dijo abrazándome fuerte.
–Lo
sabía Austin. – le dije. Él me soltó y me miro. – Lo sabía desde un principio,
sabía que algo andaba mal… y aun así fui hasta allá…– las lágrimas salieron más.
– Sabes…– le miré. – Yo quería que él me esperará, pero fui egoísta al querer
eso, él… él tuvo razón al hacer su vida. – baje la mirada tapándome el rostro
con las manos y llorando en silencio.
–Te
prohíbo que digas o que sientas que fue tu culpa. – me dijo él mirándome.
–No
sabes lo que sentí Austin. – dije mirándolo con el gran nudo en mi garganta que
dolía. – Al verlo…– trate de respirar y mire al cielo. – Él… no tuvo emociones
algunas al verme. – baje la mirada y cerré los ojos. – No le importo que yo
estuviera allí…– mordí mi labio inferior tratando de disminuir el dolor. –
Luego ella llego lo beso. – dije lloré más. Sentí sus brazos rodearme. Austin
me mantenía abrazada. – Mi corazón se rompió, eso era lo que temía, temía verle
con otra persona, él quizás la ame… y yo. – respire profundo por un momento. –
Yo debo de superar esto. – lloré. – Debo hacerlo, debo superar todo el dolor,
todo lo que siento… este amor. – toqué mi pecho. – debo sacarlo, olvidarlo…–
Austin me soltó y me dio la vuelta quedando frente a frente conmigo. – Debo
dejar de amarlo Austin. – dije llorando mientras lo miraba.
–Linda
tu… se por lo que estás pasando, quizás puedo sentir lo que en ese momento
sentiste. – seco mis mejillas. – Pero no… no te cierres a tus sentimientos…– me
dijo tomándome la barbilla y mirándome a los ojos. – Eres muy linda para ser de
piedra. – me guiño. Trate de sonreírle. – Si algún día puedes amar a otra
persona más que a él… entonces podrás decir que dejaste de amarlo…– hice
puchero mientras intentaba no llorar. – Anda… hasta entonces confórmate conmigo.
– Me dijo sonriendo, sonreí aun con las lágrimas en mis ojos. – Estoy seguro
que todo mejorara linda. – dijo abrazándome y manteniéndome allí, entre sus
brazos.
–*–*–
1 mes,
sí, un mes es lo que queda para la boda. Los días pasaban volando o al menos
así los veía yo. La depresión me estaba consumiendo. Austin me visitaba todas
las tardes después del trabajo, se sentaba a mi lado, me contaba todo lo que
había pasado en su día… e hiciera lo que hiciera… ya no lograba hacerme sonreír
como antes. Sí, era injusto para él, pero aunque yo intentaba sonreír o
aparentar estar bien… no lo conseguía.
Esta vez
sí llevaba una semana entera sin comer. A diferencia de la semana anterior, que
había salido a varios lugares con Austin tanto como para reuniones importantes
como para fiestas en el muelle. Un día estábamos de gala en una alfombra roja
de festejos importantes de empresa, otro día estábamos de jeans y zapatos en el
muelle u otro lugar. Pero luego caí en la realidad, me iba a casar con alguien
a quien no amaba, estaba destrozada, mi madre no podía estar a mi lado para
apoyarme y todo porque la nueva esposa de mi padre no lo quería así.
Esa
tarde luego de que Austin se marchó, ya era de noche, fui hasta la peinadora,
tomé el envase donde estaban los analgésicos para dolores de cabeza, tome una,
dos, tres… las tomé todas, unas 23, mi pecho comenzó a dolerme, mis sentidos
comenzaron a fallar, la respiración me faltaba, mire a los lados, iba a correr
hasta la cama pero no logre llegar. Así que caí al suelo, sentía que mi corazón
estaba en mi cabeza porque el latido del corazón chocaba en mis oídos
aturdiéndome.
–Señorita.
– escuche cuando se abrió la puerta. Luego un gritó y en menos de un segundo la
tenía a mi lado. – ¿Señorita qué le sucede? – dijo preocupada. No le podía
responder, no podía controlar ninguno de mis cinco sentidos, era como si
estuviera sin sentido. Ella preocupada volvió a grita, un nombre, el nombre de
uno de los hombres grandulones. – ¡Oh Por Dios! – dijo al darse de cuenta del
envase vacío. – ¡Estaba nuevo! ¿Señorita que ha hecho? – me dijo preocupada,
muy preocupada.
*FABIANA*
Me
encontraba en mi casa, había abandonado la casa de los chicos después de lo
sucedido. Baje a la cocina a llevar el vaso de jugo con el que había cenado y
volví a subir a mi habitación. Entre a mi cama y comencé a pasar de canal, era
ya la 1am pero no tenía sueño así que lo deje en una película que se veía
buena, pero llego muy rápido los comerciales, aunque pasaron a noticias cortas.
“Al parecer ha sucedido algo en la casa del
empresario Kalvin Jess, un par de ambulancias llegaron esta noche, hace unos
pocos minutos, no sabemos con claridad lo que ha sucedido. – Pasaban
imágenes de unas ambulancias fuera de la casa. – Esperemos y no sea nada malo y que la prometida está bien. –
continuó la chica sonriendo. – Les
seguiremos informando continúen disfrutando de nuestro canal.”
Quedé un
momento quieta. No podía quedarme quieta acá ¿Y si le había pasado algo a ___? “Debo viajar. Debo hacerlo. Ahora mismo.”
Me dije a mi misma. Mire a mí alrededor y vi un bolso, baje de la cama
corriendo guarde un par de camisetas, unos jeans y las cosas personales que
podría necesitar. Me quite la ropa de dormir entre al baño, lave mi cara,
recién me había bañado antes de acostarme, así que busque un suéter, un
pantalón alto oscuro, unos botines de tacón, recogí mi cabello, encima coloqué
mi sobretodo.
Tome las
llaves del auto y de la casa, cerré toda la casa, apague todo, subí nuevamente
a mi habitación por mi celular, baje casi que corriendo, tanto que pensé que
quedaría sin tacón o rodando por las escaleras. Salí de casa por la puerta de
atrás directo al aparcamiento, subí a mi auto y lo puse en marcha. – ¡Joder! –
dije al darme de cuenta que primero tenía que ir a la otra dirección avisarle a
Ryan por muy molesta que estuviese con él. Así que gire y puse toda la
velocidad en el auto para llegar rápido a la casa de los chicos.
En unos
minutos estuve allí en la casa, detuve el auto y sin apagarlo baje y camine
hasta la puerta de la entrada, estaban algunas luces encendidas, así que aun
estarían despierto, toqué la puerta un par de veces.
La
puerta se abrió y mostro a Susana sonriendo. – Hola. – dijo con voz delicada.
No la
salude pase frente a ella hacia la sala donde estaban los chicos, y Justin por
supuesto. – Linda te has equivocado de día, hoy no es la fiesta. – dijo Chaz
sonriendo. Los demás se rieron.
–No
estoy aquí por eso chicos. – dije mirándolos a todos menos a Justin. – ¿Dónde
está Ryan?
– ¡Demonios!
¿Tu auto fue el que se escuchó así de fuerte? – dijo Khalil.
–Sí,
¿dónde está Ryan?
–Está
ocupado con una nena. – me respondió Christian.
–Dudo
que otra le ponga cuidado. – dije volteando los ojos. – Si le ven díganle que
me fui a Denver, Colorado. – me miraron con sorpresa. – Chao chicos, que estén
bien. – le dije, moví mi mano despidiéndome y salí de la casa rápidamente, subí a mi auto y gire
a la dirección que me llevaba al aeropuerto, igual que antes coloque toda la
velocidad, debía llegar allá cuando se hiciera de día, y pensar que llevamos
algo en las horas adelantadas.
*JUSTIN*
–Dudo
que otra le ponga cuidado. – dijo y volteó los ojos. – Si le ven díganle que me
fui a Denver, Colorado. – me quede sorprendido al igual que los chicos, no
porque se iba sino que… allí era a donde ___ había tomado el vuelo cuando la vi
marcharse. – Chao chicos, que estén bien. – dijo, baje la mirada. ¿Fabiana iba
a encontrarse con ___?
–Just…–
dijo Susana volviendo a mis piernas. La mire. – ¿Sucede algo? – me preguntó,
fingí una sonrisa y coloque mi brazo tras su espalda como si la abrazara. – Tu
estado… siento que ha cambiado. – me dijo.
–Para
nada linda. – dije sonriéndole y guiñándole un ojo. Ella sonrió y me dio un
corto beso.
“Y si le
paso algo a ___ y eso por eso que Fabiana tenía tanta prisa.” Pensé. Una sensación extraña apareció en mi cuerpo.
Mi mente se estaba yendo con Fabiana, pero aun así podía escuchar a Susana
riéndose con los chicos mientras miraban la película y hacían comentarios
incoherentes. Sonreí un par de veces para no verme afectado. Sería algo difícil
explicarle a Susana sobre el qué me pasa.
Y ni
recordar el día que ella regreso y la deje sola por ir detrás de los chicos.
“–Justin
explícame ¿Qué pasó? ¿Qué fue todo esto? – me preguntó apenas me vio entrar por
la puerta de la casa.
–Susana…
es…
–Dime la
verdad Justin. – me dijo.
–Es
solo… una chica. – dije sin mirarla, a ella no podía decirle la verdad.
– ¿Una
chica que qué? – insistió.
–Una
chica que me confundió con su novio. – le dije mirándola luego.
– ¿Cómo
así? – dijo frunciendo el ceño.
–Se ha
equivocado de dirección y me confundió con su novio. – dije sin mirarla y
caminando a mi habitación quería entrar y romper todo en mi camino, pero sería
otra razón más para Susana para que dudara.
– ¿Entonces
por qué te fuiste tras ella? – dijo detrás de mí ya en la habitación.
–No me
fui tras ella, Susana. Fui por los chicos. Por esa simple razón. Ellos son mis
hermanos y me preocupan. Fin.
–Aun así
debiste llevarme o decirme es que
– ¡ES
QUE NADA! – dije obstinado. Ella me estaba bombardeando de preguntas y yo no
podía continuar mintiéndole. Me gire a mirarla ella me miraba con los ojos
abiertos y cristalizados. – Discúlpame…– dije y estire mi mano para tomarla.
Ella se hizo hacía atrás.
– ¿Por
qué tu conducta? – dijo apretando sus labios para no llorar.
–Es solo
que…– suspire. – ¿Por qué te cuesta tanto creerme? No estaré por media hora
intentando hacer que me creas… Susana no soy ese tipo de hombre. – Ella bajo la
mirada. – Anda solo créeme y ya. – dije y me acerqué abrazarla.
–También
me alegra verte…– me dijo mientras la abrazaba, sonreí.
–No seas
tonta. – dije y le di un beso en la mejilla. – Te extrañe mucho en los días que
no estuviste aquí. – le tome el rostro y la traje a mí para depositarle un beso
en los labios. – ¿Cómo están tus padres? ¿Cómo te fue en el viaje? Anda
cuéntame. – dije mientras la llevaba a la cama conmigo.
Debía
tranquilizarla, si había dejado ir a ___ había sido por ella, así que no podía
perderla a ella ahora mismo.”
– ¿Just,
amor? – me llamo ella, la miré, ella me estaba sonriendo, le sonreí. – Estas en
las nubes…– me dijo acariciándome el cabello.
–Deberíamos
ir a dormir… tengo algo de sueño…– sonreí. Ella asintió, nos despedimos de los
chicos y nos fuimos a su habitación. La despedí con unos besos y luego me fui
hasta mi habitación. “¿Fabiana se iría a ver con ___?” pensé.
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