sábado, 8 de agosto de 2015

CAPITULO 9

SIN SENTIDO




– ¿Y a dónde me llevas? – le pregunté.

–Ya verás. – dijo emocionado, sonreí para mí misma, aunque me sintiese mal en verdad no lo podía estar con él, era como si él estuviese allí para no permitir que me derrumbe completamente. – ¿En qué tanto piensas? – dijo. Le mire y negué con la cabeza sonriendo. – Anda dime.

–Eres como…

– ¿Cómo quién? – dijo esperando algo lindo. Entrecerré los ojos.

–Como un mosquito que no deja de fastidiarme. – dije dándole malos ojos y tratando de ocultar una sonrisa.

–Eres tan tierna. – dijo en sarcasmo. Reí, él me miro y sonrió.

– ¿Qué? – dije mirándolo.

–Te ves muy linda así. – dijo. – De verdad. – baje mi mirada con un poco de pena. – Lastima que sea solo así porque de las demás formas te vez horrenda. – dijo, lo miré tenía una sonrisa en su cara.

–Idiota. – dije sonriéndole y mirando hacia al frente.

Luego de cruzar varias calles llegamos a un lugar, era como una feria de comida en la calle, era de noche claro, era la vida que había en las noches, sonreí. Baje del auto junto a él. – ¿De dónde se supone que has sacado este lugar? – le pregunte.

–Es la vida de noche…– me sonrió. – Solía salir a escapadas con Alessa hasta aquí, a ella le encantaba este lugar. – dijo sonriendo mientras miraba alrededor.

Las personas se veían muy alegres, bailaban, bebían comían, era como si todo fuese una familia, sonreí. – Es muy lindo, entiendo porque le gustaba. – comenté.

–Y no olvides que estamos en un muelle. – sonrió. Asentí. Comenzamos a caminar sobre el suelo de madera dirigiéndonos hacia la multitud de personas. – No te preocupes si te llevan a bailar y no soy yo. – sonrió. – Estas personas son muy buenas.

–Exactamente ¿qué lugar es este? – le miré.

–Es un lugar que la ciudad entera no conoce, es como un barrio bajo, algo así, pero todos son mucho mejor que los de la ciudad. – sonrió. Asentí.

Caminamos entre las personas, algunas saludaron a Austin y me daban la bienvenida, me fije en Austin sonreía tanto que en un momento pensé en cómo no le dolían las mejillas. Él podía ser tan feliz con cosas tan simples, parecía un niño aunque en realidad tuviera 21, al igual que Justin…

– ¡HEY! ¡___! – me grito Austin, me gire a mirarle, estaba un poco lejos haciéndome seña con su mano de que me acercara a él.

Camine con cuidado entre la gente y llegue a él, le sonreí. – ¿Qué haremos? – le dije.

–Primero comeremos. – me dijo y señalo una mesa a su izquierda, estaba alejada de la gente, se veía un lugar tranquilo para comer, sonreí, él me tomo de la mano y me llevo con él hasta el lugar. Al llegar me fije que había dos hamburguesas, sonreír, unos grandes vasos con gaseosa. Sonreí. – Vamos, siéntate y come. – dijo y como todo caballero haló la silla un poco para luego empujarla mientras me sentaba, él se sentó a mi lado, los dos quedamos de espalda a la multitud y con la vista hacia el lago.

–Si comienzas hacer esto muy seguido no entraré en el vestido de novia el día de la boda. – dije sonriendo mientras metía un bocado a mi boca.

–Esa es la idea. – sonrió. – que a última hora te estreses, no quepas en el vestido, insultes a las personas que están a tu alrededor, al final de una hora logres que te suba la cremallera del vestido te relajas, vas al altar y caminando hacia mí se te rompa la cremallera o alguna costura del vestido, maldigas dentro de la iglesia, corras, yo iré tras de ti, te alcancé pero te digo que te vayas que te compadezco en tu pena. – sonrió, lo mire con los ojos entrecerrados. – Tú te vas y yo regreso a la iglesia diciendo que no logre alcanzarte, las personas comprenderán el porqué de tu huida y entonces allí tenemos nuestro final feliz.

–Todo un plan ¿eh?

–Se lo que hago. – dijo alzando sus hombros y sonriendo.

–No es el plan perfecto… posiblemente pase la pena pero me vea obligada a seguir caminando.

–Eso suena como si quisieras casarte conmigo.

–También podría decirte en pleno altar que estoy embarazada de otro.

– ¿Con el fin de qué?

–De que las personas digan que te fui infiel y sientan lastima por ti y no por mí.

–Suena bien. – dijo sonriendo. Reímos y continuamos comiendo.


Luego de un rato suspire, tome un sorbo de la gaseosa. –Gracias. – mencione al terminar de comer.

– ¿Por?

–Por todo, como sea has podido manejar la situación en la que nos encontremos. – le mire, una pequeña sonrisa se encontraba en su rostro. – A pesar de saber cómo me siento haces todo lo posible para que me sienta lo contrario a eso, eres una persona que… de verdad. – sonreí. – sabe lo que hace. – dije y guarde silencio.

– ¿Este es la parte en que debo agradecerte con lágrimas en mi rostro? – dijo sonriendo.

– ¿Eres un idiota? ¡Te estoy hablando en serio! – dije y tapé mi rostro.

–Eres una tonta. – dijo y se acercó a mí abrazándome. Lo miré él sonreía, sonreí. – No tienes por qué agradecerme. Todo esto lo hago porqué en el pequeño tiempo que llevamos…– suspiró. – aprendí a quererte. – deposito un beso en mi cabello cerca de mi oreja. – Y porque te quiero es que hago todas estas cosas, me gusta que estés bien, y de verdad me alegra oír que eh logrado que te sientas mejor. – De verdad… sigo pensando en que todo lo que están haciendo nuestros padres es… es una maldición, pero no me gusta verlo de esa manera, te eh conocido y debo decirte que no eres una maldición. – dio un suspiro y me abrazo más, sonreí.

– ¿Este es la parte en que debo agradecerte por tus lindas palabras con lágrimas en mi rostro? – le dije sonriendo.

–No uses mis mismas palabras. – dijo sonriendo y separándose un  poco de mí para mirarme. – Aunque si, aquí debes decirme que también me quieres y debes llorar.

Volteé los ojos, él rió, comencé a reír junto a él. – Eres un payaso.

–Definitivamente no podemos casarnos con nuestras conductas así. – dijo él riendo. Asentí riendo junto a él.



Luego de un rato bailando o haciendo el intento, Austin y yo fuimos a caminar por la orilla del muelle, estaba comenzando a caer la media noche y las personas continuaban como si apenas comenzara anochecer. Así que caminamos despacio en el muelle, alejados de las personas, la música movida se escuchaba en el fondo. Suspire. Él me miro y sonrió, me tomó de la mano… solo baje la mirada.

Continuamos caminando en la orilla del muelle, cuando llegamos al final donde apenas lograba oírse la música él se detuvo y me miro, tragué saliva, me puse nerviosa. – Entonces…– comentó él. Suspiro. Dio un paso quedando frente de mí, cerca, muy cerca. – Deberíamos…– dijo en un susurró.
Cerré los ojos. –No me beses por favor…– dije en algo menos que un susurró, fue más para mí que para él.

–Te iba a decir que bailáramos. – dijo, lo miré, él estaba sonriendo con ganas. Mi cuerpo se alivió. – No tengo pensado besarte, ni en el altar, eres muy fea. – me dijo, reí mientras tapaba mi rostro con mis manos. –Anda, bailemos la canción que se logra escuchar. – me dijo sonriendo.

Asentí, él puso sus manos en mi cintura y yo mis brazos encima de sus hombros, me pegué a él, mucho, nuestra posición de baile paso a ser un abrazo, deje reposar mi rostro en su pecho, lo mantuve abrazado, necesitaba un abrazo, movíamos un poco los pies para bailar al ritmo de la música que sonaba a lo lejos “The Fault In Our Stars” de Ed Sheeran. Mis lágrimas de un momento a otro comenzaron a salir, trate de detenerlas, era difícil, no era con él la persona con la que me gustaría estar así. Él notó mis lágrimas solo me abrazo más. – Lo siento. – dijo mientras mantenía sus labios presionados en mi cabeza.

Negué con un movimiento de cabeza. – No tienes nada que sentir. – le dije, continué allí bailando con él.

–No debí… no debí dejar que fueras hasta allá…– me dijo abrazándome fuerte.

–Lo sabía Austin. – le dije. Él me soltó y me miro. – Lo sabía desde un principio, sabía que algo andaba mal… y aun así fui hasta allá…– las lágrimas salieron más. – Sabes…– le miré. – Yo quería que él me esperará, pero fui egoísta al querer eso, él… él tuvo razón al hacer su vida. – baje la mirada tapándome el rostro con las manos y llorando en silencio.

–Te prohíbo que digas o que sientas que fue tu culpa. – me dijo él mirándome.

–No sabes lo que sentí Austin. – dije mirándolo con el gran nudo en mi garganta que dolía. – Al verlo…– trate de respirar y mire al cielo. – Él… no tuvo emociones algunas al verme. – baje la mirada y cerré los ojos. – No le importo que yo estuviera allí…– mordí mi labio inferior tratando de disminuir el dolor. – Luego ella llego lo beso. – dije lloré más. Sentí sus brazos rodearme. Austin me mantenía abrazada. – Mi corazón se rompió, eso era lo que temía, temía verle con otra persona, él quizás la ame… y yo. – respire profundo por un momento. – Yo debo de superar esto. – lloré. – Debo hacerlo, debo superar todo el dolor, todo lo que siento… este amor. – toqué mi pecho. – debo sacarlo, olvidarlo…– Austin me soltó y me dio la vuelta quedando frente a frente conmigo. – Debo dejar de amarlo Austin. – dije llorando mientras lo miraba.

–Linda tu… se por lo que estás pasando, quizás puedo sentir lo que en ese momento sentiste. – seco mis mejillas. – Pero no… no te cierres a tus sentimientos…– me dijo tomándome la barbilla y mirándome a los ojos. – Eres muy linda para ser de piedra. – me guiño. Trate de sonreírle. – Si algún día puedes amar a otra persona más que a él… entonces podrás decir que dejaste de amarlo…– hice puchero mientras intentaba no llorar. – Anda… hasta entonces confórmate conmigo. – Me dijo sonriendo, sonreí aun con las lágrimas en mis ojos. – Estoy seguro que todo mejorara linda. – dijo abrazándome y manteniéndome allí, entre sus brazos.




–*–*–

1 mes, sí, un mes es lo que queda para la boda. Los días pasaban volando o al menos así los veía yo. La depresión me estaba consumiendo. Austin me visitaba todas las tardes después del trabajo, se sentaba a mi lado, me contaba todo lo que había pasado en su día… e hiciera lo que hiciera… ya no lograba hacerme sonreír como antes. Sí, era injusto para él, pero aunque yo intentaba sonreír o aparentar estar bien… no lo conseguía.

Esta vez sí llevaba una semana entera sin comer. A diferencia de la semana anterior, que había salido a varios lugares con Austin tanto como para reuniones importantes como para fiestas en el muelle. Un día estábamos de gala en una alfombra roja de festejos importantes de empresa, otro día estábamos de jeans y zapatos en el muelle u otro lugar. Pero luego caí en la realidad, me iba a casar con alguien a quien no amaba, estaba destrozada, mi madre no podía estar a mi lado para apoyarme y todo porque la nueva esposa de mi padre no lo quería así.

Esa tarde luego de que Austin se marchó, ya era de noche, fui hasta la peinadora, tomé el envase donde estaban los analgésicos para dolores de cabeza, tome una, dos, tres… las tomé todas, unas 23, mi pecho comenzó a dolerme, mis sentidos comenzaron a fallar, la respiración me faltaba, mire a los lados, iba a correr hasta la cama pero no logre llegar. Así que caí al suelo, sentía que mi corazón estaba en mi cabeza porque el latido del corazón chocaba en mis oídos aturdiéndome.

–Señorita. – escuche cuando se abrió la puerta. Luego un gritó y en menos de un segundo la tenía a mi lado. – ¿Señorita qué le sucede? – dijo preocupada. No le podía responder, no podía controlar ninguno de mis cinco sentidos, era como si estuviera sin sentido. Ella preocupada volvió a grita, un nombre, el nombre de uno de los hombres grandulones. – ¡Oh Por Dios! – dijo al darse de cuenta del envase vacío. – ¡Estaba nuevo! ¿Señorita que ha hecho? – me dijo preocupada, muy preocupada.



*FABIANA*

Me encontraba en mi casa, había abandonado la casa de los chicos después de lo sucedido. Baje a la cocina a llevar el vaso de jugo con el que había cenado y volví a subir a mi habitación. Entre a mi cama y comencé a pasar de canal, era ya la 1am pero no tenía sueño así que lo deje en una película que se veía buena, pero llego muy rápido los comerciales, aunque pasaron a noticias cortas.

Al parecer ha sucedido algo en la casa del empresario Kalvin Jess, un par de ambulancias llegaron esta noche, hace unos pocos minutos, no sabemos con claridad lo que ha sucedido. – Pasaban imágenes de unas ambulancias fuera de la casa. – Esperemos y no sea nada malo y que la prometida está bien. – continuó la chica sonriendo. – Les seguiremos informando continúen disfrutando de nuestro canal.”

Quedé un momento quieta. No podía quedarme quieta acá ¿Y si le había pasado algo a ___? “Debo viajar. Debo hacerlo. Ahora mismo.” Me dije a mi misma. Mire a mí alrededor y vi un bolso, baje de la cama corriendo guarde un par de camisetas, unos jeans y las cosas personales que podría necesitar.  Me quite la ropa de dormir entre al baño, lave mi cara, recién me había bañado antes de acostarme, así que busque un suéter, un pantalón alto oscuro, unos botines de tacón, recogí mi cabello, encima coloqué mi sobretodo.

Tome las llaves del auto y de la casa, cerré toda la casa, apague todo, subí nuevamente a mi habitación por mi celular, baje casi que corriendo, tanto que pensé que quedaría sin tacón o rodando por las escaleras. Salí de casa por la puerta de atrás directo al aparcamiento, subí a mi auto y lo puse en marcha. – ¡Joder! – dije al darme de cuenta que primero tenía que ir a la otra dirección avisarle a Ryan por muy molesta que estuviese con él. Así que gire y puse toda la velocidad en el auto para llegar rápido a la casa de los chicos.

En unos minutos estuve allí en la casa, detuve el auto y sin apagarlo baje y camine hasta la puerta de la entrada, estaban algunas luces encendidas, así que aun estarían despierto, toqué la puerta un par de veces.

La puerta se abrió y mostro a Susana sonriendo. – Hola. – dijo con voz delicada.

No la salude pase frente a ella hacia la sala donde estaban los chicos, y Justin por supuesto. – Linda te has equivocado de día, hoy no es la fiesta. – dijo Chaz sonriendo. Los demás se rieron.

–No estoy aquí por eso chicos. – dije mirándolos a todos menos a Justin. – ¿Dónde está Ryan?

– ¡Demonios! ¿Tu auto fue el que se escuchó así de fuerte? – dijo Khalil.

–Sí, ¿dónde está Ryan?

–Está ocupado con una nena. – me respondió Christian.

–Dudo que otra le ponga cuidado. – dije volteando los ojos. – Si le ven díganle que me fui a Denver, Colorado. – me miraron con sorpresa. – Chao chicos, que estén bien. – le dije, moví mi mano despidiéndome y salí  de la casa rápidamente, subí a mi auto y gire a la dirección que me llevaba al aeropuerto, igual que antes coloque toda la velocidad, debía llegar allá cuando se hiciera de día, y pensar que llevamos algo en las horas adelantadas.




*JUSTIN*

–Dudo que otra le ponga cuidado. – dijo y volteó los ojos. – Si le ven díganle que me fui a Denver, Colorado. – me quede sorprendido al igual que los chicos, no porque se iba sino que… allí era a donde ___ había tomado el vuelo cuando la vi marcharse. – Chao chicos, que estén bien. – dijo, baje la mirada. ¿Fabiana iba a encontrarse con ___?

–Just…– dijo Susana volviendo a mis piernas. La mire. – ¿Sucede algo? – me preguntó, fingí una sonrisa y coloque mi brazo tras su espalda como si la abrazara. – Tu estado… siento que ha cambiado. – me dijo.

–Para nada linda. – dije sonriéndole y guiñándole un ojo. Ella sonrió y me dio un corto beso.

Y si le paso algo a ___ y eso por eso que Fabiana tenía tanta prisa.” Pensé.  Una sensación extraña apareció en mi cuerpo. Mi mente se estaba yendo con Fabiana, pero aun así podía escuchar a Susana riéndose con los chicos mientras miraban la película y hacían comentarios incoherentes. Sonreí un par de veces para no verme afectado. Sería algo difícil explicarle a Susana sobre el qué me pasa.

Y ni recordar el día que ella regreso y la deje sola por ir detrás de los chicos.

“–Justin explícame ¿Qué pasó? ¿Qué fue todo esto? – me preguntó apenas me vio entrar por la puerta de la casa.

–Susana… es…

–Dime la verdad Justin. – me dijo.

–Es solo… una chica. – dije sin mirarla, a ella no podía decirle la verdad.

– ¿Una chica que qué? – insistió.

–Una chica que me confundió con su novio. – le dije mirándola luego.

– ¿Cómo así? – dijo frunciendo el ceño.

–Se ha equivocado de dirección y me confundió con su novio. – dije sin mirarla y caminando a mi habitación quería entrar y romper todo en mi camino, pero sería otra razón más para Susana para que dudara.

– ¿Entonces por qué te fuiste tras ella? – dijo detrás de mí ya en la habitación.

–No me fui tras ella, Susana. Fui por los chicos. Por esa simple razón. Ellos son mis hermanos y me preocupan. Fin.

–Aun así debiste llevarme o decirme es que

– ¡ES QUE NADA! – dije obstinado. Ella me estaba bombardeando de preguntas y yo no podía continuar mintiéndole. Me gire a mirarla ella me miraba con los ojos abiertos y cristalizados. – Discúlpame…– dije y estire mi mano para tomarla. Ella se hizo hacía atrás.

– ¿Por qué tu conducta? – dijo apretando sus labios para no llorar.

–Es solo que…– suspire. – ¿Por qué te cuesta tanto creerme? No estaré por media hora intentando hacer que me creas… Susana no soy ese tipo de hombre. – Ella bajo la mirada. – Anda solo créeme y ya. – dije y me acerqué abrazarla.

–También me alegra verte…– me dijo mientras la abrazaba, sonreí.

–No seas tonta. – dije y le di un beso en la mejilla. – Te extrañe mucho en los días que no estuviste aquí. – le tome el rostro y la traje a mí para depositarle un beso en los labios. – ¿Cómo están tus padres? ¿Cómo te fue en el viaje? Anda cuéntame. – dije mientras la llevaba a la cama conmigo.

Debía tranquilizarla, si había dejado ir a ___ había sido por ella, así que no podía perderla a ella ahora mismo.”


– ¿Just, amor? – me llamo ella, la miré, ella me estaba sonriendo, le sonreí. – Estas en las nubes…– me dijo acariciándome el cabello.


–Deberíamos ir a dormir… tengo algo de sueño…– sonreí. Ella asintió, nos despedimos de los chicos y nos fuimos a su habitación. La despedí con unos besos y luego me fui hasta mi habitación. “¿Fabiana se iría a ver con ___?” pensé.

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